Este 8 de marzo, Día de la Mujer Trabajadora, La Voz de Tomelloso quiere rendir homenaje a todas las mujeres. Por este motivo ofrecemos a nuestros lectores una entrevista con una mujer que es ejemplo por su profesionalidad, activa participación en la sociedad que le rodea e implicación en numerosas causas. Es Ana Palacios Cañas, arquitecta, casada y madre de dos hijas. Solo hay que darse una vuelta por la ciudad para comprobar el creciente prestigio y actividad de una mujer que proyecta numerosas obras, que tiene muy clara  la importancia del esfuerzo para alcanzar el éxito y que se reinventa continuamente.  Ese espíritu viene en los genes de una familia trabajadora y emprendedora, de las que nunca se rinde por muy mal que vengan dadas. Hija de Isabel Cañas, otra gran mujer trabajadora y hermana de Alicia, reconocida científica,  Ana Palacios tiene muy cerca los modelos en los que inspirarse.

-Usted es otro claro exponente de una familia que todo lo ha conseguido a base de trabajo y esfuerzo…

-Mi mayor ejemplo han sido mis padres. Desde que tengo uso de razón siempre los vi trabajando, luchando por lo que ellos querían, incluso por algo que se podía ver tan lejano como un hospital para la ciudad. Recuerdo  mi madre en su taller de confecciones con el suelo lleno de aquellas pancartas que pintaban. Ella y otras mujeres se movieron mucho y fueron incluso al Ministerio a plantear la reivindicación. Con mi padre pasaba lo mismo, lo primero era el trabajo y su familia. Son claros ejemplos de ese espíritu de lucha y esfuerzo que siempre ha caracterizado a la familia.

-Las mujeres de la familia se decantaron por diversas salidas profesionales, pero usted eligió la arquitectura, ¿por qué?

-Desde pequeña me encantaba el dibujo y las matemáticas. Eran las asignaturas que me parecían más sencillas. Siempre fui más de números que de letras.  Cuando tuve que decidir lo que iba a estudiar me debatí entre una ingeniería y la arquitectura, pero finalmente me decanté por la arquitectura porque me atraía más todo lo relacionado con el diseño y el dibujo. Disfruto mucho con mi trabajo, intentando agradar a mis clientes en los proyectos y obras, pensando en todo momento en sus necesidades y aportando todo lo que está en mi mano para obtener el diseño más acertado.

-El mundo de la construcción ha estado claramente dominado por los hombres, ¿le ha costado hacerse un hueco?

-Desde el momento en que empecé a trabajar hasta ahora se ha notado una evolución positiva en el trato. Pero creo que he tenido mucha suerte y con todas las personas que me he ido encontrado a lo largo de mi periplo profesional me han tratado muy bien. Empecé a trabajar en un estudio de arquitectura en Madrid, después en Oria Ingeniería y luego decidí establecerme por mi cuenta. En todas estas etapas profesionales, la relación con delineantes, encargados de obra, aparejadores, arquitectos, promotores…fue muy buena. Por fortuna me he encontrado una cultura de mayor tolerancia y respeto hacia las mujeres que, quizá, en otros tiempos, era más difícil de encontrar. Puede que haya habido algún caso aislado al que tampoco le di mucha importancia. 

-¿Cuál es el sello que intenta dejar en sus proyectos?

-Me involucro mucho en mi trabajo y a la hora de proyectar te relacionas con clientes que tienen gustos muy diferentes: a unos les gusta más una línea minimalista, otros prefieren soluciones más modernistas o recargadas…Yo siempre intento ponerme en su lugar , ofreciendo siempre soluciones que aúnen la practicidad, la estética y el diseño.

-La construcción es un sector que siempre ha tenido gran peso en la economía de Tomelloso y comarca, ¿cree que se está produciendo un repunte después del varapalo sufrido en la crisis de 2008?

-La situación de hace quince años no se va a dar. Aquel paisaje de Tomelloso lleno de grúas es irrepetible. Pero sí he observado más movimiento de gente que quiere construirse su vivienda unifamiliar o un local comercial, gente que busca solares para algún proyecto que pretenda llevar a cabo en el futuro. A partir del año pasado y también es éste se ve algo de más alegría, se está perdiendo ese miedo de años atrás que atenazaba un poco a la gente.

