El texto que a continuación se reproduce, es original de Fran Hurtado y está publicado bajo el mismo título, junto a diversa información gráfica, en: https://www.geografiainfinita.com/2020/03/losestados-unidos-espanoles-el-legado-de-espana-en-norteamerica/. Esta recopilación literal ha sido realizada con el propósito de facilitar su lectura y difundir su interesante contenido desde el reconocimiento y felicitación a su citado autor Fran Hurtado.
“Si no hubiera existido España
hace cuatrocientos años, no existirían hoy los Estados Unidos…Porque creo que
todo joven sajón-americano ama la justicia y admira el heroísmo tanto como yo,
me he decidido a escribir este libro. La razón de que no hayamos hecho justicia
a los exploradores españoles es sencillamente porque hemos sido mal informados.
Su historia no tiene paralelo…
Amamos la valentía, y la
exploración de las Américas por los españoles fue la más grande, la más larga y
la más maravillosa serie de proezas que registra la Historia…”
The
Spanish Pioneers. Charles Fletcher Lummis.
Entre
los siglos XVI y XIX –esto es, durante más de 300 años– la corona española gobernaba en casi todo el continente americano. Y pese a lo
prolongado de ese dominio, la presencia
española en los actuales Estados Unidos
y Canadá ha caído en un extraño –no
por ello menos lamentable- olvido.
Un olvido especialmente notable entre los propios españoles, que desconocen la inmensa huella de
nuestros antepasados en aquellas tierras.
Y
es que en su momento de máxima expansión, entre finales del s. XVIII y comienzos del s. XIX, los territorios españoles comprendían más
de la mitad del actual Estados Unidos. Los actuales estados
norteamericanos de California, Nevada, Colorado, Utah, Nuevo México, Arizona, Texas,
Oregón, Washington, Idaho, Montana, Wyoming, Kansas, Oklahoma, Luisiana,
Florida, Alabama, Misisipi y Alaska eran posesiones españolas que formaban
parte del Virreinato de Nueva
España.
Lo
mismo ocurría con la parte suroeste de
Columbia
Británica, dentro del actual
Canadá. En Alaska, la ocupación se
limitaría a algunas factorías comerciales que, posteriormente, serían abandonadas.
Están
escritos en español los primeros informes que se conocen sobre la geografía,
los aborígenes de Estados Unidos y sus respectivas lenguas. La primera partida de nacimiento registrada en el país fue la de un español. Manos
españolas fundaron la primera ciudad: San Agustín en Florida, en 1565.
El
primer occidental que pisó el territorio de los Estados Unidos y permaneció en
él fue Ponce de León, a partir del 2
de abril de 1513. El primer libro
redactado dentro de los confines del país se debió al hermano Báez, jesuita de
las misiones de Georgia en 1569, y España también llevó a Norteamérica la primera representación teatral.
Mas
aún, el primer “Thanksgiving Day” de
Norteamérica lo celebró Pedro Menéndez de Avilés tras fundar San Agustín de la Florida el 8 de septiembre de 1565,
mediante una misa
y una comida de hermandad celebrada entre españoles y nativos Saturiwa, 56 años antes que los
peregrinos de Playmouth Rock.
Y también el segundo, en este caso el 30 de abril de 1598, cuando 600 colonos españoles, encabezados por Juan de Oñate, atravesaron el río Grande en El Paso -Texas-, y celebraron junto con los indios Mansos el final de una larga travesía a través del desierto de Chihuahua. Su ceremonia de Acción de Gracias todavía se conoce como el Día de Gracias Tejano y ha sido reconocido en resoluciones de la legislatura estatal.
Un
mapa que lo cuenta todo
El
usuario de Wikimedia Commons Nagihuin publicó
esta detalladísima cartografía que cubre tres siglos de exploración y conquista
españolas. El mapa ilustra las inmensas rutas comerciales, expediciones militares
y trazados marítimos que el Imperio Español emprendió a lo largo y ancho de
América del Norte.
Desde
el vivero político y civilizatorio de Ciudad de México hasta los rincones
remotos de Alaska y el Yukón. Un compendio de actividad exploradora que ayuda a
comprender por qué América del Norte es como es a día de hoy. Por su grado de
precisión, información y detalle recomendamos evidentemente que se analice
detenidamente –y con tiempo- el enlace a este mapa.
