Entre los documentos presentados en los
Juicios de Núremberg había una pequeña libreta escolar. Un diario. Un diario
rescatado del terrible asedio de Leningrado y que escribió una pequeña de once
años llamada Tatiana Sávicheva. El diario de la niña no es un relato de las
crueldades y penurias que su familia tuvo que sufrir bajo el interminable
asedio llevado a cabo por el ejército nazi. El contenido es mucho más breve y
escalofriante, teniendo en cuenta quién lo escribió. Solo consta de nueve
entradas, y en seis de ellas Tatiana anotó la fecha y la hora de la muerte de
cada uno de los miembros de su familia, que se encontraban en Leningrado,
empezando por sus hermanos, su abuela, sus tíos y finalmente su propia madre,
hasta que solamente quedó ella con vida.
La pequeña Tatiana Sávicheva solo tenía
once años cuando comenzó la invasión alemana. Su padre, un panadero, había
muerto cuando ella contaba con seis años. La familia de la joven se estaba
organizando para pasar el verano de 1941 en el campo. Sin embargo, ante la
llegada de los alemanes decidieron permanecer en Leningrado y allí cada uno
trabajó colaborando en la defensa de la ciudad. Tatiana trabajaba en la
excavación de las trincheras y ayudaba a sacar las bombas incendiarias que
caían en el interior.
Una de las hermanas de la pequeña, Nina,
fue evacuada una mañana cuando iba al trabajo y no regresó. La familia pensó
que había muerto y la madre le entregó a Tatiana la libreta de su hermana a
modo de recuerdo. Fue ahí donde plasmó sus terribles anotaciones a medida que
la familia iba sucumbiendo y fue lo único que conservó cuando tuvieron que
quemar el resto de sus cosas para encender fuegos con los que calentarse a
medida que pasaban los días de asedio.
La primera muerte que anotó fue la de su
hermana Zhenia. Trabajaba en una fábrica de explosivos situada a siete
kilómetros de la casa y todos los días tenía que cumplir dos turnos. Zhenia
también donaba sangre para los heridos. Murió en el trabajo, de agotamiento. La
familia no la pudo enterrar en el cementerio que se encontraba cerca de la casa
porque estaba repleto de cadáveres hacinados debido a los combates. Le dieron
sepultura en el cementerio de Smolensk. Tan solo un mes después, falleció la
abuela, Yevdokiya. En los meses siguientes la pequeña Tatiana registró las
muertes de su hermano Leka y sus tíos Vasia y Lesha. La última muerte es la de
su madre, María. En estos tiempos, Tatiana tenía que hacer gran parte del
trabajo, pues el resto estaban demasiado enfermos y agotados. Sin ayuda, hizo
pedazos los muebles de la casa para calentarse. Tatiana no podía saber que dos
de sus hermanos permanecían vivos lejos de Leningrado, por eso las tres últimas
anotaciones hacen referencia a que todos los Sávichev ha muerto y que tan solo
queda ella. ¿Qué sentiría Tatiana al escribir, una a una, las muertes de todos
los miembros de su familia? El asedio de Leningrado fue terrible para
población. Enfermos la mayoría, Tatiana presenció la lenta agonía de la
familia, que sucumbían de frío, de hambre, de agotamiento o de enfermedad.
En Leningrado la condición humana se vio
reducida a su estado más cruel, más horrible. Hubo casos de canibalismo y la
gente tuvo que alimentarse de ratas y palomas, e incluso había un mercado negro
de cadáveres. “Solo quedó Tanya” dice
la última anotación, en referencia a ella misma. Una muestra de absoluta
soledad. Cuesta imaginar que una niña de tan solo once años pudiese afrontar la
idea de su propia muerte. Tal vez fue la propia Historia la que decidiese dejar
a Tatiana la última, para que con sus escuetas palabras pudiese dejar
testimonio de la barbarie y del sufrimiento de la guerra. Esta es la traducción
de su diario:
1- “Zhenia murió el 28 de
diciembre de 1941, a las 12:30 horas”.
2- “La abuelita murió el
25 de enero de 1942, a las 3:00 p.m.”
3- “Leka murió el 17 de
marzo de 1942, a las 5:00 a.m.”
4- “El tío Vasia murió el
13 de abril de 1942, 2 horas después de la medianoche”.
5- “El tío Lesha el 10 de
mayo de 1942 a las 4:00 p.m.”.
6- “La mamá el 13 de mayo
de 1942 a las 7:30 a.m.”.
7- “Los Sávichev
murieron”.
8- “Murieron todos.
9- “Solo quedó Tanya”.
Tatiana
fue rescatada junto a otros 140 niños y trasladada a un pueblo llamado Krasni
Bor. Estaba muy enferma y desnutrida. Una enfermera escribió a su hermano,
entre otras cosas, en la carta se decía que Tatiana necesitaba “mejor nutrición, descanso y cariño
maternal”. Por desgracia, ese cariño no volvería a tenerlo.
Poco
a poco todos los niños se recuperaron, todos menos Tatiana, que al final perdió
la vista y no pudo reponerse del hambre y el frío que había sufrido. La pequeña
murió en un hospital el 1 de julio de 1944. No vivió para presenciar la derrota
de los nazis. La mujer que la cuidó dijo de ella: “Recuerdo a esta chica, tenía el rostro delgado y los ojos muy abiertos.
Nunca me aparté de ella, pero la enfermedad fue implacable. No puedo recordarla
sin lágrimas”.
El diario de Tatiana fue encontrado
después por su hermana, Nina, que volvió a Leningrado después de la guerra.
Nunca llegó a publicarse. Hoy en día está expuesto en el Museo de Leningrado.
Nina difundió la memoria de su hermana Tatiana y cuenta con un memorial alzado
en su honor. En 1971 la astrónoma Liudmila Chernyj, llamó Tanya a un planeta
menor, en honor a esa niña que pereció en el asedio de Leningrado.
Tatiana
Sávicheva es solo un nombre más, una cifra más entre el más de millón y medio
de personas que murieron en Leningrado. Más de setenta y cinco años después de
la Segunda Guerra Mundial, con guerras como la de Ucrania o Siria, tal vez
encontremos los diarios de los niños que mueren en allí. Para mayor vergüenza
de la humanidad, creo que la pequeña Tatiana se sentiría profundamente
decepcionada al ver que, de su legado, no hemos aprendido nada.
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Viernes, 22 de Noviembre del 2024
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