Detalle de los alrededores de
Tomelloso en el mapa del partido de Ocaña de Tomás López. Año 1784.
Después de haber publicado sus últimos artículos —“1518-2018: Un quinto centenario sin repercusión” y “El pueblo antes de ser el pueblo”—, este articulista ha tenido el gran honor de recibir sus primeras críticas. Algunas más constructivas que otras, verdaderamente. La mayor parte de ellas las recibió por su último artículo, al haber especulado —que no afirmado— sobre la ubicación del antiguo poblado medieval de Posadas Viejas en el casco urbano del actual Tomelloso. A este autor —que no es historiador— incluso se le acusó de crear realidades históricas paralelas sobre el emplazamiento de esta antigua población en base a una interpretación personal —que no estudio— de ciertos datos históricos. Para él es un orgullo que haya lectores que planteen la creación de una realidad histórica en base a un artículo en el que se lanza una interpretación personal de ciertos datos históricos, pero ese no es su objetivo real. Seguro que los críticos sabrán disculpar la osadía y perdonar la ofensa de este articulista, aunque la historia no sea una ciencia exacta.
Lo dice alguien que
sabe lo que son las ciencias exactas; ya que este autor, ingeniero de
profesión, trabaja con ellas a diario, y la historia para nada lo es. La RAE
define historia como la narración y
exposición de los acontecimientos pasados y dignos de memoria, sean públicos o
privados. Y a donde no llega la
historia claramente documentada sí que llegan las suposiciones y las opiniones,
y en último término los mitos y las leyendas. Todas las sociedades los tienen.
Así fue como este autor quiso divulgar la existencia de un poblado medieval
llamado Posadas Viejas en su último artículo: No como un hecho histórico
comprobado, y sí como una posibilidad en base a una interpretación personal,
que como tal se especifica en la nota aclaratoria final del artículo.
La historia se pierde en parte con el paso de los años, y
también se retro-alimenta. Al destruirse la
documentación se destruye también nuestro pasado: Ese pasado donde no llega la
memoria y solo llegan los escritos. Al descubrir documentación perdida la
historia también se enriquece. Tomelloso ha sufrido la pérdida de su historia
en varias ocasiones, y también ha sufrido el olvido parcial de esta por su
sociedad. Lo que movió a este autor a comenzar a escribir sobre la historia de
Tomelloso fue el objetivo de enriquecerla, de realimentarla; no porque
Tomelloso no tenga historia, sino porque hasta ahora los tomelloseros no hemos
estado concienciados realmente de su valor, olvidándola parcialmente.
Ruinas de lo que parece ser un antiguo puente en el paraje de El Cuervo, a 7 kilómetros de Tomelloso. Existen documentos medievales que ya hacen referencia a este lugar, en donde existió un molino de agua durante siglos y del que aún quedan restos.
La historia no está para quedarse guardada eternamente en el cajón de un archivo. La historia siempre espera encontrarnos para que recordemos los eventos, las fechas y las personas importantes en nuestro pasado como sociedad y como pueblo. Se puede interpretar de varias maneras, y también se puede reescribir con el paso del tiempo: Por ejemplo, hace unos años se celebró en Tomelloso un acto para conmemorar el 250 aniversario de la independencia de la ciudad. Alguna crónica de este acto vino a decir que durante la Guerra de la Independencia la población fue indiferente al conflicto. Con el primer artículo de este autor que suscribe, titulado “1808: Nuestra guerra jamás contada”, se quiso demostrar lo contrario basándose en noticiarios de media Europa y en memorias de combatientes franceses, alemanes y algún polaco, además de basarse en fuentes españolas conocidas. Todas estas fuentes están disponibles en internet, al alcance de cualquiera.
