Arco e Iris los dos personajes principales, que junto a Wily Fog y Sombra, fueron explicando la mecánica de un espectáculo en el que tenían ochenta días para cantar esos inolvidables temas que llenaron de nostalgia a adultos y que conocen también los pequeños porque las series de dibujos animados de aquellos años se han repuesto en numerosas ocasiones y  andan todavía muy vigentes en internet. Una estralafaria maquina del tiempo iba proporcionando las canciones tras accionar una palanca y decir una palabra mágica. Las canciones venían acompañadas de las imágenes que se podían ver en una gran pantalla. Se intercalaron pequeñas interpretaciones y algún juego que alargó todavía más la diversión. Tenían que darse prisa, de lo contrario, corrían el serio riesgode quedarse para siempre en esos años y no poder volver a 1921. Pero el espectáculo tuvo dinámica y ritmo y acabaron consiguiendo el objetivo.

El espectáculo fue muy interactivo. El público fue aprendiendo las fases de una coreografía que, al final, uniendo todos los movimientos salió bastante bien. Las canciones de inolvidables series de dibujos como Érase una vez el hombre, Heidi, Marco, La abeja Maya, Don Quijote de la Mancha, D’Artacan y los tres mosqueperros, La vuelta al mundo en ochenta días,  Los Pitufos, David el Gnomo, El Inspector Gadget y Oliver y Benji fueron bien interpretadas por dos voces femeninas y una masculina.  

El espectáculo, que cuidó al máximo las medidas de seguridad, finalizó con el lanzamiento de fuegos artificiales. No estuvo nada mal ese viaje por el tiempo con nuestros personajes de la infancia.