Opinión

Tomelloso en Cánovas del Castillo

Juan José Sánchez Ondal | Miércoles, 11 de Agosto del 2021
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Hemos escrito sobre referencias hechas a Tomelloso por doña Emilia Pardo Bazán y don Benito Pérez Galdós. Añadimos ahora  otra referencia a Tomelloso, en este caso, debida a  don Antonio Cánovas del Castillo, de cuyo asesinato se acaban de cumplir, el 8 de agosto, ciento veinticuatro años. 

La emigración a América en aquellos años, (1891) era un hecho y, en concreto a la Republica Argentina, cuya Constitución de 1853,  en su preámbulo, hablaba de “promover el bienestar general […] para todos los hombres del mundo que quieran habitar en el suelo argentino”, ámbito que se reduciría en el artículo 25 de dicha carta magna, limitando el alcance, al especificar que el gobierno “fomentará la inmigración europea”.

Ante esta situación, en varios periódicos, se publicó un artículo del  político conservador y académico  de la Historia (1860), de la  Española (1867), de la Ciencias Morales y Políticas (1871) y  de la de Bellas Artes de San Fernando (1887),  don Antonio Cánovas del Castillo (1828 -1897)[1], a la sazón Presidente del Consejo de Ministros,  en el que,  saliendo al paso de la emigración española a Hispanoamérica, en concreto, a Argentina, se preguntaba si “porque nuestro territorio es más ingrato que el de las riberas del rio de la Plata... ¿hemos de abandonar en masa todos, como ya abandonan algunos, el suelo patrio, emigrando allá,  con el fin de hallar agua de sobra y mejores tierras y condiciones que logramos aquí, para producir más y más barato?”

Antes de esa pregunta, para justificar la permanencia en la tierra patria, hacía referencia a  que en las tierras en que hay “natural humedad o perenne riego, ni detestan los labradores los árboles, ni está el campo despoblado, ni las tierras se dejan de cultivar años y años para que por sí solas recobren las consumidas fuerzas, ni pasa absolutamente nada, por fin, de  lo que se atribuye a incuria de extremeños y manchegos. “

Y aquí viene la cita, con unas imágenes no muy laudatorias para el rio Guadiana ni para la arboleda tomellosera. Continuaba: “¿Cómo les basta a estos últimos que un poco de cieno líquido, a manera de culebra vil, se deslice por el campo de Montiel, de quijotesca memoria, para criar por junto a Argamasilla de Alba sotos de olmos y otros árboles, capaces de dar envidia al regio Aranjuez? Por qué en todo Tomelloso, pueblo vecino, no  se encuentra,  en cambio, sino tal cual acacia tísica frente a la iglesia? Ningún difamador de nuestros campesinos responde a este sencillo dato experimental.”

Y tras otras varias consideraciones, concluía que, en cualquier caso, se  debía “tambien seguir viviendo en esta vieja tierra, donde tanto sudor y sangre se ha derramado y donde, dado que todo lo demás falta, nunca faltará la adquirida gloria, ni faltarán cenizas de antepasados grandes que custodiar. Váyanse tales o cuales indiuviduos en buen hora, donde mejor paga y ganancia su trabajo encuentre: la patria no puede seguirlos ni sus hijos todos imitarlos.”

Y es que Cánovas conocía Tomelloso y lo frecuentó en los años siguientes al de su primer matrimonio, en octubre de 1860, con doña María de la Concepción Espinosa de los Monteros, hija de los Barones del Solar de Espinosa. Como cuenta  Manuel Casado Sánchez de Castilla[2] vivió aquel  “inolvidable paréntesis … de tranquilidad y de apacible dicha, que duró apenas cuatro años, amortiguadas las ambiciones, olvidados los accidentes de la lucha y dejando correr el tiempo con el corazón abierto a todas las impresiones dulces.” Y continúa:Conservo numerosas cartas suyas escritas en aquella época, de su retiro del Tomelloso las más, desde Madrid las menos, y todas respiran en sus conceptos esa plácida tranquilidad del alma que es la base de toda felicidad en la tierra, desde donde escribiera multitud de cartas, en el periodo de tranquilidad que le aportó su esposa hasta su pronto fallecimiento tres años después.”  El verano de 1863, aún lo pasó en Tomelloso, según informabanEl Contemporáneo” (Madrid). 6/9/1863, página 2 y  “La España (Madrid. 1848). 6/9/1863, página 4: "El Sr. Cánovas del Castillo, que ha pasado el verano en sus posesiones del Tomelloso, ha salido para los baños de Buzot, de donde regresará probablemente á Madrid.»

Tomar las aguas estaba entonces de moda como terapia para distintas enfermedades y Cánovas, que se veía molestado frecuentemente por  corizas, (catarros nasales) cuya predisposición parece ser que adquirió en Roma, este año visitó el balneario de Busot, en la provincia de Alicante, antes de que allí se edificara el Hotel Miramar. La costumbre le acarrearía funestas consecuencias ya que encontraría su muerte en otro,   en el guipuzcoano de  Santa Águeda,  en Mondragón,  a manos del anarquista Michele Angiolillo, el domingo 8 de agosto 1897.


Azorín, como veremos en próxima entrega sobre “Tomelloso en Azorín”,  en “La ruta de Don Quijote”, capítulo V, “La Academia de Argamasilla”,   cuando dialoga con el  clérigo don Cándido, y  le pone en duda que Cervantes estuviera preso en la cueva de la casa de Medrano,  escribe:

“— Ya sé, Sr. Azorín, de dónde viene todo eso —dice D. Cándido;—Ya sé que hay ahora una corriente en contra de Argamasilla; pero no se me oculta que estas ideas arrancan de cuando Cánovas iba al Tomelloso y allí le llenaban la cabeza de cosas en perjuicio de nosotros. ¿Usted no conoce la enemiga que los del Tomelloso tienen á Argamasilia?

Como hemos puesto de manifiesto en nuestro trabajo “Más sobre Tomelloso y doña Emilia Pardo Bazán”, don Cándido, que achaca a Tomelloso la enemiga en este tema, es injusto, ya que “El Obrero de Tomelloso” hizo una defensa a ultranza de Aragamasilla, de la estancia en ella de Cervantes, de ser el pueblo del que éste no quería acordarse y de ser la cuna de Sancho, atacando a doña Emilia Pardo Bazán por haber puesto en tela de juicio que la cueva de Medrano fuera la prisión en que estuvo el Manco de Lepanto.

Madrid, a 10  de agosto de 2021.


  [1] La prensa: periódico semanal de literatura e intereses generales: 1891 marzo 8, p.1. La provincia : órgano del Partido Liberal Conservador:  1891 febrero 15, p. 2,  La Palma : Diario de avisos, mercantil, industrial, agrícola y literario: 1891 febrero 13, p. 1.  1891 Febrero 12. [Murcia : s.n., 12/02/1891], p. 1.

 [2] Cánovas, su familia, su  carácter privado, sus  actos púbicos.[2] Apuntes biográficos por D. Manuel Casado Sánchez de Castilla. Segunda edicion,  Malaga. Imp. del Correo de Andalucía, Casapalma, 7. 1887.

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