Me gusta la igualdad, pero detesto el feminismo. De verdad, lo intento, pero no me veo como un hombre. Hay mujeres que sí, desarrollan su corpulencia incluso su estado hormonal en pos de una igualdad milimétrica totalmente irreal. Soy mujer y me basta con saber que a nivel laboral, intelectual, cultural y vital puedo ser igual o mejor que un hombre.

Igualdad en este ámbito no es un dato de exactitud matemática. Es una posición vital. Como todo en el mundo, lo mejor es la moderación. La igualdad de hombres y mujeres dentro de la diversidad, dentro de la normalidad de vida. Que no sea necesario elevar la voz. Que no sea necesario celebrar el día de la mujer. Sin más.