EL camino hacia la Felicidad
¿Qué se entiende por felicidad ?
Científicamente y objetivamente es muy difícil si no imposible definir la felicidad, pero en este espacio probaremos a acércanos a un concepto lo más unitario posible sobre la misma. Se podría definir como una persona feliz aquella que vive en un perfecto equilibrio emocional, que es capaz de modular sus conflictos internos y externos, y al mismo tiempo es consciente de sus capacidades y sus limitaciones y que vive en una armonía constate con su entorno.
La felicidad ha sido un tema muy recurrente a lo largo de la historia, desde los antiguos filósofos griegos y romanos como Platón, hasta Epicuro o Seneca pasando por Aristóteles, justo por citar algunos, todos han probado a desentramar, descifrar o explicar el significado del término FELICIDAD.
En líneas generales, sin recurrir a pensamientos o corrientes filosóficas se suele asociar la felicidad a un bienestar físico, emocional, económico, profesional, o a sanas relaciones sentimentales. Pero no es siempre así: la felicidad está vinculada con los estados emocionales, y como bien sabemos los procesos relacionados con las emociones no presenta ninguna fórmula, ecuación o algoritmo que nos permita despejar el camino hacia su consecución. Cierto es que, la felicidad influye directamente e indirectamente en la actitud y en la conducta, y las personas que la experimentan o gozan de ella suelen ser más propositiva y motivadas.
A menudo se confunde el placer con la felicidad, y esto es otro gran error, el placer es efímero, superficial y de duración limitada. Vivimos en sociedades dionisiacas, donde el culto al placer se confunde a menudo con la felicidad, y la misma parece inalcanzable. En la mayoría de las culturas o sociedades occidentales, existe una continua lucha para alcanzar metas, objetivos, deseos o necesidades, convencidos de que, ellos suponen la felicidad. En realidad no hacemos otras cosa que placar o buscar de colmar el malestar ocasionado por algún vacío interior que nosotros mismos, o la sociedad o la cultura o la misma religión ha generado. Tanto los alcances profesionales, económicos como los académicos, puede llenar algún vacío existencial pero no reemplazan la felicidad en si.
La felicidad no se encuentra en un día de shopping desenfrenado en “ El Corte Ingles”, la felicidad no se encuentra en una raya de coca, o un partido de futbol, o en un boleto ganador de un sorteo etc.
¿El dinero da la Felicidad ?
Una cosa está “clara” y es cierta, el dinero “puede quitar los nervios” pero no es todo en la vida y no da la felicidad. Hay estudios científicos, relacionados con la felicidad que no evidencian resultados estadísticamente significativos entre cultura o sociedad con alto poder adquisitivo respeto a otras que viven en situaciones más desfavorable desde el punto de vista económico o social, dicho de otra forma, los españoles en líneas generales no suelen ser más felices de los habitantes de Angola.
Entrando un poco más en detalle podemos decir que: una situación desafortunada de extrema pobreza, si puede encontrar la felicidad en cumplir su exigencias básicas primarias como alimentarse o tener un techo, pero una vez cubiertas estas necesidades básicas, la felicidad no crece de forma directamente proporcional a los ingresos mensuales o el numero de “fanegas” escrituradas.
LOS MÁS RICOS NO SUELEN SER LAS PERSONAS MÁS FELICES
A veces en consulta me he encontrado “sujetos” de aparente éxito profesional y económico, personas excelentes desde el punto de vista empresarial pero con un gran vacío interior, en una constante búsqueda de conseguir metas, sin encontrar nunca la felicidad. Algunos pacientes han llegado en preguntarme: ¿Cuánto dinero tengo que ganar para ser feliz?
Y mi respuesta siempre ha sido la misma: Para ser feliz: Mucho menos de lo que puedes imaginar.
Ganar la lotería no es la felicidad, hay estudios que remarcan que después de unos cuantos meses, después de la sorpresa del placer y de aparente felicidad, los niveles de la misma vuelven a su valores basales antes de la extracción del número afortunado.
Ahora puedes tal vez entender porqué muchas personas con mucho dinero se involucran en obras filantrópicas. Hace tiempo leí en Forbes las fortunas invertidas por Warren Buffet, Bill Gates y su mujer Melinda, Amancio Ortega o la familia Walton entre muchos, en obras benéficas. Ofrecer donaciones o más simplemente servicios, con el fin de mejorar la vida de personas más desafortunadas, ayuda a sentirse mejor y estas conductas altruistas son generadoras de felicidad.
