Dos meses han transcurrido ya desde que se iniciara el programa de Educación Física Inclusiva que desarrollan el Colegio de Educación Especial “Ponce de León” y el C.P.Virgen de las Viñas. Recientemente, el director general de Educación de Castilla-La Mancha y el director provincial, Francisco Navarro, además del concejal de Educación y la concejala de Asuntos Sociales quisieron conocer “in situ” un programa que está dando unos excelentes resultados. Pedro García Olmedo y Alejandra Castillejo, del Ponce de León y Ramón González Bellido, del Virgen de las Viñas, son los profesores que lo dirigen. La Voz de Tomelloso ha hablado con el primero de ellos para profundizar en este revolucionario método de educación física que partió del Ponce de León, un centro modélico en la enseñanza de personas con discapacidad.
¿Por qué se eligió al Virgen de las Viñas como compañero de viaje en este programa?
Por la buena disposición de su director y profesor de Educación Física, Ramón, que estaba encantando con el proyecto y también por la cercanía que permite hacer los traslados en unos diez minutos aproximadamente. El proyecto parte del Ponce de León, y aquí trabajamos con grupos muy reducidos. En una clase de Educación Física siempre interesa trabajar con un número mayor para los juegos, deportes y actividades que se organicen. De ahí nuestro interés por mezclar a nuestros alumnos con los de otros colegios.
¿Cómo están siendo los resultados?
Mucho mejor de lo que pensábamos. En el centro contamos con niños autistas, que suelen ser solitarios y poco sociales. Pues bien a la hora de dar la clase de Educación Física con los niños del Virgen de las Viñas, trabajan muy bien, de manera autónoma, sin necesidad de que estemos pendientes de él. De hecho, cuando vinieron las autoridades fue una visita muy agradable, se quedaron encantados con lo que hacemos y el director general nos encargó que seamos nosotros los que confeccionemos el christma navideño con el que felicitará las fiestas. El consejero también se ha comprometido a visitarnos para ver como trabajamos en un programa pionero en la región.
¿Con qué periodicidad trabajan?
Las clases son quincenales. Cada dos semanas, o vienen los del Virgen de las Viñas aquí, o vamos nosotros allí; nos vamos alternando. Ramón nos da libertad absoluta para preparar la sesión. Las montamos a base de unos juegos que puedan realizar nuestros niños. Hay que tener en cuenta que llevamos chicos en silla de ruedas, otros con síndrome de down, chicos con parálisis cerebral…De este modo, los alumnos con capacidades normales les ayudan a realizar sus actividades.
¿Y como está siendo la actitud que están mostrando los alumnos del Virgen de las Viñas?
Muy buena. Lo vemos nosotros en cada sesión y luego en la retroalimentación que hacemos de la actividad con Ramón, evaluando como ha sido la sesión, él nos comenta que la actitud de los alumnos es mucho mejor cuando trabajan con los del Ponce de León, que cuando trabajan solos en una clase normal y corriente. Los alumnos se motivan, ayudan a nuestros niños, se lo pasan bien….Están viendo una realidad que conocen poco y que les va a resultar muy beneficiosa.
Este programa se desarrolla a lo largo de todo el curso, ¿no es así?
Sí, comenzamos en octubre y llegaremos hasta junio. Hasta ahora solo han participado cuatro grupos del Ponce de León, de la etapa de EBO (Educación Básica Obligatoria), mientras que en el Virgen de las Viñas participan los grupos de quinto y sexto de primaria. A partir de enero, y como el resultado ha sido tan bueno, se ampliará el programa a otro grupo de aquí con niños más pequeños y afectaciones más graves, como los que tienen parálisis cerebral y no tienen vocabulario, solo se comunican a través de imágenes y muchas dificultades de motricidad. Vamos a trabajar con ellos para que los otros chicos les ayuden a realizar lanzamientos, a realizar traslados de elementos, a jugar llevándolos en la silla de ruedas y otro tipo de cosas.
Usted ha trabajado en la educación primaria normal y ahora está en la especial, ¿Cuáles son las grandes diferencias?
Cuando llegué a trabajar aquí tenía mis dudas y temores. Pero con la ayuda de mis compañeros fui sacando mi trabajo adelante. En un colegio normal, el programa está planificado de antemano, aquí sin embargo tienes que imaginar y crear constantemente, adaptándote a una situación concreta y mantener siempre la tensión. Te tienes que marcar unos objetivos muy pequeños y a largo plazo, porque cada avance cuesta un mundo, pero que son muy satisfactorios cuando los alcanzas. Son muchos días de trabajo para conseguir un poquito. Yo estoy muy a gusto aquí, pero también es cierto que a veces echas de menos el alboroto de una clase de 25 críos. Pero bueno hoy otras muchas cosas que te compensan, sobre todo, el cariño constante que ofrecen los chicos. Nos pasamos el día entre besos y abrazos, y eso te ayuda a sobrellevar un trabajo que no es fácil. Al fin y al cabo, nuestro gran objetivo es que los chicos sean felices.
En definitiva que usted se encuentra muy a gusto aquí…
Sí, mucho. Cuentas con mucha libertad para poner en marcha tus iniciativas y las instalaciones son estupendas. Contamos con materiales muy caros, por ejemplo, una sala multisensorial con unos programas informáticos en la que los chicos pueden saborear distintos ambientes. Hay alumnos que necesitan para ellos solos herramientas de adaptación que son carísimas. De hecho, aquí estamos treinta y un profesores para noventa alumnos, además del personal de cocina, los fisioterapeutas, el enfermero y los auxiliares técnicos educativos. La mayor particularidad de este centro es que la gente que viene se queda aquí muchos años trabajando.
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Viernes, 27 de Diciembre del 2024
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