El caso es que Julio Pérez Cuartero no para.  El maestro jubilado, que así es como se presenta, y muy conocido por ser el autor del diccionario tomellosero, se ha embarcado en un nuevo y atractivo proyecto que consiste en  acercar la grandeza de Tomelloso a los escolares, “para que los niños se sientan orgulloso de ser tomelloseros”, manifiesta. Julio Pérez ha pasado ya por todos los centros educativos de la ciudad, tanto centros de primaria como institutos, llevando unos curiosos contenidos que despiertan la atención de los alumnos.

Así, Julio les habla de los acontecimientos que han ocurrido en los últimos cien años, de tomelloseros ilustres que dan nombre a sus calles, de costumbres, tradiciones y utensilios antiguos, de viejas profesiones, de las empresas de la  ciudad, de los escritores y pintores, de las asociaciones o de tomelloseros que han sido premiados por alguna labor relevante.

No se olvida julio Pérez en sus charlas de hablar de los afamados vinos de la ciudad, del curioso lenguaje de los tomelloseros que ya analizó en su magnífico Diccionario o de aspectos más concretos como la Romería o la gran obra de Ismael de Tomelloso. “Trato de explicar a los  chicos las cosas de una manera amena y cercana, para que las entiendan y comprendan el gran potencial económio, social y cultural que tiene la ciudad en la que viven”, -señala-. Cuenta Pérez que los niños se quedan asombrados cuando les dice que engarzando todas las calles de la ciudad se podría llegar a Madrid, o cuando les habla de las famosas terreras, los varios cientos de escritores y pintores que tiene la ciudad, los grandes trabajos que hacen las empresas de Tomelloso en los cinco continentes o les desvela el significado de expresiones como la de “tener mosquitos” que significaba tener mucho dinero.  Para sus charlas, el autor del diccionario tomellosero, se apoya en un programa informático de Power Point en el que aparecen numerosas diapositivas con datos y fotografías. Confiesa que algún día le gustaría ver editado este trabajo y ya trabajo en conseguir algunos apoyos para que sea posible.

“No somos los cazurros que aparecen en los chistes”, asegura Pérez, que ahora está investigando sobre aquellos juegos antiguos que se practicaban en las calles. De hecho, va a los  colegios y pone a los chicos a jugar a esos juegos y tira fotografías. “Como no puedo reproducir las caras de los niños, me hacen unos esquemas de los juegos que están quedando francamente bien. Se trata de recuperar un patrimonio de juegos muy rico que debemos conservar”. También está enfrascado en un interesante trabajo sobre la labor que realizan las asociaciones. En realidad el trabajo de investigación de Julio Pérez no acaba nunca, “siempre hay aspectos de nuestra ciudad que descubrir y a mí es algo que me encanta y que me permite estar activo en mi jubilación”.

Es de Quintanar del Rey, pero Julio Pérez es ya un gran y reconocido tomellosero, a donde llegó para dar sus clases de maestro,siendo siempre un profundo admirador de la forma de ser y de expresarse de sus vecinos. Con mucha entrega e ilusión, Pérez sigue explicando de forma gráfica, directa, amena y divertida sus hallazgos, para que los niños asimilen la espectacular evolución que ha tenido Tomelloso durante todos estos años. Solamente con ver las caras de asombro que ponen cuando les dice algún dato curioso, este inquieto tomellosero y hombre de bien se siente inmensamente feliz.