González explica que el oficio de guarnicionero de su padre derivó en la empresa de toldos. “Porque siendo guarnicionero, ya se hacían lonas para la vendimia. Luego vino la época aquella en la que forrábamos los camiones por dentro, porque de la casa venían en chapa. Pero empezaron a llegar los Volvo y Scania completamente forrados y hubo que reinventarnos para no morirnos de hambre. Mi padre invirtió en el campo el poco dinero que pudo ganar, con lo que mi hermana mayor compaginábamos el trabajo en el campo con la empresa.  Hasta que un día, en el año 1980, le dije que mi deseo era dedicarme por completo a una empresa de toldos. Posteriormente, se incorporaron mis hijos y la verdad es que estoy muy contento y orgulloso de que estén conmigo”.

Una andadura de más de medio siglo que el responsable de Toldos Cholo analiza de forma positiva  y que, sin duda alguna, es fruto de muchos años de entrega y esfuerzo. “Si mi padre facturaba cinco, ahora facturamos cincuenta, hemos ido creciendo y adaptándonos a lo que pedían los tiempos.  Mi hijo mayor se ha movido mucho con las marcas de cerveza y otros ámbitos que han hecho que trabajemos más fuera que dentro de Tomelloso. Nos movemos en un radio de cien kilómetros, salvo algún compromiso que tengamos más lejos. En Madrid también trabajamos, aunque poco, no nos gusta ir a Madrid. Nuestro mercado está sobre todo en la región”.

La empresa realiza toldos y muchas más cosas como nos explica su propietario. “Hacemos desde un simple toldo para una puerta hasta lonas para tapar piscinas, lonas de vendimia que nos las distribuye Repuestos Román, marquesinas de paradas de autobuses, cubiertas de aparcamiento…en fin muchas cosas”. Luis Mariano González asegura que “la competencia es inevitable, pero después de tantos años nos hemos ganado una clientela que quiere que les trabajemos nosotros. Normalmente, al que le trabajamos una vez, acaba volviendo. Tenemos clara la filosofía de que el cliente siempre tiene que quedar contento, aunque a veces te pueda complicar la vida de una manera u otra, pero normalmente no hemos tenido quejas de ninguno de ellos”.

Destaca también el clima de confianza que impera en una empresa familiar que tuvo que hacer frente a los duros tiempos de la pandemia que, afortunadamente, empiezan a quedar atrás. “Tuvimos que cerrar durante dos meses y no podíamos trabajar en ningún sitio. En un principio pensamos realizar en un Erte, pero al final decidimos concertar una póliza con Globalcaja con el fin de mantener a la gente cobrando sus sueldos. Fueron tiempos de cierta estrechez, entre otras cosas, porque hoy día los márgenes de los negocios son muy pequeños. Pero nuestra mayor satisfacción es que llegue fin de año y que todo el mundo haya podido cobrar su sueldo”.

Se define Luis Mariano como una persona sencilla y lo demuestra con su forma de razonar y expresarse. “Siempre trato de entenderme con todo el mundo y arreglar cualquier desavenencia o controversia que pueda surgir”.  La jornada acaba de iniciarse en Toldos Cholo y nos dice Luis Mariano que este mañana les toca desplazarse a trabajar a San Clemente “si el tiempo nos deja, claro”, señala con esa sencillez y campechanía que ha demostrado a lo largo de esta agradable entrevista.