Arenales de San Gregorio es una
bonita, llana y arbolada población manchega ubicada entre los cauces de los
ríos Záncara y Córcoles.
Los calificativos de, “bonita” y “llana” no nos resultarán extraños, puesto
que hay muchas localidades manchegas a las se les pueden aplicar. Que se pueda afirmar
que son arboladas hay bastantes menos.
Además, se puede decir que los culpables de que el grupo mayor de
árboles de esta población siga en pie son los arenaleros. Ellos defendieron en los años 70 del siglo pasado de una tala
segura tres hectáreas de excelentes
pinos piñoneros, los cuales son en la actualidad uno de los emblemas de pueblo.
Igual
que en otras poblaciones manchegas el cultivo principal es aquí el viñedo. En
torno a Arenales encontramos tierras de lo mejor y más productivo de toda La
Mancha. Se trata de terrenos de color rojizo
y textura arenosa, excelentes para el cultivo de la vid.
Sin embargo, hace cuarenta años, había varias parcelas cercanas al
pueblo que estaban plantadas de pinos piñoneros. Una de ellas quedaba al
sudeste de la población muy cerca de las casas. Se trataba de una tierra de
propiedad privada, el propietario no residía en Arenales.
Los vecinos se enteraron de que el dueño iba a talar los pinos para destinar la
tierra a otro tipo de cultivos. Son pinos
piñoneros sobradamente centenarios y extraordinariamente vigorosos.
En una reunión de vecinos se acordó
impedir que se cortaran los árboles. Pero no conocían la fecha exacta en que se
iba a producir. Los hombres tenían que irse a trabajar a las viñas y quedaron a
cargo de impedir la tala mujeres y niños.
Todos los días se subía una mujer a la torre
de la Iglesia y oteaba el horizonte en la dirección de donde tenían que venir las máquinas y los
operarios a cortar los pinos. Se iban turnando, de tal forma que, mientras
había luz solar no faltaba una vigía en la torre.
Una mañana las campanas de la torre repicaron de forma insistente. Era
la señal, todos los mayores, las mujeres y los niños se echaron a la calle
y tomaron a toda prisa en dirección al
pinar.Unos se abrazaron a los árboles, otros se encadenaron y algunos se ataron
con sogas.
Junto a cada uno de los árboles, cinco minutos
después del repique de campanas, había al menos un arenalero o arenalera en
actitud comprometida y de protección del mismo.
Los operarios que venían a cortar los pinos se vieron sorprendidos por la reacción de la gente del pueblo. Estuvieron un rato en el exterior del pinar y se marcharon por donde habían venido sin cortar ni un solo árbol.
El propietario de la tierra en la que está ubicado el pinar, cuando se enteró de que los habitantes del pueblo consideraban los árboles como algo suyo decidió donar esta parcela al municipio. Un bonito gesto, sin duda.
Además de esta parcela, que está
en la parte sudeste de la población, en esta pueblo hay muchos árboles,
bastantes de ellos grandes y frondosos. Si entramos en la página web del
Ayuntamiento de Arenales comprobaremos que el municipio promociona activamente
sus árboles y arboledas.
La mayoría de los árboles son
pinos negros piñoneros. Sin duda el ayuntamiento hace bien en promocionarlos
pues hay muy pocos lugares en la llanura
manchega que tengan tantos árboles de
este tamaño y edad.
Hoy, en vez de tomar cuesta arriba por una de nuestras sierras,
proponemos un tranquilo paseo por una población, como decimos por aquí “llana
como la palma de la mano”. Perderemos las vistas que se observan desde los
altos de nuestros montañas manchegas, pero quizás veamos más ejemplares
arbóreos gigantes… Sudando la camiseta
bastante menos.
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Martes, 30 de Abril del 2024
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