Mercedes González García  mantiene una intensa actividad docente a distancia, como toca en estos duros tiempos del coronavirus que ha trastocado todos los sectores de la sociedad. Pero ni siquiera en tan complicadas circunstancias se apaga la luz y creatividad de una mujer que aporta grandes dosis de pasión y energía en todo lo que hace. Educación y teatro serán los dos grandes vectores de esta entrevista con esta profesora del Santo Tomás-La Milagrosa que lleva más de un cuarto de siglo en el laureado grupo “Carpe Diem” y que es la actual presidenta de Teatro Aficionado de Castilla-La Mancha. 

-Por lo que he podido leer en sus redes sociales, creo que no lleva demasiado bien este largo confinamiento, ¿no es así?

-Bueno, no lo he llevado mal del todo. Me ha ocurrido un poco como a todo el mundo, he tenido momentos mejores y  peores. Lo que si he estado  es muy entretenida, haciendo muchas cosas. En líneas generales, lo he llevado bien, con la paciencia y resignación que requiere este momento tan complicado.

-¿Comó está siendo el proceso de enseñanza no presencial con los alumnos? ¿Estaba preparado el sistema para una contingencia así?

- Todo esto nos ha pillado de sopetón a todo el mundo y tampoco  pensábamos que se alargaría tanto. Yo creo que depende de los medios que manejes y además cada maestro es un mundo. En nuestro cole ya contábamos con un espacio virtual  que unos utilizaban más y otros menos. Ahora nos hemos obligado, pero teníamos el soporte y la mayoría de los chicos disponían de los recursos. Las dos primeras semanas estuvieron ocupadas con el correo de la plataforma, pero después me fui organizando mis clases virtuales y prácticamente las doy de la misma manera que si fueran presenciales.

-¿Comparte las medidas que se han ido adoptando por las autoridades para la finalización de este curso?

-Ha habido mucha incertidumbre. Pienso que cada uno lo hace lo mejor que puede desde el cargo de responsabilidad que ocupa, pero a los políticos y técnicos  les ha pillado a contrapie.  Hasta hace pocos días no sabíamos cómo teníamos que evaluar a los alumnos. Lo peor que puede pasar es que no haya unas instrucciones claras y concretas, al margen de que te gusten más o menos, pero que sepas lo que tienes que hacer. Nos han tirado una pelota a los maestros diciéndonos un poco hazlo como  tú veas, todo un poco aleatorio y con un mensaje a los chicos que, desde mi punto de vista, no ha sido el adecuado; si trabajan mucho o poco este trimestre como que nos le pasa nada. Hay ciertos casos que tendrán sus dificultades y habrá que atenderlos individualmente, pero en otros casos los chicos tienen que seguir cumpliendo sus obligaciones. A mis alumnos les sigo exigiendo esfuerzo y trabajo, pero claro si la nota del tercer trimestre no computa excepto para bien que es lo que manda la orden, puede haber algo de relajación. 

-Desde la experiencia que nos aportará esta situación, ¿tendrá que cambiar a partir de ahora la educación?

-Creo que sí. Trabajar a distancia es algo que se puede y se debe aprovechar. Un profesor en el aula es imprescindible, por supuesto, pero perdemos mucho tiempo en cosas presenciales que se pueden trabajar a distancia. Contamos con un montón de recursos, de plataformas. Yo conocía muchas de estas cosas, pero estoy descubriendo otras: presentaciones de clases invertidas, cuestionarios a distancia, exámenes a distancia dejando a los chicos que tengan los recursos al lado que, al fin y al cabo, es lo que van a tener en la vida. Los exámenes memorísticos ya tienen poco sentido.

-Se está viendo cómo terminar este curso, pero también hay que ir pensando en cómo tiene que empezar el siguiente…

-Será complicado. No sé donde vamos a meter a los chicos para que puedan guardar la distancia de seguridad. Vamos a tener que seguir indagando, aprendiendo y organizándonos para que muchas de las actividades del aprendizaje puedan ser a distancia. En muchos oficios el teletrabajo llega para quedarse y algo parecido ocurrirá en la educación donde muchos profesores tendrán que seguir utilizando estos recursos y cambiará su manera de dar clase. Aunque todo irá en función de cada profesor, depende mucho de la persona.

