Es, sin lugar a dudas, El ingenioso hidalgo Don Quijote de
La Mancha, la inmortal obra de Cervantes, la que más ha hecho por el
conocimiento de la provincia de Ciudad Real fuera de nuestras lindes. El Manco
de Lepanto empezaba la que es la primera novela moderna con una frase que es
conocida por todo el mundo «En un lugar de La Mancha, de cuyo nombre no quiero
acordarme...». En La Mancha,
concretamente en la provincia de Ciudad Real, fue donde el Caballero de la
Triste Figura vivió muchas de sus mágicas aventuras. El viajero puede conocer
de primera mano unos lugares que son reales, sintiéndose como Don Quijote. Aquí
es posible.
«En esto, descubrieron treinta o cuarenta molinos de viento
que hay en aquel campo…», así comienza uno de los pasajes más recordados de El
Quijote, el que nos trae al magín la icónica estampa de esos gigantes que se
han convertido en una de las señas de identidad de La Mancha. Los molinos de
viento. Vamos a recorrer en este artículo los de Campo de Criptana, Alcázar de
San Juan, Herencia y Puerto Lápice. Los molinos manchegos se construyeron a
partir del siglo XVI, con la llegada de los flamencos que acompañaban a Carlos
I, en los cerros donde el aire cobra más fuerza, aprovechando la energía eólica
para la molienda del cereal.
Alcázar de San Juan
Comenzamos por la localidad de Alcázar de San Juan. Es en el
siglo. XVI cuando se desarrolla una segunda época de esplendor y crecimiento de
la población. En el Cerro de San Antón se conservan cuatro de los diecinueve molinos
de viento y dos de agua que llegó a tener la ciudad. Es el cerro un extraordinario
mirador para divisar la llanura manchega. Desde lejos se puede contemplar la
icónica estampa de estos gigantes en la llanura.
Los cuatro molinos de viento de Alcázar de San Juan son, Rocinante,
Barataria, Fierabrás y Barcelona. De ellos se `pueden visitar dos, uno contiene
el Centro de interpretación del Paisaje Manchego y otro con la maquinaria del
siglo XVI a punto para realizar moliendas periódicamente, se informa de las
fechas en la web del Ayuntamiento o en la Oficina de Turismo,
www.turismoalcazar.es.
Campo de Criptana
Seguimos el viaje en Campo de Criptana, donde los molinos
son un símbolo identificativo de la localidad y presiden altivos la Sierra de
la Paz o de los Molinos. Estos Molinos de Viento inspiraron a Miguel de
Cervantes para narrar la aventura más famosa de la literatura universal, la de
Don Quijote contra los "Gigantes". El Catastro del Marques de la
Ensenada recogía en 1752 hasta 34 molinos en la villa de Criptana. Entre los diez
molinos actuales se encuentran los tres únicos molinos de la Península Ibérica
que conservan la estructura y maquinaria original del siglo XVI, Infanto, Burleta
y Sardinero, aptos para moler el cereal como se hacía siglos atrás. Estos tres
gigantes fueron declarados monumentos desde 1979.
En el molino Culebro, se encuentra el Museo de Sara Montiel,
una exposición que sirve de homenaje a la célebre actriz y cantante nacida en
Campo de Criptana. En esta localidad también se realizan moliendas durante todo
el año, que puede disfrutar en este viaje. Las distintas fechas se consultan la
oficina de turismo o en la web de turismo, www.tierradegigantes.es.
Herencia
En 1790 se construyó el primer molino en Herencia, eran más
baratos que los de agua, al no poseer el término cursos de agua permanentes. Se
contabilizan hasta once molinos en 1807. Actualmente se alza la bella imagen de
siete molinos con nombre propio: El Ama, La Sobrina, Dulcinea, Maritornes, La
Dueña Dolorida, La Duquesa y Teresa Panza, puedes consultar mas información en
la web www.herencia.es.
Puerto Lápice
Nuestra ruta llega a Puerto Lápice. Allí, a la vera de la
autovía de Andalucía nos encontramos con los recuperados molinos de La
Serranilla. Puerto Lápice debe su existencia a las ventas, una construcción
típicamente manchega, levantadas entorno a un patio central, con soportales,
establos, mesón y habitaciones para pernoctar. Ideadas para el alto de los
viajeros y sus caballerías, que encontraban también acomodo en los establos y
abrevaderos.
Se conservan tres de las cuatro ventas que al parecer
existían: La posada del Rincón, entorno a un patio con arco y rejas está
rodeado de viviendas; La posada de Dorotea Jiménez, citada por Azorín en su
ruta del Quijote; y La Venta del Quijote, restaurante y posada que vuelca su
actividad y su existencia en rememorar la novela y a su protagonista.
Recomendamos al viajero que brinde con el mejor vino y saboree el mundialmente conocido queso manchego y la gastronomía más tradicional. Puede ampliar esta información en la web Turismo de Ciudad Real. Le sorprenderá la belleza de sus pueblos, la riqueza de su patrimonio y la hospitalidad de su gente. La provincia de Ciudad Real es el lugar que siempre recordará.
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Jueves, 21 de Noviembre del 2024
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