¿La salud da la felicidad ?
Partiendo del presupuesto que la salud entendida como bienestar general es muy importante, no siempre está relacionada con la felicidad. Hay persona que a pesar de presumir de una análisis bioquímica, intachable, siguen siendo infelices.
Sin embargo, he conocido muchas persona que también sufriendo enfermedades, patologías crónicas, o pasando por los peores calvarios fisiológicos SON FELICES.
Entonces resumiendo lo comentado hasta el momento podría decir que ha llegado el momento de romper falacias, mentiras, o falsas creencias como que el dinero o el bienestar social o simplemente un excelente estado de salud general son sinónimo de FELICIDAD.
¿Tener un hijo puede dar la felicidad ?
Depende, tener un hijo es más bien una responsabilidad, tener un hijo como fruto de un capricho pensando que pueda ser la consecución de la felicidad o la solución a posibles problemas de pareja creo que es bastante equivocado, pero es mucho más frecuente de lo que se pueda imaginar. Menuda carga de responsabilidad a una criatura recién llegada al mundo, SER EL RESPOSABLE DE NUESTRA FELICIDAD. Conseguir una estabilidad emocional, un equilibrio mental y después vivir la maternidad o paternidad sí puede mejorar los estándares de felicidad. Ser padres es más que tener un hijo. En la literatura científica hay estudios que asocian niveles más altos de felicidad a quien son padres pero también hay otros que remarcan que en líneas generales los padres suelen sufrir niveles de estrés más alto y satisfacción conyugal más baja.
Resumiendo el tema relacionado a: “Hijos = Felicidad” podemos concluir que la felicidad de unos padres depende de su estado, de su rasgo, de su temperamento, de su carácter y su personalidad y no del hecho de haber dejado su herencia genética a la siguiente generación.
¿Podemos aprender a ser Felices?
Si, diría yo, podemos aprender a ser felices. Partiendo siempre del presupuesto que cada uno interpreta la felicidad de diferente manera.
Por ejemplo pertenecer a un grupo, sentirse parte de algo, llevar a cabo acciones con fines filantrópicos o sociales, ayuda a sentirnos mejor y en consecuencia a acercarnos hacia la tan ansiada felicidad.
Seligman, unos de los mayores expertos en psicología positiva en la actualidad, afirma que la felicidad tiene 3 grandes componentes medibles y que podemos controlar y aprender a regular para hacer nuestra vida más “FELIZ”. Vamos a comentarlos a continuación:
El primero, es mantener una buena actitud hacia nuestro entorno más próximo. El segundo consiste en generar una vida comprometida, con objetivos, a nivel familiar, a nivel personal y a nivel profesional. El tercero consiste en prestar atención en el presente y en las “pequeñas grandes cosas” diarias.
Seligman remarca la importancia de dar un significado a la vida, hacer que la misma sea algo interesante.
La felicidad se puede gozar, pero al mismo tiempo se puede perder. Ser optimista o ser pesimista tiene que ver con la Felicidad, pero más que movernos entre los dos extremos yo predico la OBJETIVIDAD, la realidad, como mejor aliado de una sana persona feliz.
Como todos los sentimientos o emociones, también la felicidad se asocia a una respuesta bioquímica corporal, entre los neurotransmisores y hormonas relacionados con la felicidad encontramos: la serotonina, la oxicitina, la endorfina y la dopamina.
Tonino Tarquini termina este interesante reflexión remarcando los pilares de una vida “Feliz” : vivir con sentido, con compromiso, con amor, con objetividad, con ilusiones, esperanza, rodearnos de personas que nos ayuden a hacernos sentir bien, ayudar las personas de nuestro entorno a crecer y mejorar, ofrecernos, siempre y cuando: no descuidemos de la persona más importante en todo este proceso que somos NOSOTROS MISMOS.
La felicitad se encuentra en una vida simple, equilibrada, fruto de un sano dialogo interno que transmita placer, armonia, satisfacción y paz .
La felicidad se encuentra en los procesos, NO en las metas, la felicidad está en la capacidad de saber disfrutar de cualquier pequeño momento, la felicidad se encuentra en un momento, en un sabor, en un olor, en una mirada, en una sonrisa etc.
Quiero terminar este apartado sobre la felicidad recordando las palabras del filósofo alemán Arthur Schopenhauer sobre la felicidad: “Si es difícil encontrar la felicidad dentro de uno mismo, imposible es encontrarla en otro lugar”. :)
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Lunes, 25 de Noviembre del 2024
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