Recuerdo, así a bote pronto, disparates como aquel alumno o alumna, contestando que el hombre primitivo se refugiaba en las “tabernas”, que el rio que pasa por Viena es el “Vesubio azul”, que la capacidad pulmonar en el ser humano es de “cinco mil litros”, que los rumiantes son los animales que “eructan al comer”, que los habitantes de Ceuta se llaman “centauros” y el que me pareció el más gracioso de todos; que los estimulantes del sistema nervioso, son el café, tabaco y…las mujeres.

 En otras ocasiones las respuestas denotan que algo les suena del tema sobre el que son examinados y entonces la respuesta va acompañada de una explicación versadamente creativa y subrealista que acaba dando la puntilla. Aquí les dejo algunos ejemplos. A la pregunta sobre las etapas más importantes en la evolución del hombre, el alumno responde: “Sobre el año 570 se cree en la primera aparición del Homo sapiens. A partir del 570 y hasta el 1210 el Homo habilis. A partir del 1210 y hasta aproximadamente el 1701 el Homo erectus y después, hombres normales”. Y es que la ignorancia es como todos sabemos muy valiente y atrevida.

Como puede observarse se tratan de contestaciones “chuscas” en las que el examinando responde lo primero que se le ocurre, que el objetivo es no dejar la pregunta en blanco, pues eso se ve mucho. Son respuestas que demuestran ignorancia sin más. 

Sin embargo he leído una que tiene mucho más trasfondo por lo que después comentaré. La pregunta en cuestión hacía referencia a quien era Beethoven y la respuesta fue: (sic) “Este era un señor sordo que compuso la letra de Miguel Ríos o sea el Himno de la alegría. Pero cuando la hizo no era de rock. Además daba muchos conciertos en la época de Franco”. 

No me digan que la respuesta no tiene miga. Y digo que tiene “miejón” porque el alumno o alumna en cuestión demostró tener una empanada mental músico histórico política de no te menees; no solo equivocaba al autor y a una obra universal de la música como pocas, sino que sobre todo falseaba de una manera escandalosa la historia elevando a los altares de la música a un, por otra parte magnífico rockero, asignándole nada menos que la novena sinfonía y de paso metiendo nombres que nada tienen que ver con el asunto. 

Esta respuesta bien puede ser un ejemplo más de la profunda incultura que existe sobre todo lo que es historia. Una respuesta que denota la ignorancia, no ya de conceptos, sino sobre lo que antes se consideraba cultura general, sobre todo aquello que ha sido el origen de lo que hoy existe. La mayor ignorancia de las nuevas generaciones tiene el origen así mismo en el desconocimiento de las fuentes, de aquello que sustenta la base de nuestra cultura, esto es religión, filosofía, historia, literatura…de todo aquello que no trata de lo inmediato y positivo, pero que se antoja necesario para que el ser humano haya podido llegar al estatus cultural donde hoy se encuentra y del que parece abdicar.