Fernando Villena Cañas será nombrado el próximo 31 de mayo en Manzanares “Hijo predilecto de Castilla-La Mancha”. Villena, de 76 años, es natural y vecino de Tomelloso y se ha dedicado durante toda su vida a la viticultura. Es desde 1992 presidente regional de ASAJA y es socio fundador de Vinícola de Tomelloso.

Fernando Villena es una persona conocida en sector al que ha dedicado toda su vida. Asegura modestamente, que el reconocimiento le ha venido por formar parte de los equipos que han cambiado el campo estos años. Se siente contento de su trayectoria profesional de más de cuarenta años y por haber luchado por lo que creé.

—¿Qué ha supone para usted este reconocimiento?

—Un gran motivo de alegría. Pero tengo que aclarar que soy una de las personas que ha formado parte de los equipos que han llevado a cabo las cosas. Unos hemos ocupado el cargo de presidente y otros de vocales. La organización, que supongo que será por lo que se me reconoce, ha sido una piña, nadie puede hacer nada a nivel individual. Es necesario un conjunto de personas para llevar a cabo una labor.

—Pero es Fernando Villena el reconocido como Hijo Predilecto de Castilla-La Mancha, personalmente habrá sido una gran noticia.

—Por supuesto. Es una gran alegría y un motivo de orgullo que reconozcan tu trayectoria desde 1984.

—Usted empezó hace muchos años con las reivindicaciones del campo, con la Asociación Provincial de Viticultores, ¿no es así?

—Efectivamente era una asociación provincial que estaba integrada en la Federación Agraria, que formaba parte de CNAG. Cuando vino la fusión con ASAJA hubo que hacer un reparto de actividades y cargos de cada organización. A mí me tocó el vino y he participado en él desde 1985 cuando, por primera vez pisé Bruselas. Para mí aquello era un mundo desconocido pero al que, lógicamente, hemos intentado ir adaptándonos. La trayectoria de la viticultura de Castilla-La Mancha a partir del 2000 se ha adaptado a los mercados. No me gustaría que nuestros embotellados fueran considerados de bajo precio.

—Durante más de cuatro décadas usted ha estado en la primera línea de las reclamaciones del campo, luchando por los agricultores, por el reconocimiento social de la profesión…

—Le vuelvo a insistir, el mérito no ha sido solo mío, he estado en ese grupo de personas que constantemente hemos estado reivindicando los derechos y la economía de los agricultores. No siempre las cosas se consiguen y hay veces que te llevas frustraciones, otras veces te llevas alegrías.

—¿Habrá notado el cambio, seguramente a mejor, del campo en estos cuarenta años?

—Cuando entramos en la Unión Europea, el mercado de Castilla-La Mancha era nacional y mayoritariamente para destilados de vinos que luego se vendían a través de marcas de aguardientes y brandis. La entrada en la UE supuso una mejora en la viticultura ya que había una regulación de mercados a través de diversas destilaciones que a Castilla-La Mancha y a España le vino bien.

—Pocas veces se reconoce la fabulosa revolución tecnológica de la agricultura en los últimos años, ¿no le parece?

—En Castilla-La Mancha se han hecho inversiones monstruosas en el sector de la viticultura. Viajando por otros países me he encontrado con bodegas que no tiene el nivel que las nuestras, las de Castilla-La Mancha. Pero hemos avanzado poco en la comercialización seguimos teniendo que vender mucho vino a granel, que tiene poco valor añadido.

—Usted ha formado parte de esa revolución fundado una de las cooperativas punteras de Tomelloso y la región.

—Efectivamente, Vinícola de Tomelloso nace en 1986 y empieza a producir vino de calidad, que es para lo que se fundó, en 1991. Ese año recibimos un Zarzillo de Oro, que fue la revolución de la estela que ha seguido la región en los vinos de calidad. Hoy en día vinos de calidad tenemos en todas las bodegas, ahora lo que queda es venderlo.

—¿Con qué se queda de todos estos años?

—Con haber estado ahí luchando por lo que creía, que no era otra cosa que los agricultores teníamos que poder vivir de nuestra profesión y tener una vida mejor. Estoy alegre por la trayectoria de trabajo de estos más de cuarenta años. De trabajo en equipo, como he dicho varías veces.