Cuando nos
enfrentamos a nuestra geografía desde las alturas nos damos cuenta de que somos
más insignificantes de lo que imaginábamos. Allá por los 80, la inconfundible
voz de José María del Río nos acompañaba en un viaje de descubrimiento desde el
cielo: Paisajes espectaculares de nuestros espacios naturales convivían con la
majestuosidad de catedrales, castillos y palacios. Lejos quedan ya, no solo en
el tiempo, aquellos documentales de 'A vista de pájaro' que se grababan desde
un helicóptero: la tecnología dron permite hoy grabar desde cualquier ángulo,
altura o posición increíbles imágenes de nuestro entorno.
La experiencia
del vuelo de un dron se asemeja al mítico vuelo de don Quijote y Sancho desde
el Clavileño, un caballo de madera con una clavija en la cabeza con la que se
controlan sus movimientos, que es capaz de volar hasta los cielos. Son ya
muchas las personas en Castilla La Mancha que disponen de su propio Clavileño
para fotografiar o grabar imágenes a un palmo del cielo sin moverse de la tierra
tal como si respondieran a un encanterio de Malambruno.
Un dron es una
aeronave pilotada por control remoto. El nombre viene del inglés “drone” cuya
traducción es zumbido o zángano, que es el ruido que produce la aeronave con
sus hélices. Según la nueva normativa europea, sólo los drones que tienen un
peso inferior a 250 gramos y que no disponen de cámara están considerados
juguetes. Podemos identificarlos porque llevan las siglas UE marcadas.
La normativa que
regula en España el uso de drones es el R.D 1036/2017. A partir del 31 de diciembre de 2020 es de
aplicación la normativa europea. Esta norma afecta a todos los drones
independientemente de su uso o tamaño. La transición de una normativa a
otra se está realizando en estos momentos.
Las obligaciones
mínimas a cumplir antes de volar cualquier dron independientemente de su uso
(recreativo o profesional) o tamaño/peso son: registrarse como operador,
disponer del certificado teórico y práctico de piloto, si así lo requiere el
dron, y de un seguro de responsabilidad civil. El vuelo de drones está sujeto a
reglas generales de operación condicionadas, entre otros, por el peso del dron,
la presencia de otras personas y la cercanía a edificios. Existen limitaciones
al vuelo de drones en ciertos lugares motivadas por diferentes razones:
cercanía de aeródromos, zonas militares, protección de infraestructuras
críticas, protección medioambiental, etc. El aplicativo ENAIRE Drones,
disponible en internet y en APP, resuelve estas cuestiones e indica dónde se
puede volar y los permisos que se deben solicitar.
El incremento de
manera exponencial que existe en el uso de drones representa una amenaza para
la navegación aérea y la seguridad pública. Se hacen así necesarias otras
medidas adicionales de control UAS: Los perturbadores e inhibidores de drones
que son capaces de cortar transmisión de frecuencia entre la estación de radio
control (Mando control remoto) y la aeronave, con el propósito de que esta se
quede en vuelo estacionario o que regrese al punto de origen. Otra medida que
está en estos momentos en desarrollo es la identificación remota, es decir, la
capacidad de un dron en vuelo para proporcionar información sobre su posición,
altura, velocidad del dron e identidad del piloto. Asimismo, a nivel policial
se están desarrollando, dentro de los diferentes cuerpos de seguridad del
estado unidades especializadas en este ámbito, como son los Equipos PEGASO en
la Guardia Civil.
El Equipo Pegaso,
equipado con Unidades aéreas de vigilancia (UAV) aterrizó en Tomelloso el
pasado mes de febrero para apoyar a las distintas especialidades de la Guardia
Civil que participaran en el plan ESTOM. Esta acción se justifica dentro del
plan especial diseñado por la Guardia Civil a petición de la alcaldesa para
reducir los índices de delincuencia. Al ser Tomelloso una localidad
eminentemente agrícola, aumentar la población durante las campañas, y estar
ubicada junto a uno de los ejes de comunicación de alta capacidad, se hace
necesario aumentar los recursos destinados a reforzar la seguridad durante unos
meses determinados. El llamado Plan ESTOM se extenderá hasta el 30 de
septiembre, fecha que coincide con “la finalización de la gran campaña agrícola
de Tomelloso, que es la vendimia”, sin embargo las unidades de la “policía del
aire” afrontarán en el ámbito de la seguridad ciudadana los nuevos retos y
amenazas del espacio aéreo tomellosero por tiempo indefinido. El incremento de
manera exponencial que existe en el uso de (RPAS) o comúnmente denominados
"drones", representa una amenaza para la navegación aérea y seguridad
pública, lo que hace que estos equipos hayan venido para quedarse.
Aunque todavía no
está extendida la utilización del dron en agricultura como en seguridad o
recreo, Castilla-La Mancha no es ajena a los beneficios que puede aportar aquí
la tecnología del dron, dotados con cámaras de infrarrojos, multiespectrales y
de alta resolución, son una herramienta tecnológica de gran valor en el campo:
la proliferación de estudios indica que en un futuro los drones serán de gran utilidad
en el sector.
Por un lado,
gracias a las fotos y videos de alta definición que permite el gimbal con
cámara incorporada, es posible el monitoreo de grandes dimensiones que de otra
manera sería imposible transitar. Este equipo puede recorrer más de mil
hectáreas en sólo una hora permitiendo la localización temprana de plagas o
malezas. También se emplean estas naves sin tripulación para el control del
rebaño. Incluso se usa con fines inmobiliarios, les da a los agricultores la
posibilidad de mostrar con exactitud las características de un predio en pocos
minutos. Hay drones utilizados en los viñedos con diferentes propósitos:
recabar información sobre el estado de las hojas, contenido en clorofila,
producción potencial, poda individualizada, dosificación variable de abonos y
fitosanitarios, calidad potencial de la vendimia o identificación de árboles
enfermos o especies invasoras. Hay un prototipo de dron que analiza de manera
autónoma los cultivos en busca de brotytis, un hongo que causa la podredumbre
de las plantas. Cuando el dron detecta un posible caso, envía a otro robot
terrestre que confirma el caso y en caso necesario aplica fungicida. También ya
se están probando aeronaves para dar una solución al problema ocasionado por
los pájaros hambrientos que picotean y se comen las uvas. Las grabaciones
realizadas mediante drones permiten obtener preciosas imágenes del proceso de
vendimia, tanto en la recolección manual en el viñedo tradicional en «formas
bajas» como en la mecanizada de las nuevas plantaciones «en espaldera». Así,
los drones se han convertido ya en una herramienta clave para la agricultura de
precisión en viñedos, ya que permiten monitorizar y gestionar las cosechas de
forma óptima. Todo ello, lógicamente, conlleva una inversión pero disminuye los
gastos de mano de obra y de tiempo de ejecución. El avance de las máquinas
autónomas por el momento está más centrado en el apoyo al trabajador que en la
sustitución completa. Se abre sin duda una nueva etapa para nuestra comarca
manchega, donde se mezcla innovación y tradición para conseguir hacer llegar la
uva a bodega en las mejores condiciones para el proceso de elaboración.
En cualquier
caso, sea cual sea el propósito con el que el dron se utilice, profesional o de
recreo, debemos tener presentes las voces de advertencia que nos llegan de la
nueva “policía del aire”, voces que nos recuerdan a aquellas otras que se
levantaron a una tras el vuelo del Clavileño:
–¡Tente, valeroso
Sancho, que te bamboleas! ¡Mira no caigas, que será peor tu caída que la del
atrevido mozo que quiso regir el carro del Sol, su padre!
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Miércoles, 15 de Enero del 2025
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