Miguel García cuelga los auriculares. Tras 35 años ligado a Radio Surco, una de las emisoras pioneras de Castilla-La Mancha, el veterano comunicador de Tomelloso inicia una merecida jubilación poniendo fin a una trayectoria profesional marcada por la pasión por la radio, la naturalidad ante el micrófono y una cercanía que lo convirtió en una voz familiar para varias generaciones de oyentes. El periodista conoce a Miguel desde hace cincuenta años, desde aquellos tiempos de fútbol base en el Tomelloso OJE a las órdenes del recordado Paco Gálvez. En aquel marco de ilusión y sueños se inició una amistad que luego tendría continuidad en el gremio de los medios de comunicación.

“He disfrutado haciendo lo que me ha gustado”, resume Miguel al echar la vista atrás. Una afirmación que condensa toda una vida dedicada a comunicar. Su vocación nació incluso antes de la existencia de Radio Surco, cuando emitía desde su propia casa con una pequeña emisora casera, “Radio Gancho”, que apenas alcanzaba cien metros, pero que ya evidenciaba su amor por las ondas. “Era todo puramente artesanal y se oía de pena. Emitía para el barrio y no sabía si tenía uno, dos, tres oyentes o ninguno, pero ahí empezó todo”.

Su llegada a Radio Surco coincidió con los primeros pasos de una emisora con clara vocación regional, impulsada por Paco Castellanos. García formó parte de aquella primera hornada de profesionales que sentaron las bases de una radio hecha desde y para la tierra, contribuyendo a crear lo que él mismo define como “una escuela tremenda” de comunicadores. Recuerda con cariño e inmenso respeto a compañeros iniciales de este apasionante viaje como José Luis Tello, Jesús García Chicote, José María García Toledo, Pepe Sánchez…”Por la radio pasaron muchos y buenos profesionales, pero creo que lo importante es que hubo varios que se mantuvieron mucho tiempo y crearon ese núcleo que le dio continuidad y categoría a la emisora”.

A lo largo de estas más de tres décadas, Miguel ha sido mucho más que locutor. Ha presentado programas musicales emblemáticos como “El Madrugón”, precursor del humor manchego que luego pondría tan de moda José Mota, o espacios muy personales como “Una canción, un recuerdo” o “El tardeo ochentero”, con los que reivindicó la música de varias décadas frente a la inmediatez actual. Programas que no solo triunfaron en antena, sino que llegaron incluso a los escenarios, llenando discotecas. Del inolvidable Madrugón recuerda que “Íbamos sin guión, pero hilábamos un relato y la gente se lo pasaba en grande.  En algunos sitios hasta nos pedían autógrafos. Los que ponían el gracejo y el humor eran Pedro y Carlos Martínez, yo era un poco el serio de los tres”.

Presentador de referencia

Miguel García compaginó la locución con responsabilidades de dirección y gestión comercial, tanto en la emisora de Manzanares como en el Grupo Surco en Tomelloso, demostrando una versatilidad poco común y una profunda comprensión del medio radiofónico en todas sus facetas. “La verdad es que he sido un poco multiusos, sí, pero todo lo he hecho con ilusión y esfuerzo, adaptándome de la mejor manera posible a lo que me pedían”.

Fuera del estudio, Miguel García se convirtió también en el presentador de referencia de la vida social tomellosera. Cientos de actos culturales, deportivos y festivos llevan su sello: un estilo directo, cercano y sin artificios. “Siempre me presenté tal como yo soy, sin ningún tipo de doblez o postureo”, afirma al definir sus señas de identidad como comunicador. “La radio te da tablas, recursos, soltura, vocalización y me abrió las puertas a la presentación de numerosos actos en Tomelloso y otras poblaciones. Uno de los momentos más emotivos para mí fue cuando me encargaron presentar la Fiesta de las Letras, un reto gigantesco que inicialmente me provocó mucho respeto.  Hablé con Mariví Bolos y me dijo, solo tienes que presentar con esa naturalidad que siempre te ha caracterizado. Así lo hice y creo que salió bien”.

En su trayectoria ha entrevistado a figuras de primer nivel del mundo de la música, la cultura y el deporte. Tuvo el privilegio de hablar con Joan Manuel Serrat, Luz Casal o Álvaro Urquijo, entre otros grandes de los escenarios. Miguel García ha sido testigo directo de la evolución del periodismo, desde las cartas manuscritas de los oyentes o las llamadas telefónicas hasta la irrupción de las redes sociales, un cambio que analiza con espíritu crítico, pero también con voluntad de adaptación. “A mi me gustaba ese trabajo periodístico de prepararte bien una entrevista o un reportaje con su carga de profundidad. Hoy día todo va tan rápido, que una noticia apenas dura diez minutos”. 

Dice no haber tenido faros o modelos en el mundo de la comunicación, aunque reconoce cierta predilección por José Ramón de la Morena “que hizo un periodismo deportivo muy desenfadado e interesante y que venía a romper esa línea que había marcado durante tantos años José María García. Tuve la suerte, y ahí estabas tú también y José Luis Tello, de compartir un día inolvidable con él en una visita que nos hizo a la emisora”. 

Episodios y anécdotas guarda muchas, un comunicador que entrevistó a cantantes, deportistas, políticos, empresarios y hasta toreros. Aún tiene bien grabada en su memoria aquella entrevista que le hizo en la Plaza de Toros de Alcázar de San Juan al torero portugués, Victor Mendes. “Estábamos en directo, en el callejón, y de pronto el toro arremetió contra el burladero y el asta se me quedó a diez centímetros”.

Compromiso con Tomelloso

Ha mantenido siempre ese compromiso con Tomelloso, una ciudad en la que cada vez hay más cosas que contar. “. La ciudad está en permanente ebullición gracias a las asociaciones, el Ayuntamiento o las empresas, pero ¡somos  una ciudad virgen en muchas cosas, con mucho campo por explorar. Nos tendríamos que unir más, sobre todo a la hora de reivindicar cosas y salir a la calle. Los políticos deberían aparcar sus intereses partidistas 

A los 63 años, y tras 46 años de vida laboral, Miguel García se jubila de forma anticipada con una idea clara: “ya no tienes esa fuerza y empuje y toca dejar paso a las nuevas generaciones. Hay gente joven muy preparada, que tiene mucho y bueno que aportar y hay que brindarles esa oportunidad”. Lejos de retirarse por completo, mantiene intacta la ilusión por seguir colaborando con asociaciones, centros educativos que, en algunos casos, “tienen preciosos proyectos vinculados a la radio”, convencido de que su experiencia aún puede ser útil para los más jóvenes. 

Generoso por naturaleza, Miguel concluye la entrevista agradeciendo la labor que realizan los profesionales de la comunicación. “Una tarea que no está pagada, ni con dinero, ni con reconocimiento. Los horarios son, muchas veces, intempestivos, toca trabajar en días de fiesta, sacrificando muchas horas de vida familiar. Hay que poner en valor este trabajo”

Se va una voz histórica de Radio Surco, pero queda el legado de un comunicador honesto, cercano, trabajador y profundamente humano, que ayudó a contar Tomelloso durante más de tres décadas y que seguirá formando parte de su memoria colectiva.