El proyecto Esencia by María Morales cumplirá en julio su primer año de vida. La chef tomellosera ha ido modelando una idea que ha tenido una gran acogida entre el público y que viene a colmar su deseo de trabajar en su ciudad natal. Tirando de espíritu emprendedor, con el arsenal de conocimientos que le da su preparación y las ideas muy claras, María ha posicionado alto su restaurante en tan solo nueve meses. En su acogedor y elegante local recibe a los periodistas con ese torrente de alegría y vitalidad que siempre le acompañan.

El proyecto de calidad diferenciada Campo y Alma encuentra en este lugar uno de sus mejores exponentes y prueba de ella es la larga lista de espera que tiene ya Esencia By María Morales.

“La idea inicial era que el lugar acogiera eventos puntuales, reuniendo a grupo grupos de catorce personas, pero la demanda ha sido muy grande. El número obedece a que quería recrear lo que hicieron mis abuelas Carmen y Pili con nosotros. Ellas cocinaban para los catorce de la familia y me encanta esa sensación de gente compartiendo mesa en un ambiente de cercanía”, empieza diciendo. María se siente feliz de haber abierto un restaurante en Tomelloso “que para mí es un pueblo único y quería hacer algo con un sello diferenciador. Algo íntimo y privado que haga sentirse como en casa a las personas que vienen”.

Entrando en el terreno de la gastronomía que ofrece, Morales asegura que “hago la cocina que me sale del corazón. Cambió constantemente y utilizo muchos productos de Castilla-La Mancha. El menú lo divido en cuatro partes. Una de ellas la dedicó a los snacks donde tienen mucho protagonismo los productos de nuestra región como el pisto o el azafrán que me encanta. Hay gente que se cree que es solo un colorante, pero ofrece muchas posibilidades y debemos potenciarlo porque Castilla-La Mancha es el segundo productor mundial. Me adapto mucho al producto de temporada y en el menú aparece una mezcla en el que hay tintes de vanguardia, pero al mismo tiempo te puedes comer un buen guiso de manitas o un trozo de tarta”.

María Morales tiene muy presente la cocina de las abuelas “que conviene recuperarla porque era maravillosa y recuperar esos productos que la gente, quizá, no conozca mucho como la lenteja caviar. Al fin y al cabo, las modas van y vuelven a la cocina. Hemos regresado un poco a los orígenes, a esa sencillez, que al fin y al cabo, siempre agrada a la gente”, comenta.

Lo dice alto y claro,“la cocina es un arte. Siempre tienes que demostrar lo que eres a través de tu cocina. Igual que un pintor marca su estilo en un cuadro, al cocinero le sucede lo mismo con un plato. Que este restaurante se denomine Esencia va en consonancia con la señas de identidad y el estilo de la cocina que quiero ofrecer”.

“Nuestra región tiene muchos productos de calidad”

La aparición de sellos de calidad diferenciada como Campo y Alma o Raíz Culinaria le parece a la chef un camino muy acertado del que no conviene desviarse. “La iniciativa es muy buena. He defendido a ultranza la cocina de Castilla-La Mancha porque es la base de todas las demás. Cuando entré a Masterchef con los famosos galianos, me valoraron ese sabor auténtico y sencillez. En nuestra región contamos con muchos productos de calidad: el queso, el vino, el cordero, el melón, la miel, el aceite, el azafrán, los dulces…que ofrecen numerosas posibilidades y debemos promocionarlos a través de la cocina. No hay que tener ningún tipo de complejo”.

Cuenta María que en su restaurante todo es cocina en vivo y va presentando sus platos en un showcooking que es una delicia. “Lo que yo hago es algo normal, pero trato de poner cariño y pasión para que se convierta en algo extraordinario. Se trata de querer a la gente y tratar a las personas con cercanía. Al fin y al cabo, cuando abres un negocio lo primero que hay que pensar es: '¿cómo me gustaría que a mí me tratasen como cliente?' y así la cosa acaba funcionando”.

Para la chef otro de los alicientes es que el local lo ha abierto en su casa “el lugar donde me he criado y que tiene unas connotaciones muy especiales para mí. Es sencillo, minimalista, pero muy acogedor, y me enorgullezco mucho cuando la gente me dice que se siente como en casa”.

El tiempo avanza y el paso de María Morales por Masterchef va quedando atrás. Ella lo procesa todo con sus conocidas dosis de naturalidad y humildad. “el programa de televisión cambia la vida de quien luego después se lo curra. Un programa de televisión te puede abrir puertas, pero después te tienes que ir enfocando y yo quiero que se me vea como la chef profesional que soy, una persona que cocina, que tiene su propio restaurante y que intenta sacar adelante su proyecto. Quiero que se me conozca por mi cocina”.

Y esto que dice lo acaba hilando con una última reflexión. “Ahora la cocina está un poco sobreexpuesta con los chefs tan famosos y los programas de televisión, pero hay que dejarse de florituras y si a alguien le apetece comer en mi casa que venga y si le gusta, pues mucho mejor. Es cierto que a la hostelería le hacía falta un empujón y que la profesión de cocinero goza ahora de un mayor aprecio por parte del conjunto la sociedad. En realidad, a todo el mundo le gusta comer bien. Todos somos un poco sibaritas”.