Siempre hubo algo antes. Nos lo
insinúa el trazado de las calles de nuestra ciudad que fueron ya caminos hace
miles de años. Lo prueban las huellas y los objetos antiguos que han aparecido
en ellas; las piedras, los puentes y los caminos de nuestros campos nos hablan
del paso de hombres y civilizaciones que no están recogidos ni en nuestra
memoria ni en ningún escrito, aunque algunos documentos y publicaciones
antiguas nos den alguna pista: Por ejemplo, en un libro de Historia de España de 1747 escrito por un tal Estrada se
habla de un poblamiento anterior de Tomelloso en 1248, cientos de años
antes del poblamiento definitivo de la ciudad del que hasta ahora tenemos
constancia. ¿Puede ser cierta esta afirmación? Si es cierta, ¿pudo ser Posadas
Viejas o ya se llamaba Tomelloso? Aún no se sabe qué había, quién vivía y como
se llamaba lo que ahora es Tomelloso hace casi ochocientos años. De momento
solo se sabe que el libro que afirma el hecho del poblamiento fue escrito y
publicado hace más de dos siglos y medio.
Aljibes en ruinas cerca del camino de Alhambra. Este camino, que cruzaba lo que hoy es Tomelloso, podría ser una ruta con miles de años de antigüedad, comunicando en época prerromana importantes poblaciones de la Carpetania celtíbera.
Puede ser cierto también que Fernán Sánchez fuera el
primer poblador conocido del definitivo Tomelloso alrededor de 1518, porque así
lo declaró un testigo en un pleito de la época. Y
puede también no haberlo sido. Nadie de los que vivimos ahora estuvimos en el
lugar y parece que ningún otro confirmó la afirmación de aquel testigo en aquel
momento. Pero teniendo en cuenta que las
leyes castellanas del siglo XVI castigaban las mentiras de testigos en pleito
con la pérdida de sus haciendas, la pérdida de varios de sus dientes o con el
cercenamiento algún miembro corporal (según la gravedad de los hechos
juzgados), sumado a que los primeros
tomelloseros quisieron nombrar a su pueblo “Tomelloso
de San Fernando” setenta años después en su primer intento frustrado de
independencia de Socuéllamos, este autor considera que se debe suponer la
veracidad de la declaración de aquel testigo, aunque no estuviera corroborada
totalmente según algunos. En la historia, al no ser una ciencia exacta, también
caben las suposiciones y las opiniones si están sostenidas, claro está, con
buenos argumentos.
El puente de San Benito, sobre el río Záncara y todavía en pie, se construyó hace casi cinco siglos donde había un vado que cruzaban carretas y peones. Desde este puente partían dos caminos: Uno hacia el sur que llevaba a Tomelloso. Otro hacia el sureste, hacia Murcia, pasando por antiguas explotaciones y poblamientos de época romana.
Por nuestros caminos circularon caballerías y caminantes
castellanos, andalusíes, visigodos, romanos e íberos. Algunos de ellos son
el del Campo, el de Cervera, el de La Romana, el de los Hitos o el de Alhambra.
Calles de nuestra ciudad como Don Victor, Cervera, Campo, Carlos Morales o San
Roque pudieron haberse trazado incluso antes de formarse la población como tal,
ya que donde se asienta esta siempre fue lugar de paso de toda civilización. Se
pudieron haber formado poblaciones en lo que es hoy nuestra ciudad y que aún no
lo sepamos. Sí que sabemos que ya hubo sociedades en épocas muy pretéritas que
se establecieron en parajes próximos. Parajes como Las Balsillas, Las Canteras,
Cabeza de Los Frailes, La Romana, San Martín y otros guardan las heridas del
tiempo. Son numerosos los hallazgos que se han dado en nuestro término y en sus
alrededores para afirmar que ya hubo algo antes. Siempre lo hubo, aunque en
algunos casos todavía no lo sepamos con certeza.
Denario romano de la familia
Fannia del año 123 antes de Cristo. Hace décadas uno de estos ejemplares se
halló tras haber estado enterrado en el actual casco urbano de Tomelloso.
Aparte de este hallazgo, en la ciudad ha habido más de este tipo.
{{comentario.contenido}}
"{{comentariohijo.contenido}}"
Viernes, 22 de Noviembre del 2024
Viernes, 22 de Noviembre del 2024
Viernes, 22 de Noviembre del 2024
Viernes, 22 de Noviembre del 2024