Los
pioneros españoles que exploraron Norteamérica
En
1513 Juan Ponce de León había descubierto para Europa
la península de Florida –en el
día de la Pascua Florida- y con ello, el actual territorio de Estados
Unidos. Viajó por todo el litoral
atlántico de esta península. La colonización española de EEUU, echaba por tanto
a andar.
En
1519 Alonso Álvarez de
Pineda navegó
la costa occidental de Florida y toda la costa sur del actual Estados Unidos,
incluidas la de Tejas, a lo largo del golfo de México. Durante el siglo XVI
navegantes españoles subieron por la costa este, atravesando el litoral de
Georgia hasta la actual Carolina del Sur.
El
Gran
Cañón del Colorado lo descubrió en 1540 el español García López de Cárdenas y Figueroa, lugarteniente
de
la expedición de Vázquez de Coronado.
Álvar Núñez Cabeza de
Vaca fue uno
de los cuatro supervivientes de la expedición de 600 hombres
y cinco barcos que Pánfilo de Narváez lideró en 1527. Aquella expedición, en la
que Cabeza de Vaca fue alguacil mayor y tesorero, lo convirtió no sólo en
náufrago, también en rehén de varias tribus indígenas.
Comenzó
ahí el calvario de su extravío, sobreviviendo por pantanos y desiertos durante nueve años, caminando más de 8.000 kilómetros a pie por Florida, Texas,
Nuevo México, Arizona y California. En 1536 los cuatro fueron hallados por
españoles y llevados a Ciudad de
México, donde todos se maravillaron de su hazaña.
Trasladado
a España, el emperador Carlos lo nombró capitán general y gobernador del Río de
la Plata y del Paraguay. Fue el primer europeo en llegar a las cataratas del
Iguazú y que explorara el curso del río Paraguay.
Como
ya se ha señalado, en 1565 España estableció el primer asentamiento europeo
permanente en el territorio de Estados Unidos y Canadá, al norte de la actual
Florida. La ciudad de San Agustín –primera ciudad de Estados
Unidos fundada por europeos- se encuentra en la costa atlántica y fue fundada
por Pedro Menéndez de Avilés.
Sin
embargo, la primera y más organizada conquista
del Oeste americano corrió a cargo del adelantado Juan de Oñate, considerado como el último de los grandes conquistadores
y cuya extraordinaria aventura tuvo lugar ya finalizando el siglo XVI. Exploró
y conquistó para España los inmensos territorios de Nuevo México, Arizona y Texas.
El
primer descubrimiento europeo registrado de la bahía de San Francisco fue el 4 de noviembre de 1769. Ocurrió cuando el
explorador leridano Gaspar de Portolá, incapaz de encontrar el puerto
de Monterrey (California), continuó hacia el norte hasta cerca de lo que es en
la actualidad Pacífica. Escaso de agua y comida, Portolá con una expedición de
63 hombres y 200 caballos dejó la costa para viajar tierra adentro, alcanzando
la cumbre de 370 m del Sweeney Ridge,
desde donde vió la bahía de San Francisco.
San Francisco fue
definitivamente establecido por franciscanos
–predominantemente españoles– al crear la misión San Francisco de
Asís en 1776, año en el que las 13 colonias de la Costa Este declaraban su independencia de Gran Bretaña y
desconocían todo lo que ocurriera más allá de los Grandes Lagos.
Dos misioneros en
Sonora y California
Dos
geografías muy distintas fueron el escenario de dos hombres de Dios también muy
diferentes, ambos comprometidos con una misma empresa, la misión: el padre Eusebio Francisco Kino (1644-1711)
en el desierto de Sonora; y Fray Junípero Serra (1713-1784) en la costa de California.
Un jesuita de origen alemán y un franciscano nacido en la española isla de
Mallorca.
Kino, conocido como el “Padre a caballo”, recorrió
incansablemente los caminos del noroeste de la Nueva España. Como un verdadero
hombre de la frontera, Kino fue a un tiempo constructor de misiones, ranchero,
ganadero y agricultor.
