El verbo “echar” es quizá de todos los predicados el
más utilizado en el lenguaje cotidiano con distinto acierto para expresar
múltiples acciones; que lo mismo se dice échame agua, échame comida, que echar
una foto, echar un programa, echar fuera, echar la basura, echar un eructo,
echar un discurso etc... Pues bien, utilizarlo de manera tan generalizada y
recurrente para definir hechos tan distintos demuestra las carencias
lingüísticas de quienes así lo hacen.
Para la RAE el verbo echar tiene dos significados: 1.- Hacer
que una cosa vaya a parar a determinado lugar dándole impulso o poniéndola en
él. “Echar las redes; echa más aceite en la sartén; echar pienso
al caballo”. 2.-Dejar caer una cosa para que entre en un lugar determinado. "Echar
dinero en un bolso; eché la carta al buzón; échame agua en el vaso"
A la luz de estos dos significados vemos que de las
expresiones referidas más arriba no todas encierran el mismo desacierto y
vulgaridad. La escala viene marcada tanto por el destinatario, que no es lo
mismo echar agua o comida a un caballo que a una persona pues a un animal se le
echa y a una persona, bien se le pone o se le sirve… como por el objeto
referido o utilizado, por ejemplo, “echar” un programa; mucho más vulgar supone
decir esto último cuando el verbo correcto es emitir.
Mención aparte merece lo de “echar” una foto,
extensamente utilizado, cuando también el verbo correcto es tomar o hacer una
foto. De igual manera lo de "echar los rayos”. Quizá estemos en este
último caso ante un escenario de pobreza cultural.
La utilización vulgar del verbo en cuestión suele
presentarse en dos niveles y causas; por la falta de interés en recurrir a
verbos sinónimos más aptos y, en los casos más burdos por el desconocimiento de
estar empleando un verbo inapropiado.
Sin embargo y para no dar la sensación de pretender un
puritanismo o un excesivo rigor lingüístico, decir que existen numerosísimas
expresiones coloquiales en las que el verbo echar está presente y que son
utilizadas muy a menudo de manera tan expresiva como correcta. “Echar de menos,
echar a perder, echar un vistazo, echar una mano, echar para atrás, echar la
bronca, echar un discurso, echarse a la siesta”.
Echar ciertamente puede ser considerado como un verbo para multitud de usos, algo así como un grueso trasmisor verbal de amplísima frecuencia a través del cual emitimos acciones sin reparar en demasiadas consideraciones lingüísticas ni etimológicas.
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Viernes, 25 de Abril del 2025