Se evidencian 120 heridas en espalda, brazos y piernas sufrida con un flagelo con terminaciones en bolas de acero, estimando que pudo haber perdido alrededor de un litro y medio de sangre.

Se sabe que la corona de espinas que formaron los soldados romanos proviene de un cardo típico y abundante en esa zona del Mediterráneo, llamado “ziziphus jujuba”. Fue llevada desde Tierra Santa por Luis IX en el siglo XII, donde se depositó construyendo a propósito una capilla especial dentro del templo de la catedral de Notre Dame. Ha sobrevivido al incendio de 2019 gracias al empeño de los bomberos por rescatarla, teniendo en cuenta que estaba dentro de un relicario con cristal blindado y tres combinaciones de seguridad. Actualmente está en la parroquia parisina de Saint-Chapelle.

Del estudio del recorrido con la cruz a cuestas, Carlos Llorente calcula que fueron unos 800 metros aproximadamente. Solamente llevaba el palo  transversal con los brazos extendidos y sujetos por cuerdas, con un peso de unos treinta o cuarenta kilos. El palo vertical se encontraba clavado en el Calvario. Este criterio está avalado por cuanto de la Sábana Santa no se desprende que en ninguno de los hombros hubiese heridas a consecuencia de llevar el peso de la Cruz.

El cuerpo fue sujetado a la cruz por clavos en las muñecas, y no en la palma de las manos, para evitar desgarros y quedar  el cuerpo más firme en la cruz. Dos clavos sujetaron los pies, siendo el derecho el que más sufrió para sostener todo el peso de una complexión fuerte. También puede desprenderse la agonía y de cómo sobrevino la muerte, para después ser traspasado por una lanza entre dos costillas con orificio de salida de la punta por la espalda.

La Sábana Santa refleja de manera misteriosa el severo sufrimiento de un hombre, sin pigmento, por lo que la ciencia no ha conseguido descifrar todavía el método de su creación. El último estudio del Instituto de Cristalografía del Consejo Nacional de Investigación de Italia, en abril de 2022, aporta que la Sabana Santa de Turín se originó en la época de Cristo, estudio que contradice el del carbono 14 de 1988, que databa de su creación en la Edad Media.

En definitiva, la conferencia de Carlos Llorente llevó a todos los asistentes a través del misterio de la Sábana Santa de Turín al Misterio de la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo, que marca un antes y un después en la historia de la Humanidad.