Junípero Serra fundó el sistema franciscano de misiones de
California en su condición de padre superior. Fueron tantos miles las leguas
que cubrió durante los años de labor en California que puede identificarse como
el hombre que caminaba y caminaba…
También
se ocupó del desarrollo material de la población indígena con la introducción
de la agricultura y la irrigación. Serra, uno de los Padres Fundadores de
California, es el único español que tiene una estatua en el National Statuary Hall Collection en el
Capitolio de los Estados Unidos, Washington, D.C.
El
vital apoyo de España a la independencia de Estados Unidos
Ya en el siglo
XVIII conviene no olvidar la
determinante ayuda que dio España para
la
Guerra de Independencia, que dio
lugar a la creación de los Estados Unidos de América. España ayudó a los
ciudadanos de las trece Colonias con dinero, armas, munición, mantas y
vestuario, y finalmente con ayuda militar directa. El caso es que sabemos
exactamente qué se envió a los rebeldes, ya que el responsable de esta
operación, el Conde de Aranda -Ministro y Embajador del rey español Carlos III-, documentó toda la ayuda
material, muy considerable para la
época: 30.000 mosquetes y bayonetas, 512.314 cajas de munición, 251 cañones,
300.000
libras de pólvora, 12.868 granadas, 30.000 uniformes, 4.000 tiendas de
campaña. Además de medicamentos,
comida y material de campaña diverso, y el apoyo adicional de más de 11.000 soldados.
El ejército rebelde que ganó la batalla de Saratoga en 1777 estaba íntegramente equipado con este material.
A esto hay que sumar
las cantidades de dinero: España
envió a los EE. UU. 120.000 reales de a ocho en efectivo, y órdenes de pago por valor de otros 50.000. Esta ayuda
sirvió para respaldar la deuda pública
estadounidense del momento, y fueron copiados dando origen a su propia moneda,
el dólar estadounidense.
Pero sin duda la ayuda española en el terreno se vio
protagonizada principalmente por la actividad estratégica y militar de D. Bernardo de Gálvez, entonces gobernador de la Luisiana
española, el cual personalmente dirigió ofensivas contra los fuertes
británicos que se habían establecido
en el Misisipi. La caída de Fort Bute,
la victoria en la batalla de Baton Rouge así como la conquista de Natchez y Mobile cuentan entre sus
hazañas.
También
se atrevió nuestro ilustre compatriota a encabezar, al mando de su bergantín “Galveztown“, una ofensiva contra la bahía de Pensacola –la que le otorgará añadir a su escudo
de armas el lema «Yo Solo»-,
pasando
a ser territorio español en 1781 y cerrando así cualquier intento de ofensiva británica a través del río Misisipi.
También recuperó las dos Floridas de manos inglesas.
La
apertura de un segundo frente de batalla por Gálvez debilitó militarmente la
posición británica en el continente americano, y resultó vital desde el punto
de vista estratégico para el inicio de las victorias de George Washington. Esto,
unido a la ayuda económica y las victorias como las de la toma de Pensacola,
hizo que los patriotas americanos en ese momento consideraran la intervención
española tan decisiva para el triunfo de las tropas americanas que, durante la
parada militar del 4 de
julio, Diego de Gardoqui -primer
embajador de España en el nuevo país- desfiló a la derecha de George Washington
en reconocimiento a labor y apoyo españoles a la causa
americana. Por su parte, Bernardo de Gálvez es justamente considerado en EEUU
como uno de los héroes fundacionales, y un retrato suyo está expuesto con honor
en el Capitolio de los Estados Unidos.
El
16 de diciembre de 2014 el presidente de los Estados Unidos de América Barack Obama firmó la resolución conjunta del Congreso estadounidense por
la que se concedía
la
ciudadanía honoraria de los Estados
Unidos a Bernardo de Gálvez y Madrid, 229 años después del fin de la guerra
de independencia estadounidense
Los
españoles llegaron hasta Alaska
Alaska es,
a finales del siglo XVIII, el canto del cisne de la exploración española de América. La efímera ocupación de este
territorio hostil es una de las páginas más desconocidas de nuestra historia.
Un
nombre descuella por encima de todos: el del leridano Salvador Fidalgo -nacido en Seo de Urgel en
1756-, que fue quien, en junio de 1790, bautizó Puerto Valdez y Cordova por
encima del paralelo 60º Norte. Son dos de los vestigios de un periodo épico, en las últimas décadas del
siglo XVIII, en el que España, en una serie de expediciones memorables, exploró
y tomó posesión en el oeste de Canadá
y en Alaska.
