La implicación de Mari Carmen Navarro Honrado con el tercer sector es de una entrega total y absoluta. Presidenta y fundadora de la Asociación Puertas Abiertas, preside también, desde el año 2012, la Federación de Salud Mental de Castilla-La Mancha, forma parte de la junta directiva de la Confederación Nacional y de la de CERMI Castilla-La Mancha. Una intensa actividad asociativa que le ha hecho aprender mucho, y como ella suele decir, crecer como persona. Recientemente, se conmemoraba el 30 aniversario de Puertas Abiertas, en un acto lleno de emoción, recuerdos y reconocimientos que nos da pie para entrevista una mujer a la que todavía le queda mucho y bueno por hacer.
-¿Cómo se gestó el proyecto de Puertas Abiertas?
-Acudía a Salud Mental Infanto Juvenil en Alcázar con mi hijo. La psiquiatra Ana Jiménez nos propuso al grupo de madres constituir una asociación en Tomelloso y otra en Alcázar. Apenas había asociaciones en esa época para atender la salud mental y nos dirigimos al alcalde, que era Ramón González. Cuando le contamos nuestras preocupaciones, él creyó en nuestro proyecto y nos llevó de la mano a Servicios Sociales, área que dirigía la concejala, Mamen Casero y después María Teresa Novillo. Las concejalas y trabajadoras como Vicen y Araceli nos ayudaron en todos los trámites administrativos para constituirnos legalmente y empezar a funcionar.
-Les tocaría hacer después una labor de difusión de la asociación, ¿no es así?
-Sobre todo hubo que hacer una concienciación a políticos para que nos ayudaran económicamente, porque no teníamos recursos ni ayudas. Muchas puertas se nos cerraban porque decían que para qué queríamos otra asociación de enfermos psíquicos si ya estaba AFAS, y no es lo mismo enfermos psíquicos que discapacidad intelectual. En Servicios Sociales nos proporcionaron una buena información sobre familias. Visitábamos las casas, muchas veces nos acompañaba Araceli, que era la psicóloga, y así fuimos avanzando; la gente quedaba muy agradecida. Hace 30 años apenas entendíamos lo que era la enfermedad mental ni cómo se podía tratar. Nadie te daba unas pautas.
-Era todo un campo por explorar….
Totalmente. Con los Servicios Sociales del Ayuntamiento porque fuimos con ellos a visitar centros de otros sitios de Castilla-La Mancha y de otras comunidades. Estuvimos en Valencia, en Madrid…, para ir aprendiendo de otros que ya habían abierto camino. Las madres nos reuníamos y era una buena terapia
-Y pronto consiguieron algo importante; locales para trabajar ¿no es así?
- En el barrio de La Esperanza nos cedieron un aula para que los chicos ya pudieran salir de casa y realizaran algunas actividades tres días a la semana. Solicitamos una ampliación y nos cedieron el centro de Felipe Novillo. Poco después, empezamos a contar con algunos monitores, unos profesionales los pagaba la asociación y otros los costeaba el Ayuntamiento. Hasta que empezamos a tener las primeras subvenciones. No solo aprendimos nosotros, también aprendieron los profesionales de Servicios sociales: trabajadores sociales, psicólogos, todo el mundo.
-Tras estos 30 años, ¿qué sensación le queda sobre la andadura de Puertas Abiertas?
-De mucho orgullo, sobre todo al ver como ha ido creciendo el proyecto. Fue un subidón cuando nos cedieron el Felipe Novillo porque ya éramos una asociación comarcal y podían venir personas de Manzanares, Árgamasilla y también de Pedro Muñoz, de Socuéllamos, de Ruidera, en fin. No teníamos transporte, hasta que Sanidad nos concedió una subvención importante y pudimos adquirir una furgoneta. Años después se creó la Fundación Sociosanitaria que integró a todas las asociaciones de Castilla-La Mancha, inspirándonos en el modelo de Andalucía. Y fue una gran ayuda. Vinieron a vernos, a ver cómo trabajábamos. De hecho, se llevaron a uno de nuestros trabajadores a la Fundación. y la directora actual de la fundación era nuestra trabajadora en la Federación, lo que demuestra que no lo estaríamos haciendo tan mal. El que fuera consejero de Sanidad, Fernando Lamata, nos prestó una gran ayuda, conocía muy bien el tema de la salud mental.
