Tomelloso

Rafael Torres: «En Virgen de las Viñas aplicamos unas normas de calidad muy exigentes para elaborar vinos excelentes»

Francisco Navarro | Sábado, 2 de Diciembre del 2023
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La Cooperativa Virgen de las Viñas de Tomelloso es un ejemplo de innovación en uno de los sectores que más ha evolucionado en nuestro país en los últimos años. De la mano de su presidente, Rafael Torres, la cooperativa vitivinícola más grande del mundo ha acometido un ambicioso proceso de renovación con el objetivo puesto en la calidad de sus vinos, lo que implica aumentar el beneficio de tres mil familias que forman la masa social de la empresa.

Hablamos con Rafael Torres después de que la bodega haya presentado, con una gran respuesta, los vinos de este año en el Día Europeo del Enoturismo y en el Museo Reina Sofía de Madrid. El presidente de la entidad apuesta claramente por el vino embotellado, es el futuro de la bodega apunta durante la entrevista, también mantener los altos parámetros de calidad que se ha impuesto la cooperativa y por la continua innovación para complacer los gustos del consumidor. Torres tiene claro que los vinos de La Mancha pueden competir con cualquiera del mundo.

—Cooperativa Virgen de las Viñas ha tenido que acometer en los últimos años un colosal proceso de renovación, ¿no es así?

—Hace unos años tuvimos que dar un salto en la elaboración de nuestros vinos, muy diferente a la que veníamos haciendo con anterioridad. En la mayoría de las cooperativas el vino iba destinado a la destilación, cuando ese proceso se deja de subvencionar hay que venderlo como vino de mesa. Por ello hubo que sacarlo al mercado cumpliendo con unas exigencias de elaboración mucho mayores que las que existían hasta entonces. De manera que tuvimos que cambiar la maquinaria de la bodega implementando una tecnología mucho más avanzada. Así, sustituimos los depósitos de cemento por unos de acero inoxidable. También hubo que adecuar y modernizar la descarga de la uva, la analítica y las tomas de muestras a los tiempos actuales para saber la calidad del producto que entraba en la bodega y, en base a ella, llevar a cabo la liquidación a socio y, además, destinar el vino a la distintas elaboraciones o usos.

—¿Está en el vino embotellado el futuro de Virgen de las Viñas?

—Estoy convencido, y así se lo hago llegar al consejo rector y a los socios, que el futuro de esta y de todas las cooperativas es llegar al producto final, esto es, al embotellado. En eso nos llevamos aplicando ya durante varios años. Para ello, hemos puesto instalaciones completamente nuevas y hemos levantado modernas edificaciones que las albergan. Seguimos unas normas muy exigentes, que nos esforzamos en superar, para hacer una buena elaboración y poder ofrecer un excelente vino embotellado.

—Con respecto a las marcas, referencias y diseño de las botellas también se ha producido una gran actualización…

—Conservamos la marca original con la que esta cooperativa empezó a embotellar, “Tomillar”. Pero al introducirnos en el mercado internacional, afortunadamente tenemos presencia en los cinco continentes, hemos creado otras referencias con arreglo a los nombres que mejor se adaptan a los distintos lugares.  Actualmente estamos elaborando un vino, que se vendimia a mano y que tiene unas características muy especiales, que hemos llamado “Lienzo”. Una marca que hace un guiño al mundo del arte y la cultura en el que nosotros estamos muy implicados con el certamen que cada año organiza la cooperativa y con el Museo de Arte Moderno Infanta Elena. Con una producción numerada y limitada, “Lienzo” se nos agota, lo que me hace sentirme muy satisfecho con esa marca. También lo estoy con el resto de las referencias porque cada año estamos aumentando las ventas de vino embotellado en España y el extranjero.

—¿A qué es debida esa mejora?

—Esto es posible gracias al esfuerzo de los socios de la de cooperativa por cultivar un producto de la máxima calidad y por habernos rodeado de profesionales que llevan a cabo la mejor elaboración. Es muy importante encontrar a las personas adecuadas, las que sientan a la empresa, le sean leales, vengan con muchas ganas de trabajar y con el talento suficiente para que ese trabajo sea eficiente. Algo que creo que hemos conseguido.

—También es necesario un espíritu de renovación constante, ¿no es así?