Tras
explorar la costa, el 3 de junio Fidalgo tomó posesión del territorio en nombre
de la Corona española y bautizó la ensenada como bahía de Córdova (a 60º de
latitud Norte) en homenaje a Luis de Córdova, capitán general de la Armada.
Cuatro días después, hizo lo propio en la ensenada de Menendes.
Hoy
en día, Puerto Cordova aún sobrevive
en los mapas como uno de los topónimos en español más septentrionales del
mundo. También sobrevive el topónimo de Puerto
Valdez, bautizado también por Fidalgo el 15 de junio de 1790 (en
reconocimiento al ministro de Marina Antonio Valdés), y de cuyo municipio el
petrolero del desastre ecológico adoptó el apellido.
Los
pobladores canarios del sur de Estados Unidos
Un
aspecto tal vez desconocido de la historia norteamericana es el de la presencia
de pobladores canarios que fue impulsada por la monarquía hispánica, y que se
extendieron por Florida, Luisiana, Tejas y Nuevo México en el sur actual de los
Estados Unidos.
Hacia finales de la década de 1720 y principios de la siguiente
grupos de isleños canarios poblaron y colonizaron diversos puntos de Texas, en
donde fundaron ciudades como San Fernando, Galveston, Valenzuela y San Antonio.
A
partir de 1740 y por una década se programó el trasvase de quinientas familias
canarias hacia Florida, a razón de no más de cincuenta familias por año. Se
trataba de familias campesinas, conocedoras de las labores agrícolas a las que
se proporcionaban semillas para una o dos cosechas, animales, tierras y
franquicias para la exportación de productos agrarios a los puertos del norte y
el sur de la América española.
Se
alentaba así la emigración a unas tierras sobre las que, además, se informaba
de su gran fertilidad. Los emigrantes partían desde el Archipiélago hacia Santo
Domingo y otros puntos tradicionales de llegada en el Caribe. Después la recién
creada Compañía de La Habana se encargaba de su envío a la Florida.
Asimismo,
a partir de 1778 colonizadores canarios se trasladaron a expensas de la Corona
a la Luisiana, región cedida por Francia a Carlos III en 1763 en
contraprestación al apoyo recibido de España durante la llamada guerra de los
siete años.
Al
sur de Nueva Orleáns fundaron una colonia en lo que actualmente es la parroquia
o provincia de San Bernardo y todavía hoy -como ha investigado Raymond McCurdy-
existen varias comunidades de isleños en Delacroix, Reggio y otros puntos, en
donde los descendientes de los pobladores canarios han
conservado algunas de sus costumbres y buena parte del idioma.
Una
aventura de 300 años
En fin, lo cierto es que la presencia española por ejemplo en
Florida duró 300 años –más tiempo que el que actualmente lleva
perteneciendo a EEUU-, unos 270 en Arizona, el sur de California y partes de Alabama, y más de 200 años en Nuevo Méjico
y zonas de Misisipi. El 10 de julio de 1821 –una década después de la invasión napoleónica– España cedió la Florida
a los Estados Unidos, terminando oficialmente su presencia en los territorios
de la Unión. La colonización española de EEUU, había terminado.
Fuentes utilizadas: (recogidas por el
autor)
·
Los exploradores españoles del siglo XVI: vindicación de la
acción colonizadora española en América. Charles Fletcher Lummis. McClurg
Chicago 1893
·
Banderas Lejanas. La exploración, conquista y defensa por España
del territorio de los actuales Estados Unidos. Fernando Martínez Laínez. Carlos
Canales Torres. Madrid 2010
·
De Florida a Alaska: tres siglos de legado español en Estados
Unidos. Manuel Trillo Lodeiro. Publicación de The Hispanic Council. Enero 2019
·
El papel
decisivo de España en la Independencia estadounidense. The Hispanic Council
·
La ayuda
española a la independencia de Estados Unidos. El fisgón Histórico
·
La histórica
deuda contraída e impagada de Estados Unidos a España. El Confidencial. Álvaro Van der
Brule
·
La presencia
canaria en el sur de Estados Unidos
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