Serrano realiza un balance muy positivo del año 2017 que está a punto de acabar. "Ha sido un año muy bueno. Gané el campeonato de España por categorías en Vera; también me llevé en Valencia la Copa Presidente con un resultado de 196 platos sobre 200, gané también el campeonato regional, con un record de 149 sobre 150 y quedé tercero en el Campeonato de España por autonomías, en su fase individual".

Crisis en la Federación

El tirador tomellosero está muy pendiente de la situación de la Federación. Aunque tiene firmados compromisos con Armusa, Beretta, Blinker, Verum o Casa La Torca que le ayudan económicamente, el problema de la Federación es muy serio. Según ha publicado un rotativo de tirada nacional, en el 2011, la Federación de Tiro ya acumulaba un déficit de cinco millones de euros y, entonces, para hacer frente a los gastos corrientes, recibió un préstamo del Consejo Superior de Deportes de 975.000 euros. Por este concepto, la RFEDETO debe devolver cada año unos 220.000 euros, cantidad que se descuenta de la subvención estatal, que asciende a 810.000 euros. El presupuesto del organismo es de 1,3 millones, cubierto con subvención pública y recursos propios.

A finales de 2015 presentaba una deuda de dos millones. Para reducir los números rojos, su anterior presidente, Rodrigo de Mesa, vendió, en febrero de 2016, la sede de la Federación, pero como no cuadraron las cuentas solicitó, en diciembre del pasado año, en pleno proceso electoral y sin la autorización de la Asamblea, un préstamo al Banco Sabadell de 700.000 euros y otro de 550.000 euros al Banco Popular. Para la concesión de este último crédito, Rodrigo de Mesa se comprometió con ese banco a ceder 550.000 euros de la subvención percibida por el CSD. Ahora, la deuda ronda los dos millones. Para evitar el colapso, la directiva del actual presidente, Miguel Francés, ha solicitado a la Agencia Tributaria un aplazamiento de los pagos.

Vicente Picazo, secretario general de la Federación de Tiro, sostiene que todos los problemas nacieron en 2005 con la construcción del Centro de Alto Rendimiento de Las Gabias, en Granada, que supuso un desembolso de 12 millones de euros y que en este momento se encuentra prácticamente inoperativo, con varias instalaciones inutilizadas debido a su deficiente estado de mantenimiento.

La bancarrota de la Federación repercute en la economía de los deportistas que se entrenan como profesionales y viven como amateurs. Tiradores que compiten en cualquier parte del mundo se tienen que costear los viajes de su bolsillo.