Una veintena de personas participan en la actividad —incluida en la programación de “Tomelloso Raíces y Vino”. El anfitrión, Manuel Casero, ha explicado el origen de su cueva, una de las más antiguas de Tomelloso, originaria de mediados del siglo XIX. De pequeñas dimensiones, guarda toda la esencia de las cuevas de Tomelloso. Como hemos contado en más de una ocasión, conserva las tinajas originales y está ornamentada con una singular decoración que remonta a otras épocas.

Casero ha hecho una defensa de estos tesoros subterráneos que minan Tomelloso y que hay que conservar y promocionar. Tras ello, los componentes de la Asociación de Catadores han escanciado el vermut y ofreciendo interesantes explicaciones sobre la bebida.

Explicaba la presidenta de la Asociación de Catadores entre bambalinas que se van a dar a probar cuatro vermuts, explicando sus distintas cualidades organolépticas. Los bisoños catadores, guiados por los miembros de la Asociación, han catado cuatro bebidas, dos de Tomelloso, una de Criptana y otra de Socuéllamos. Posteriormente se ha llevado un juego tratando de identificar uno de los vermuts que han conocido previamente. “Una forma de entrenar los sentidos y un acercamiento a los concursos de catadores”, apuntaba María Victoria Jiménez. “En La Mancha tenemos muy buenos vermuts, sobre todo en Tomelloso, que hay que dar a conocer”. Con el último de los vermuts se lleva a cabo una degustación de productos regionales

El viernes se llevo a cabo en el mismo lugar una cata didáctica de mistela —con acompañamiento de alimentos dulces—, con el mismo juego de identificación, con graciosas anécdotas. Las catas comentadas llevadas a cabo en un marco incomparable como son las cuevas de Tomelloso, ponderaba Jiménez, están siendo un éxito.