Opinión

Allá donde esté

Joaquín Patón Pardina | Sábado, 21 de Julio del 2018
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En muchas ocasiones hemos oído esta expresión: “Allá donde esté”, refiriéndose al lugar que estará ocupando una persona familiar o amigo que murió. Los lazos de amistad o de sangre que hemos tenido con ese difunto nos llevan a acordarnos de él o de ella, a comentar sus costumbres, dichos o anécdotas.

Lo curioso de esta expresión, para mí, es que se trata de un cumplir y mentir. Por una parte presento mis credenciales de ateo o no creyente (no doy a “ese lugar” un nombre que pudiera sonar a religioso) y por otra parte  mantengo  el lazo umbilical con el finado ante los que me oyen, dando a entender que sintonizo con su nueva situación.

Es un intento de quedar bien sin comprometer mi persona con unas creencias concretas sean religiosas o simplemente animistas.

Otra frase también muy socorrida es: “Mientras esté en nuestra memoria no muere”. Esto sí es caer en un error de base ajeno a cualquier inclinación pía,  confundir la realidad con el contenido de la memoria. Yo puedo recordar algo que he estudiado o he experimentado, pero tal recuerdo no se identifica con la realidad de la cosa conocida. Por lo tanto yo puedo rememorar las vivencias que he tenido con alguien, pero eso no hace que ese alguien siga vivo. Mantengo mi recuerdo, pero no puedo conservar en  vida, lo que es objeto de recuerdo.

Mientras que recuerde a tal persona, haré memoria de ella. Su recuerdo estará vivo en mi mente pero no estará vivo en el mundo material en que nos movemos y existimos.

No intento en estas líneas solucionar las incógnitas de si hay vida después de esta existencia; si es necesario admitir el más allá; cómo será la otra vida; si se acaba todo aquí. Todos esos interrogantes que nos surgen cada vez, que nos viene el inquietante futuro próximo y a la vez inevitable.

Un prosélito de cualquier religión no sabe más, científica  o filosóficamente hablando, que alguien que no lo sea sobre el más allá.

Sí vive mejor y más feliz. Pongamos la siguiente hipótesis: Sisebuto es cristiano y como tal cree que cuando muera va a ir al cielo. Como presiente una vida feliz e interminable, este mundo le resulta interesante, pero no teme a la muerte. Si no existe otra vida ulterior; al morir Sisebuto desaparecerá, pero su creencia le ha servido para vivir ilusionado y con confianza. Si por el contrario sí hay vida posterior; Sisebuto estaba en lo cierto y ahora estará disfrutando de su vida nueva.

Esta proposición podría contentar a los muy conformistas, pero no nos tranquiliza a los que necesitamos más convicciones  firmes y razonadas.

Algunas conclusiones: Si soy de los que afirman que aquí en esta vida termina todo, no necesito quedar bien utilizando las dos frases u otras parecidas que me ofrezca la educación aparencial, para no defraudar a otros.

Si por el contrario soy creyente voy a contar con tres líneas argumentales de alta consistencia:

1.- La de la Antropología y Paleontología que me afirman que el homínido desde el momento de tomar consciencia de su existencia distinta de otros animales, se ha preocupado por el más allá. Así lo demuestran los enterramientos (descubiertos en distintos puntos del planeta) y tratamiento que daban a los cuerpos de sus difuntos.

2.- La Tradición de la Iglesia Católica que junto a innumerables religiones cree y defiende como real la existencia de la vida eterna al lado de Dios.

3.- La tercera razón la podremos encontrar en diversos textos del evangelio, donde se dan varios nombres como “casa del Padre”, “cielo”, “morada”, “paraíso”, como los siguientes:

A/ Mt. 19, 16-30 Pasaje del joven rico.

B/ Jun. 14, 2. “En la casa de mi Padre hay muchas moradas, si no fuera así, os lo habría dicho; porque voy a prepararos un lugar para vosotros”.

C/ Lc. 23, 39-43. El momento es la crucifixión y uno de los ladrones (algunos textos lo llaman Dimas) le pide compasión; Jesús le responde: “Te aseguro, hoy estarás conmigo en el paraíso”.

Con la correspondiente exégesis estos textos nos dan un gran respaldo a la fe en Cristo Jesús.

El ejercicio de reflexionar es excelente siempre,  incluso en el verano cuando disponemos de más tiempo. Los temas variados y concluyendo sin manipulaciones de nadie. Con los remos de nuestra inteligencia y el pensamiento. La dirección y la meta libres. 

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