Con apenas 26 años, Daniel Muñoz Núñez ha decidido dejarlo todo —trabajo, estudios y comodidades— para peregrinar a pie por los santuarios marianos de España. Sin dinero y guiado únicamente por la Providencia divina, este joven sevillano se encuentra en Tomelloso, donde comparte su testimonio de fe, humildad y entrega absoluta a Dios.
Ayer domingo, Daniel llego a Tomelloso, procedente de Villarrobledo y por la tarde visitó el Santuario de la Virgen de las Viñas. Le acompañó el presidente de la Hermandad, Alejandro Ramírez y también el que fuera concejal del Ayuntamiento de Tomelloso, Isidoro Torres, que lo acogió en su casa la noche anterior. Todos ellos rezaron para que “el Espíritu Santo siga intercediendo en los corazones para que Daniel siga su recorrido. Ayer por la tarde fue el tiempo de acogerlo al amparo de la Virgen De Las Viñas”. Este lunes, los periodistas de La Voz hemos hablado con Daniel.
—Usted estudió Ciencias del Deporte, ¿verdad?
—Así es. He cursado Ciencias de la Actividad Física y del Deporte, y también Ciencias Religiosas. Llegué a realizar prácticas en colegios, pero no llegué a ejercer. Interrumpí los estudios porque el Señor me pedía iniciar este camino.
—¿Cómo fue esa llamada?
—Un día, como otro cualquiera, antes de misa, sentí un fuego muy grande en el pecho. En ese instante escuché interiormente: “Tienes que peregrinar por toda España.” Fue una experiencia breve, pero muy intensa. Desde ese momento supe que debía hacerlo.
—¿Y cómo supo que debía hacerlo precisamente así?
—Estuve un año en discernimiento. Comprendí que debía peregrinar a pie, visitar los santuarios marianos y hacerlo como una misión de evangelización. Empecé el 7 de octubre, Día de la Virgen del Rosario, saliendo desde Sevilla.
—¿Por dónde ha pasado hasta llegar a Tomelloso?
—Desde Sevilla fui a Córdoba, Málaga, Granada, Jaén, Guadix, Almería, Caravaca, Murcia, Alicante, Valencia y Albacete, y ahora me encuentro aquí. Después iré a Ciudad Real, Toledo, Madrid, Castellón, Cataluña, Castilla y León, Extremadura, Huelva, Cádiz, y finalmente regresaré a Sevilla, si es la voluntad del Señor.
—Nos contaban que viaja sin dinero. ¿Cómo es eso posible?
—Vivo totalmente de la Providencia. Durante ese año de discernimiento entendí que debía renunciar a todo voluntariamente: al trabajo, a los estudios, a los amigos… Salí con una mochila de siete kilos, cuatro camisetas y sin saco de dormir. Al renunciar a todo, cualquier ayuda que recibo se convierte en un gesto de fe compartida. Es el modo en que el Señor hace partícipes a los demás de Su plan.
—¿Y cómo lo recibe la gente en el camino?
—Muy bien, aunque también con momentos de rechazo o desconfianza. Pero por cada “no”, el Señor pone un “sí” providencial. En las diócesis me han tratado con cariño; incluso los obispos me han recibido. En Tomelloso llegué tras 40 kilómetros desde Villarrobledo, el día más largo que he hecho, y me acogieron con mucho amor. Me ofrecieron comida, me mostraron a la Virgen de las Viñas y me hicieron sentir como en casa.
—¿Por qué eligió los santuarios marianos?
—Aunque podría parecer una peregrinación mariana, en realidad es cristocéntrica. Voy a María porque María conduce siempre a Jesús. Cada día busco encontrarme con Él a través de Ella.
—¿Qué experiencias destacaría del camino?
—Cada jornada es una experiencia nueva. La Providencia actúa paso a paso. El Señor me pone personas buenas en el camino y me permite ver cómo se abren los corazones. Yo también me llevo mucho de la gente; aprendo constantemente.
—Habla usted mucho de la voluntad de Dios, pero no deja de ser una elección libre.
—Sí, claro. Mi mayor mérito ha sido darme cuenta de que Dios es lo más importante en la vida. No basta con ponerlo en el centro, hay que hacerlo la prioridad número uno. Si Él no es lo primero, la vida no se sostiene igual.
—¿Viene de una familia religiosa?
—Sí, me crie en un ambiente católico y en un colegio religioso. Pero esta llamada viene de mucho antes, con experiencias fuertes del Señor y de la Virgen, como en Lourdes. Aunque uno se aleje, Él siempre reconduce nuestro camino.
—¿Tiene planes para cuando acabe la peregrinación?
—No lo sé. Solo quiero hacer la voluntad del Señor. Si me pide que retome los estudios o el trabajo, lo haré. Si me pide otra cosa, también. No sabemos lo que Dios nos pedirá mañana.
—También evangeliza en redes sociales.
—Sí, el Señor me inspiró a evangelizar digitalmente. En Instagram, con la cuenta @evanfelizandoapie, documento la peregrinación y cada tarde rezo el Santo Rosario en directo. Se ha formado una comunidad de oración preciosa, unida por la devoción mariana.
—Para terminar, ¿qué mensaje desea transmitir a quienes le escuchan?
—Que no tengáis miedo de poner a Dios en vuestra vida. La gente teme que todo cambie, pero si cambia, siempre es para bien. No por poner al Señor en el centro os va a pedir que os vayáis conmigo a caminar (ríe). Cada uno tiene su camino, pero solo poniendo a Dios en el corazón se alcanza la verdadera felicidad.
“No tengo mérito ninguno —dice Daniel para acabarl—, cada paso que doy glorifica a Dios. Todo lo hace Él.”
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Lunes, 15 de Diciembre del 2025
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