-De los muchos proyectos que ha realizado, ¿de cuál se siente más orgullosa?

-Me siento orgullosa de la gran mayoría de proyectos que he realizado. Sobre todo porque los he hecho con entrega y mucho cariño hacia esos propietarios que han depositado su confianza en mí. Cuando la obra finaliza y el cliente queda contento, es un momento de mucha satisfacción. Para un arquitecto siempre es un reto alcanzar esa meta,  la finalización de la obra, con arreglo a lo que se pretendía en un principio 

-Desde su punto de vista, ¿cómo se construye en Tomelloso?

-Sinceramente pienso que debería existir un orden y un mayor control en cuanto a la estética, tal y como sucede en otras poblaciones. Seguimos guiándonos con un Plan de Ordenación Municipal del año 84, a expensas de que se pueda redactar el nuevo plan. Ese plan se ha quedado obsoleto y no marcaba unas pautas constructivas que hubiera sido lo más lógico y razonable.

-Por cierto, ¿qué opinión le merece la remodelación de la plaza de España?

-Al final, la plaza está siendo utilizada por la mayoría de los tomelloseros. Ha tenido muy buena acogida. Ha habido críticas, sobre todo durante la ejecución de la obra que se podría haber hecho de otra manera, pero el resultado final da la razón a quienes pensaban que diseñar una plaza peatonal no supone ningún problema, puesto que no se ha perjudicado sustancialmente el tráfico. Al mismo tiempo se ha creado un espacio que se puede utilizar para numerosos eventos. Yo hubiese cambiado algunos detalles de la plaza, pero considero que la idea de peatonalizar la plaza fue acertada; es bien visible el disfrute que está teniendo por parte de los ciudadanos.

-¿Cómo se organiza para compaginar vida profesional con vida familiar y también con la actividad que desarrolla en varios colectivos?

-Estoy algo estresada, pero también soy feliz haciendo tantas cosas y llevando una vida tan activa. Atender a mis hijas me exige también mucho tiempo, pero como trabajo no estoy con ellas todo el tiempo que yo quisiera. Los días laborables, a veces, son de locura, pero afortunadamente llega el fin de semana en el que desconecto y lo dedico por entero a mi familia

-Las mujeres van consiguiendo muchos logros, pero, ¿considera que todavía es largo el camino que queda por recorrer? 

-Hemos avanzado mucho y también depende mucho de la época con la que nos comparemos. Está claro que habido una evolución positiva de las mujeres, pero todavía quedan muchas cosas por hacer y conseguir.

-La violencia de género  sigue dejando unas cifras terroríficas. Desde su punto de vista ¿cómo se podría atajar esta lacra?

-Pienso que la Ley debería ser más dura. Las penas tienen que ser más severas y contundentes. Y luego hay otro factor importante que es el de la educación. Esta es la mejor arma para prevenir desde edades tempranas pensamientos y conductas que luego pueden hacer mucho daño. 

-¿A qué mujer o mujeres admira usted más?

-A mi madre. Es una mujer referente para mí, una luchadora y emprendedora nata, trabajadora donde las haya, positiva siempre y el mejor ejemplo que he podido tener.

-Hay una Ana Palacios que es arquitecta, pero también una mujer que se ha implicado en numerosas actividades y causas, ¿no es así?

-He sido muy deportista, aunque ahora tengo algo aparcado el deporte por mis obligaciones familiares y laborales. Jugué más de quince años al fútbol en el equipo local, he participado varios años en el programa Start to Run y en dos ocasiones he corrido la 10K. Actualmente practico tenis y cuando el tiempo me lo permite nado. También pertenezco a la peña Harúspices, con la que recientemente he  bailado y disfrutado de un gran carnaval.  También estoy en varias asociaciones; soy hermana de la Virgen de las Viñas y estuve doce años perteneciendo y saliendo con la hermandad de Medinacelli. Y en cuanto a aficiones, una de las más  practico es la fotografía, me encanta.