—Nunca estamos satisfechos, queremos superarnos cada vez más. Esa es la exigencia que le hago a todas las personas que trabajan conmigo. Todo ello redunda en lo que es mi máxima preocupación como presidente de esta entidad, que los socios tengan cada vez una mejor liquidación y conseguir un estado de bienestar para ellos.

—Siempre se dice que el buen vino empieza en la viña…

—No cabe duda, por ello tenemos un excelente equipo de ingenieros que visita las parcelas de nuestros socios. Estos técnicos conocen el estado de cada plantación comprobando si hay o no plagas y que tratamientos son necesarios. Valoran los recursos hídricos que se están empleando, que no pueden ser menos ni más, ya que del agua hay que hacer un uso sostenible dado que es un bien muy escaso.

Para la elaboración de los vinos muy selectos, la vendimia se hace a mano, recolectando los racimos necesarios y depositándolos en cajas. Cuando llegan a la cooperativa se meten en cámaras frigoríficas y al alcanzar los 4 grados se lleva a cabo la molturación, con una selección previa hecha a mano por varias personas, para que no haya nada que pueda perjudicar la elaboración. Esto lo estamos cuidando mucho, somos muy exigentes y contamos con personal en número suficiente para que estas tareas se puedan realizar adecuadamente. Y vamos a seguir en esta línea, cada vez mentalizamos más al agricultor de las condiciones inmejorables en las que tiene que venir la uva. Tenga en cuenta que pagamos por calidad diferenciada y nuestro deseo es que todos nuestros socios cobren lo máximo.

—Aprovechando los actos del Día Europeo del Enoturismo, Virgen de las Viñas ha presentado sus vinos nuevos a quienes han visitado la bodega, ¿qué respuesta han recibido?

—Todas las catas que se han organizado han sido muy del agrado de los asistentes. En ese sentido hemos recibido felicitaciones y eso me llena de orgullo. Espero que en los concursos a los que nos presentemos se haga honor a la calidad de nuestros vinos y premien el producto que estamos embotellando. Vamos a seguir difundiendo las bondades del vino y lo bueno que es para la salud cuando se toma en cantidades moderadas, como cualquier otro alimento por básico que sea.

—¿Se trabaja en una nueva elaboración?

—Estamos constantemente investigando, además, elaboramos con arreglo a lo que nos pide el consumidor. Los gustos van cambiando, antes el público se inclinaba por los vinos con mucho cuerpo, con mucho grado. Eso ahora es diferente, la tendencia es el consumo de vinos con menos graduación. También hay una inclinación a consumir más vino blanco que tinto, una circunstancia que espero que cambie ya que el vino tinto tiene muchas cualidades beneficiosas. Todo esto lo estamos trabajando en nuestro departamento de investigación y desarrollo, hacemos pruebas y llevamos a cabo catas a ciegas. Si estas últimas resultan positivas, comenzamos a lanzar los nuevos vinos comercialmente.

—Hasta hace uno años los vinos de La Mancha han ido por el mundo con un complejo de inferioridad que parece que han perdido, ¿no es así?

—En Castilla-La Mancha estamos elaborando unos vinos extraordinarios que pueden competir con los de cualquier parte del mundo en calidad y en precio. Hay que olvidarnos del sambenito de mucha cantidad y poca calidad con el que nos habían catalogado. Se está elaborando muy bien en esta región y estamos poniendo en el mercado unos productos que son extraordinarios. Hay que hacer mucha publicidad y llevar a cabo muchas catas, que se prueben nuestros vinos y podamos demostrar que son tan buenos como cualquier otro.

—La Navidad está a la vuelta de la esquina ¿recomienda Rafael Torres que el vino de Virgen de las Viñas esté presente en las celebraciones?

—Naturalmente, a todo el mundo le recomiendo que en sus celebraciones navideñas no falten los vinos de Virgen de las Viñas, blancos, tintos, rosados, jóvenes o espumosos. Saldrán satisfechos de la prueba que hagan; pero como le he dicho anteriormente, en su justa medida, para que disfrutemos y sea bueno para la salud. Hay un poema de Pemán que dice «Beber es todo medida/alegrar el corazón/y sin perder la razón/darle razón a la vida». Y es que, de esa manera el vino es bueno, nos une, favorece las relaciones sociales y en torno a una copa se establece una buena conversación.

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