-¿Contaron siempre con el apoyo de las administraciones?
- No, tuvimos que trabajar mucho. En los inicios costó y nos encontramos muchas negativas La única administración que nos ayudó fue el Ayuntamiento de Tomelloso. Luego ya empezamos con la delegación y las consejerías. El ayuntamiento no nos ha dejado nunca en estos 30 años, da igual el alcalde que haya pasado o el color de las corporaciones. Hemos pasado épocas muy buenas y épocas muy duras. Nos quedamos sin financiación en el 2011 y fue un momento muy delicado para el movimiento asociativo.
-En el terreno de la salud mental se habrán experimentado importantes avances en estas tres décadas de andadura ¿no es así?
-Sí, todo ha cambiado mucho. He participado en todos los planes estratégicos y en todos los planes de salud mental que se hacen y al principio no había nada. Luego después se fueron incorporando los centros de rehabilitación, la residencia, las viviendas, la UME, la ULE,... En Castilla-La Mancha solo había dos unidades de media estancia. También han cambiado las terapias. Antes era un modelo más rehabilitador y ahora está más centrado en la persona. Se determinan las necesidades que tú tienes y cómo se te puede ayudar, porque hay gente que a lo mejor no necesita venir aquí. Lo que necesita es ir a trabajar o aprovechar los espacios de la comunidad como una biblioteca. Pero hay personas, evidentemente, que sí necesitan apoyo y cuidados. Y eso lo estamos haciendo aquí.
-¿A cuántas familias atienden en Puertas Abiertas?
-Atendemos a más de setenta personas.
-¿Qué logro destacaría en todo este tiempo?
-Fue importante la creación del Centro Especial de Empleo. Ese centro lo construyó puertas abiertas, con ayudas de las cajas de ahorros, de la Consejería, de la Diputación, etc…Y luego nació Cadilsla que va a hacer 11 años. fruto de la unión de AFAS y de Puertas Abiertas. Y ha sido un éxito. Está trabajando, no solo en la comarca, sino también en la región y fuera de la región. Tiene unas 70 personas con discapacidad trabajando.
-El trabajo que realizan ustedes es duro, difícil, pero gratificante al mismo tiempo, ¿no?
- A mí me ha ayudado mucho. Por un lado era agobiante, mucho más cuando mi hijo era pequeño. Pero, por otro lado, era mi tabla de salvación. Ya no estaba tan centrada en lo mío. Venía aquí y veía otras discapacidades, otras problemáticas y abres la mente. Ves que no eres tú sola y que hay gente que está igual que tú, incluso peor. Y el hecho de estar ayudando a otra gente es muy gratificante. Mi trabajo es totalmente voluntario. Mucha gente se piensa que yo tengo un sueldo, pero. Se amplía la perspectiva. Y te vuelves más empática y más sensible. Cuando pasé por mi enfermedad de cáncer, todo esto también me ayudó; no paraba.
- ¿Qué retos de futuro se plantea Puertas Abiertas?
-Muchos. El primer es el de seguir con nuestras faenas, atendiendo a las familias y a las personas. Que la maquinaria siga en marcha. Y después nos preocupan especialmente los jóvenes con temas como el bullying, las autolesiones y los suicidios que, por desgracia, han aumentado bastante. Por este motivo, hemos formado un grupo para poder dar charlas y asesorar. Nos están pidiendo charlas en muchos institutos, charlas dirigadas a los chicos, a los profesores y a los padres. El area Infanto Juvenil da lo que da y existen largas listas de espera. Y cuando un chaval tiene estos problemas no se puede esperar cinco o seis meses. Nosotros tenemos un convenio con una clínica aquí, Desconecta, que ha sido bastante sensible con este problema, con precios especiales para nosotros y también según los ingresos de la familia.
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Viernes, 5 de Diciembre del 2025
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