A la
Eucaristía, Sacramento de la Presencia Real de Cristo en el pan y vino
consagrados, podríamos identificarla como el corazón que mueve a la Iglesia
pues este Misterio de Amor hecho Carne es quien marca sus latidos. La
Eucaristía, un enorme corazón que permanece junto a nosotros para que mediante
la oración trasforme el nuestro y así amar más y mejor. El beato Carlos de
Foucauld quien consumió su vida en la contemplación eucarística y en la
evangelización desde una pobreza extrema decía: cuanto más se ama, más se
adora.
Ningún
cristiano podrá saber lo que tal gracia significa y por lo tanto trasmitirla de
forma coherente y fiel a los demás, en especial a los más empobrecidos, si no
incluye como elemento esencial de su acción apostólica y caritativa la
contemplación y adoración del Señor presente en la Eucaristía; si no dedica un
tiempo a la admiración de un Misterio que encierra el mayor regalo, el mejor
don para la vida como creyentes, pues ningún bien por mucho valor que tenga es
equiparable a poder estar junto a Aquél a quien le debemos cuanto somos y que
tanto nos amó y sigue amando. De ahí
que todo en la vida de la Iglesia gire en torno a esa preciosa presencia de
Dios entre nosotros ya que en la Eucaristía se actualiza permanentemente el
Misterio Pascual.
En este Día de la Caridad,
Jesucristo nos recuerda que no puede ser cristiano quien no sabe ser pobre
entre los descartados, entre los invisibles de este mundo. Ante el paso de la
Custodia que sale a nuestras calles nuestra actitud debe ser de oración,
postración, entrega y agradecimiento. Ante su “escandalosa pequeñez” como signo
supremo de Amor no cabe sino arrodillarse en actitud de contemplación y decir:
gracias Señor por haberte convertido en Pan de Vida Eterna.
La Eucaristía
corazón de la Iglesia y fuente de Caridad como acción transformadora de la
sociedad, como compromiso social desde la misma Iglesia. Esta es una de las
ideas centrales del habitual escrito que la Comisión Episcopal de Pastoral
Social publica por estas fechas con ocasión de la festividad del Corpus y que este
año lleva por título Compromiso social y Caridad Trasformadora.
“Recordemos
un texto antológico del papa Francisco: «La Iglesia, guiada por el Evangelio de
la misericordia y por el amor al hombre, escucha el clamor por la justicia y
quiere responde a él con todas sus fuerzas. En este marco se comprende el
pedido de Jesús a sus discípulos: “¡Dadles vosotros de comer!” (Mc 6,37) lo
cual implica tanto la cooperación para resolver las causas estructurales de la
pobreza y para promover el desarrollo integral de los pobres como los gestos
más simples y cotidianos de solidaridad ante las miserias muy concretas que
encontramos» (EG, nº 188). De acuerdo con estas enseñanzas del Santo Padre,
podemos concluir que la acción caritativa no es mera asistencia. La caridad,
además de ofrecer los gestos más simples y cotidianos de solidaridad, promueve
el desarrollo integral de los pobres y coopera a la solución de las causas
estructurales de la pobreza.
Los
obispos españoles también hemos insistido en esta dimensión transformadora de
la actividad caritativa y hemos manifestado que «nuestra caridad no puede ser
meramente paliativa, debe ser preventiva, curativa y propositiva. La voz del Señor nos llama a orientar
toda nuestra vida y nuestra acción desde la realidad transformadora del reino
de Dios». Esto implica desenmascarar la injusticia por medio de la denuncia
profética, socorrer al necesitado mediante la asistencia y colaborar en la
organización de estructuras más justas por medio de la transformación social”. (C.E.P.S.)
Cáritas es
el organismo oficial de la Iglesia para promover, coordinar y ordenar su acción
socio caritativa en todo el mundo, es decir, el canal por donde la Iglesia
lleva la Caridad hecha carne, testimonio y vida a los más desfavorecidos. Por
eso en la festividad del Corpus Christi, Cáritas celebra su razón de ser.
Corpus Christi, Iglesia, Caridad, Cáritas, Desfavorecidos, una gran cadena de
corazones para unir los corazones de Dios y de los pobres.
El logotipo
de Cáritas no podía ser otro que el de un corazón latiendo significando así el
inmenso corazón de Jesús ofreciendo su mensaje trasformador para la promoción, liberación
y salvación mediante la entrega de miles de voluntarios a quienes son sus
preferidos, es decir un testimonio de amor cristiano trasmitido siempre desde
el Corazón de la Eucaristía al corazón de la marginación y pobreza social. Y es
que la Caridad cristiana para ser auténtica y veraz ha de trasmitirse con la vehemencia
que nos dicta la Fe y el corazón; de corazón a corazón.
Fermín
Gassol Peco
Director
Cáritas Diocesana de Ciudad Real
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Miércoles, 17 de Abril del 2024
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Viernes, 19 de Abril del 2024
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