El evento, que ya se ha convertido en una cita esperada, apostó esta vez por una estética navideña muy especial, con un protagonista indiscutible: el vino caliente, que según Ágata Navalón “no podía faltar en un mercado de Navidad”.

Entre los puestos, el público pudo disfrutar de ropa vintage —incluida esta vez ropa masculina—, ilustraciones, libros de autores locales y vinilos, además de una variada oferta artística. “La idea siempre es la misma: traer otro tipo de cultura a Tomelloso y acercar a la gente la música, los libros y el arte de una manera diferente”, explicó Navalón, visiblemente satisfecha con la asistencia y el ambiente.

 Música en vivo y juventud creativa

La música en directo fue, una vez más, parte esencial del mercado. Actuaron artistas locales; el público disfrutó de una big band que animó la tarde con jazz y versiones. “Es muy bonito ver que cada vez viene más gente joven; es una forma de renovar y mantener vivo este movimiento”, destacaba la poeta.

Arte urbano y autogestión cultural

Entre los expositores destacaron también los miembros de La Mancha Colors, colectivo dedicado al arte urbano y al grafiti. Pedro Frescales y Álvaro Corral presentaron su proyecto Pinta tú el Fanzine, una publicación colaborativa que busca “darle visibilidad al arte urbano y sacar el tattoo del estudio”, explicó Frescales. El fanzine, que reúne a veinte artistas, propone mantener viva la creación manual y el contacto con el público.

“El Flea Market nos da la oportunidad de mostrar nuestro trabajo, porque muchos no tenemos un espacio físico para vender”, añadía Álvaro Corral. “Las administraciones no apoyan mucho este tipo de iniciativas, así que está genial que haya gente que lo impulse por su cuenta”.

El Flea Market se consolida así como un espacio de encuentro para la cultura independiente de Tomelloso, donde artistas de distintas disciplinas pudieron compartir su trabajo en un ambiente cálido y cercano.