-La cultura también se ha visto brutalmente afectada por la pandemia y en particular el teatro, una de sus grandes pasiones. ¿qué nos puede contar al respecto?

-Esto es un dolor de corazón. No solo a mi nivel, el aficionado, sino también en el ámbito profesional. Desde la Federación se está intentando dinamizar virtualmente el teatro, pero claro, ¿cómo vamos a dinamizar virtualmente algo como el teatro que es algo eminentemente vivo? El teatro se hace en vivo. Pero como alternativa se están creando espacios enlatados con directores y actores profesionales que están subiendo sus obras para que la gente las pueda ver durante el confinamiento. El Instituto Nacional de las Artes Escénicas y la Música tiene una Teatroteca que permite pedir prestadas obras de teatro de mucha calidad. La 2 está poniendo los jueves obras de teatro y eso permite saciar las ganas de teatro de los amantes del género.  Mañana tendremos una reunión por zoom en la Diputación con José Manuel Caballero y David Triguero para que planes hay con el teatro. Está claro que habrá que reinventarnos de alguna una manera y estoy convencida, por ejemplo, de que el Festival Nacional de Almagro se podrá celebrar con todas las medidas de seguridad  que sean precisas. 

-¿Costará mucho recuperar esa confianza para que el público pueda volver a llenar los patios de butacas de los teatros?

-Está claro que sí. Podemos hablar de un año o año y pico. Y nos estamos refiriendo solo al público, pero…¿y los actores? En las tablas se tienen que acercar, se tienen que besar y luego están los regidores, los montadores…Va a ser muy complicado, a no ser que surja pronto una vacuna que cambie radicalmente la situación. Mientras tanto, nos toca tener paciencia, seguir las directrices que nos marquen y hacer lo que se pueda hacer.

-¿Tenían mucha actividad programada para estos meses de primavera?

-El pico de actividad en el teatro aficionado es en los meses de otoño. Pero en está época también hay cosas. En la Federación teníamos ya organizadas para finales de marzo nuestras jornadas asamblearias en Almagro y las tuvimos que suspender. Unos premios de las artes escénicas en Madrid que organizaba este año la Federación de Castilla-La Mancha y donde teníamos como invitada de honor a María Galiana, también los tuvimos que posponer. Estaba ya todo montado y contábamos con la colaboración de Verum. Esperamos poder hacerlo en enero o febrero del próximo año porque antes será imposible. Y con Carpe Diem habíamos estrenado unas semanas antes Lady Violet, pero todas las bases de los certámenes en los que pensábamos participar no han salido. Todo está paralizado. En el grupo, tres compañeros han estado enfermos y ha sido muy complicado y triste.

-En cualquier caso, usted sabe adaptarse a las circunstancias y sigue trabajando en algunos proyectos…

-Desde que entré en el colegio he hecho teatro con los suyos. Tenemos un programa que se llama Arte donde dinamizamos muchas actividades culturales. Hacíamos mínimo tres obras de teatro al año. Cuando llegó la pandemia, llevábamos ya tiempo ensayando el Don Juan Tenorio y una obra colectiva del teatro de los años 20. Estoy echando mucho de menos el hacer teatro con mis alumnos, y para no perder lo trabajado, estamos haciendo un guión en común para que ellos se graban en su casa y luego hacemos el montaje final y haremos teatro confinado. Para la segunda semana esperamos poder estrenarla.

-¿Extraeremos algunas lecciones de esta pandemia?

-Yo soy una persona muy optimista, pero en este caso particular pienso como nuestro paisano Antonio López. Creo que no aprendemos, que somos un poco borricos y cuando salgamos de ésta, alguien habrá que pueda meter la pata. Es una cuestión de mucha educación y concienciación. Puede haber buena predisposición al mismo principio, pero albergo dudas de que esa actitud tenga continuidad en el tiempo. Probablemente, seguiremos destrozando la naturaleza y cometiendo los graves errores que hemos cometido.