A veces un final es también el principio de una vida que se abre paso y trae consigo otros días, otras personas, otros sueños, otras risas, pero también nuevas decepciones y lágrimas que se suman al dolor enquistado. ¡Qué fácil es ilusionarse cuando vislumbras en la oscuridad una luz que augura un futuro sin sombras! ¡Qué fácil dejarse abrazar por quimeras cuando lo has perdido todo! ¡Qué difícil es seguir el camino luego cuando se clava en el alma de nuevo el desconsuelo, el desencanto y el desengaño por culpa de aquello que promete paz pero no la otorga!
No tengo más que promesas vacías, esperanzas marchitas, mentiras. Sólo tengo esto y el dolor que vuelve una y otra vez para recordarme que no podemos escapar de nuestras miserias. Esto y el dolor que cae como un cuchillo y se hunde en una herida abierta. Esto y el dolor eterno que amenaza con no conceder descanso. Esto y el dolor de cada segundo que se llena de ausencias, de vacíos, de días que no fueron y que ya no podrán ser.
Sigo adelante con
la esperanza de encontrarte, hermana, en cada sueño, de volver a verte al otro
lado del espejo, de guardarme tu sonrisa en los ojos y esconderme en tu mirada.
¡Se acerca ya tu cumpleaños, hermana mía! Ojalá estuvieras aquí y no tuviera que
decirte cuánto te echo de menos. Ojalá no tuviera que decirte cuánta falta me
haces. Han pasado ya tres años. A fuerza de costumbre, sigo adelante a pesar de
todo. No hay vuelta atrás. Voy haciendo camino: una nueva vida, otros días,
otras personas, otros sueños que también defraudan. A veces un final también es
el principio. Confío en que mañana la luz que veo a lo lejos tenga suficiente
fuerza y se abra paso entre el dolor y el desengaño. Tal vez mañana respirar no
me duela tanto.
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Miércoles, 15 de Enero del 2025
Martes, 14 de Enero del 2025
Miércoles, 15 de Enero del 2025
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