Uno de los establecimientos señeros de Tomelloso es Ferretería Ortiz. Sesenta y siete años contemplan un negocio fundado en marzo 1953 por una familia emprendedora que también se introdujo en el ramo de los electrodomésticos y el butano. A pesar de las dificultades que corren para el pequeño comercio, ahí siguen los hermanos Ortiz, Luis y Rafa, con una tienda en la que el cliente encuentra siempre calidad, cercanía, asesoramiento y buen servicio.
Luis Ortiz nos atiende con exquisita amabilidad en una entrevista que realizamos a primera hora. La tienda ha abierto sus puertas a las nueve de la mañana y ya asoman los primeros clientes. Suele decirse, y es cierto, que en la ferretería hay de todo. Material para socorrer a los oficios más diversos y también para resolver las necesidades variopintas de las casas. Cuando damos vueltas buscando algo, el proceso suele concluir con esta frase, “iré a la ferretería seguro que tienen” y la máxima siempre se cumple.
Luis nos muestra unas antiguas fotografías de la inauguración de la tienda . Fotos en blanco y negro llenas de encanto y que descubren la solera del negocio. “Mi padre, Alejandro, fundó el establecimiento junto a mis tíos Antonio y José, en la calle Socuéllamos 4. Empezaron juntos en la ferretería y luego abrieron la tienda de electrodomésticos en la calle Don Víctor. Posteriormente en torno al 60 empezó el butano, y a pesar de que había algunas reticencias en la gente por lo novedoso del sistema, empezaron a dar servicio repartiendo con un motocarro. Fueron creciendo y montaron el almacén que había justo enfrente de la cooperativa. Luego partieron y cada uno se quedó con un negocio, mi padre con la ferretería. Tambien llegó a tocar algo de decoración y lámparas, pero lo enfocó en ferretería, menaje y electricidad”.
Luis y Rafa Ortiz son el segundo eslabón de la familia de comerciantes y acumulan ya un largo periplo en la tienda. “Cuando vine de la mili empecé en la tienda, con 20 años. Aunque siendo un niño ya ayudaba los sábados y otros días que no tenía colegio. Correteaba por la parte vieja, la nueva la hicimos en 1998 que la inauguró el entonces alcalde, Ramón González. Esa manzana a compraron entre mi padre, mis tíos, Menchén y Negrillo”.
Confiesa el ferretero que ha sido un amante de su profesión, aunque reconoce que con el paso de los años vas sufriendo un desgaste “sobre todo porque la situación que tenemos te desanima un poco. Internet ha hecho mucho daño, pero es algo que está ahí y no le podemos poner puertas al campo, porque ha venido para quedarse, con sus ventajas e inconvenientes”.
A Luis Ortiz le duele que haya gente que utilice los negocios que están abiertos al público como referencia para ver productos y comparar precios, “porque a la larga muchos aprietan el ratón y compran por internet. Por decirlo de una manera coloquial, nos ponen un poco los cuernos en ese sentido. Y luego está la gente joven que se ha habituado a las compras on line, un poco por comodidad”.
Pero todavía en circunstancias tan adversas, Ferretería Ortiz resiste el envite gracias al merecido prestigio que se ha ganado entre su clientela.“Afortunadamente conservamos buenos clientes, aunque no consumen como antes porque ellos tienen menos trabajo. La construcción sufrió un varapalo importante y arrastró a un montón de oficios: electricistas, herreros, fontaneros…”. dice .
Ortiz tira de memoria para hablar de las épocas de crisis, la del 92, la del 2008, que fue muy dura, y ahora la del covid "que ha sido bestial. Ha generado un miedo y una incertidumbre que está arrastrando a muchas empresas. Para que se pueda enderezar el rumbo hace falta que la gente recupere la seguridad en sus trabajos o negocios. Porque el dinero suele ser miedoso y las noticias de signo negativo que nos transmiten continuamente los medios de comunicación han hecho mucho daño. Con tanto miedo y pánico se está retrayendo el consumo. Estamos lejos de esa alegría que siempre ha tenido Tomelloso a la hora de consumir”.
Máxima calidad
La entrevista gira de nuevo hacia el pasado de un establecimiento en el que trabajaron personas a las que Luis recuerda con mucho cariño. “Con nosotros trabajó Paco Gálvez de dependiente. Cuando después se colocó en Correos nos llevaba la cobranza. Y por su dedicación al fútbol nos trajo a muchos jugadores que tenía a sus órdenes como Baldo, Ramón “El chopo”, Ángel Olmedo que trabajaron en la tienda. También estuvo con nosotros muchos años María Jesús Culebras”.
La estrategia comercial de Ferretería Ortiz ha sido siempre vender productos de la máxima calidad. “Siempre hemos apostado por productos de primeras marcas, aunque algunas veces hemos traído algo de segunda por no perder el cliente. Desde que empezaron a llegar las tiendas regentadas por chinos o marroquís, nos quisimos distinguir trabajando con primeras calidades que, además te ofrecen una garantía y llevan su registro sanitario”, explica Luis Ortiz que añade acto seguido que “la gente no termina a acostumbrarse al autoservicio en ferretería. El cliente quiere que le expliques y aconsejes de la mejor manera posible. Esta es una de las fortalezas del pequeño comercio que, lamentablemente, se va a perder. Hay gente que viene a informarse y luego, como decía anteriormente, hacen click en internet para encargar la compra. Es una mala práctica, pero muy real. No lo hace todo el mundo, por supuesto, pero los que lo hacen, perjudican al comercio”.
No cree que sus hijos continúen con el negocio.”Tengo un hijo economista y una hija que trabaja en una clínica dental; los dos han elegido otros caminos. Que los negocios pasen de generación en generación es bonito, pero un negocio como éste implica mucha dedicación, es muy esclavo. Llevo 43 años y nunca he estado de baja y te las ves y las deseas para coger vacaciones. Siempre piensas en el negocio, en evolucionar y en estar al pie del cañón”.
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Miércoles, 18 de Junio del 2025
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