Nicomedes Marquina es un hombre polifacético: es la cara
visible de la Asociación de Mulas y Carreros de Tomelloso, canta flamenco, es
un guisandero de primer nivel, un celoso guardián de las costumbres de
Tomelloso y un gran conversador. Nicomedes está siempre dispuesto a colaborar
con quien lo necesite y a pesar de haber pasado, y bien, de los ochenta años,
no para.
Nos recibe en su casa, en el brasero, que a pesar de ser
abril la tarde está fresca. Empezamos hablando por su asociación «la Asociación de Mulas y Carreros de
Tomelloso, la creamos en el año 2008. Yo había estado con unos amigos que tenía
mulas, a mi hijo le dio envidia y fuimos a Valencia a por una yunta. Y esas son
las que tenemos ahora». Es decir, que el 2008 se reencontró con unos
animales «con los que estuve hasta los
35 años. Después fui camionero hasta los 68 años que me jubilé. Me gustaban las
mulas mucho y como aquí en el pueblo había muchas, me lie ora vez con ellas».
Nicomedes Marquina y su asociación organizan una serie de
actividades tradicionales y participan en otras durante todo el año «nosotros organizamos el Día de la Simienza
y un concurso de arada; salimos en la Romería y en la Feria, en el día de los
enganches». Tiene las mulas «ahí
donde tenían las vacas los “Caines”, en la Huerta de Marquina que se llama el
paraje». Nicomedes les da de comer a las mulas dos veces al día, todos los
días, paja y cebada y las saca de la cuadra «cuando llego las suelto en un descampado que tengo para que den cuatro
brincos».
Lógicamente Nicomedes tiene una gran colección de “trastos”
para las mulas que le han ido regalando sus amigos «cuando compré los animales me dieron cosas, arados, garabatos,
vertederas…». Ante nuestro
desconocimiento, Marquina nos explica que el garabato es un arado de una mula,
también hay vertederillas, que así se llaman, para animal, «y vertederas y arados de yunta.
También tengo una vertedera gorda de cinco mulas que era para levantar viñas. Y
ubios, que también tengo tres o cuatro. En otros sitios a los ubios les llaman
yugos». También ha reunido una impresionante colección de arreos gracias a
los regalos que mantienen él y su hijo que es «un excelente guarnicionero aficionado, mira, ahora va a hacer dos
cabezones. Le gusta mucho y cose muy bien».
Por lo que nos cuenta Nicomedes, las mulas están en la
cuadra con un cabestro «le pones la
cabezada, la manta, la collera, las retrancas, los tiros y la enganchas en el
carro. La que van adelante no llevan retranca ni silla, llevan un tiro de
ganchos y el resto igual». Asegura que las mulas no sufren «si lo hace es porque está mal aparejada».
El gañán era el que
estaba con las mulas
Gañán es una palabra que se ha desvirtuado y que se usa de
manera despectiva y que Nicomedes reivindica «el gañán era el que estaba con las mulas, a diferencia del peón que
trabajaba con sus manos. Tenía ventaja el gañán con respecto al peón en que
físicamente trabajaba menos, pero el primero tenía que cuidar las mulas todos
los días». Dentro de los gañanes había un escalafón «el que más mandaba era el mayoral, detrás estaba el “ayudaor”, el zagal
grande, el segundo zagal y luego estaba el tercer zagal y el zagal chico que
era el encargado de la cuba del agua».
Nicomedes nos cuenta que los domingos iba con un amigo que
era tractorista a aprender a manejar un tractor «con el carnet de tractorista en el bolsillo, me vino a buscar un señor
para que trabajase en su casa, Pablo Ruiz. Estuve con él cinco años hasta que
me fui a los camiones. Y con los camiones estuve hasta los 68 años».
Marquina alaba la labor que están llevando a cabo las distintas asociaciones de Tomelloso que se preocupan por recuperar las mulas, con la importancia que ese animal ha tenido para la ciudad y las tradiciones de años pasados «tengo muchos años, voy a hacer 85, pero todavía hago algo. Hay que sembrar… y ahora vamos a arar una viña que nos han dejado para que la cultivamos de la manera tradicional».
Que no se pierda la
tradición de las mulas en Tomelloso
Por su edad, a nuestro interlocutor le tocó vivir esa época,
no tan lejana, en la que la gente se iba al campo de quincena. Nicomedes recuerda
nombres de casas de labor y parajes lejanos, más allá de Cinco Casas «hasta Semana Santa nos íbamos para dos
semana, después, como los días son más largos, estábamos una semana. Venías sin
afeitar y con más mierda que un gorrino. Cuando llegaba, me tenía mi mujer
preparada en el patio una palangana de agua un poco templada por el sol y esa
era la ducha que teníamos. No se pasaba hambre, pero le faltaba muy poco». Nicomedes
lo tiene claro, «hay que recuperar las
cosas de entonces, pero lo malo no».
Nicomedes es un asiduo participante de los concursos de
arada con mulas «este año, como Ramón
Coronado no ha podido, hemos organizado nosotros el suyo. Y, por cierto que me
han dado un premio. De Villafranca nos trajimos el primer premio, y muchos
galardones que he conseguido».
Si llega el caso, Nicomedes también le guisa unas gachas o
unas migas a quien se lo pida «claro que
sí, hay que pasarlo bien». Es un defensor vehemente de las tradiciones, de
hecho le pidió a Emiliano García-Page «que
no se acabe nunca la tradición de las mulas en Tomelloso. También se lo dije al
consejero de Agricultura, que le hice unas gachas el pasado año en la
presentación de La Voz de Tomelloso, que por cierto estuvieron muy buenas»
Y Nicomedes nos deja, para acabar, uno de sus famosos
brindis:
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Lunes, 5 de Mayo del 2025
Domingo, 4 de Mayo del 2025
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