Recibida por la directora del centro, Peñarroya Ocaña  y otros profesores, María también ha podido departir con la alcaldesa, Inmaculada Jiménez y los ediles Raúl Zatón y Nazareth Rodrigo que se han acercado al centro para saludar a una mujer que en vivo y en directo te atrapa por su empatía, sinceridad y espontaneidad. “La verdad es que estoy viviendo una experiencia increíble y tenéis que ver el final de MasteChef. Quedan cuatro programas y cualquier cosa puede pasar”, ha manifestado María Morales que guarda celosamente el desenlace final del programa que ya se ha grabado, pero que no ha terminado de emitirse.

María ha reconocido que el paso por MasterChef le ha cambiado la vida, “tengo muchas ideas y proyectos y todos pasan por Tomelloso”, ha asegurado lo que ha provocado la alegría de la alcaldesa y los ediles. “Es cierto que en Tomelloso hay restaurantes y proyectos hosteleros muy buenos, pero yo quiero hacer algo distinto en mi pueblo donde la gente tiene una mentalidad muy abierta, con gente increíble y muy echada para adelante. Aunque todavía tengo que seguir estudiando y seguir formándome. Es cierto que he aprendido muchísimo en muy poco tiempo, pero el mundo de la cocina es inmenso y te obliga a formarte continuamente”.

No ha dejado contar  bonitas intrahistorias del popular programa televisivo. “Con los compañeros te enriqueces mucho porque venimos de zonas y culturas de cocina diferentes.  Arnau, por ejemplo, me ha enseñado recetas de toda la vida que se han hecho en su casa y yo le hablo de nuestras gachas y migas. Aprendes muchas cosas que no sabes, empezando por la paciencia”. María ha reconocido que fue una sorpresa la eliminación de la barcelonesa, Amelicius, en el último programa. “Es cierto que nos dejó un poco en fuera de juego, pero el programa avanza y cada eliminación va ir determinando un poco más quien pueden ser los finalistas. Además, un mal día, cualquier problema o imprevisto que tengas en la cocina te puede dejar fuera”.

María ha recordado con amargura el momento de su eliminación. “Sabía que tenía una posibilidad de volver en la repesca, pero en ese momento lo vi todo perdido y no tenía esperanzas de nada, ves que tu sueño se viene abajo. El programa te absorbe de tal modo que todo se magnifica y quieres continuar a toda costa. En el casting dejamos atrás a setenta mil personas y nada más que por eso nunca te tienes que rendir”, va contando con su habitual desparpajo y sonrisa franca.

Sus buenas relaciones con los chefs del programa, las intensas sesiones de grabación que pueden llegar a las quince horas, los famosos galianos con los que se presentó en el programa y que conquistaron a los chefs, la sabiduría de los abuelos en la cocina, la importancia de saber combinar lo tradicional con la vanguardia han sido otros de los temas de conversación con María Morales que lleva a Tomelloso en lo más hondo de su corazón y que, como ha demostrado en el programa, siempre lo saca a relucir cuando puede. "A mi Tomelloso que nadie lo toque", dice, y como siempre, vuelve a reir.