Un paseo por este parque en el que hay, además de una veintena de árboles centenarios, olivos, álamos blancos y muchas especies de plantas arbustivas seguro que nos relajará. Además, en el lado sur, tenemos muy cerca un patrimonio industrial de lo mejor que hay en Tomelloso: Las dos  chimeneas y la torre de destilación de la antigua bodega de  la familia Casajuana y chimenea y  torre de destilación de loa antigua bodega de Fábregas.

Haremos especial hincapié en la chimenea de Fábregas. Se trata de  una chimenea de planta octogonal, con un giro completo hasta sus 40´70 m. de altura. De lo mejor o lo mejor que hay en Tomelloso y comarca. A pocos metros de la chimenea se conserva también la torre de destilación para la que se construyó. Es un edificio de estructura metálica y planta cuadrada con más de treinta metros de altura.

  No podemos olvidar tampoco el conjunto que hacen las dos chimeneas y torre de destilación – no tan alta como la anterior- de la antigua bodega de la familia Casajuana. La más de alta de  las chimeneas tiene 35 m.  y fue la primera que construyó en Tomelloso José Goig –en 1941-. La más pequeña de las dos  tiene 18´5 m. de altura y la levantaron “los candojos”.

Los Candojos era el apodo por el cual se conocía a un padre y un hijo, de nombre Antonio Jareño ambos. En nuestra opinión, junto con el constructor alzireño José Goig –los valencianos pronuncian “Goch”— son los mejores constructores de chimeneas de La Mancha.

 El conjunto de la antigua bodega Casajuana está en  el interior de un solar cercado. Por lo cual lo observaremos desde el exterior. Se ve perfectamente, pues las dos chimeneas y la torre de destilación son mucho más altas que las paredes que cercan el solar.

La “retorcida” que levantaron los candojos para Antonio Fábregas Montpeó, esta y el edificio que albergó al ingenio de destilación más grande de la comarca están en plaza pública y se pueden visitar llegando hasta ellos.

 Hoy nos alejamos de las sierras manchegas, de las tierras de labor decoradas con encinas para proponer un tranquilo paseo por una zona enteramente urbana. Como decimos por aquí “sin mancharnos de barro los zapatos” podemos visitar un paisaje urbano teniendo al alcance de la vista preciosos elementos del patrimonio industrial tomellosero, una veintena de árboles centenarios y una zona verde de casi 1 km. De largo.