Los bombos que vemos hoy en mitad
del campo en parcelas propiedad de agricultores tomelloseros en su gran mayoría
se construyeron en 150 años, durante el siglo XIX y hasta mediados del XX.
Tomelloso es uno de las poblaciones
más jóvenes de La Mancha. Si bien es cierto que, comparando sus inicios con los
de localidades vecinas algunas nos aventajan sólo en unas décadas, no lo es
menos que éstas, hace trescientos o cuatrocientos años tenían una pujanza
económica claramente superior a la de nuestro pueblo. Nuestro Tomelloso tuvo un
crecimiento espectacular precisamente en la época en que se construyeron los
bombos.
Esto no es una casualidad y sí
consecuencia del enorme empuje de los agricultores tomelloseros, los cuales
ampliaron durante el período citado sus plantaciones de viña y melones,
extendiéndolas a términos y fincas de localidades vecinas. En el término de
Tomelloso hace ya muchos años que la vid es prácticamente monocultivo.
Los tomelloseros construyeron
unos trescientos bombos en nuestro término, en total fueron capaces de levantar
unos mil, si sumamos los de términos vecinos.
Estas construcciones respondían a una necesidad: construir un albergue para
trabajadores y animales de labor que les permitiese pernoctar en él. El
transporte que usaban los agricultores hace ochenta o cien años eran carros
tirados por lentas mulas. Con estos medios, si había que desplazarse a arreglar una parcela a diez,
quince o veinte kilómetros de Tomelloso, era necesario disponer de un sitio
donde pasar la noche hombres y animales.
Aunque hay de todo, las parcelas
en las que se iban introduciendo poco a poco los agricultores de nuestro pueblo
no eran todas muy pedregosas. Sin embargo, en muchos de los parajes había
varias zonas que tenían alguna elevación en la que el terreno era pedregoso.
Limpiaban la tierra y además con las lanchas de piedra construían un refugio.
En gran parte de la zona de La Mancha
existe un importante acuífero subterráneo. Se da la circunstancia de que en
Tomelloso y alrededores, aún estando lleno el acuífero, -por ejemplo, como
estaba hace 50 años- el nivel freático
se encontraba entre 15 y 17 metros de profundidad. Sacar agua de tanta
profundidad a brazo para hacer una vivienda destinada a los agricultores se
antojaba una tarea imposible.
Por todo ello los agricultores se
decidieron a utilizar las piedras extraídas de parte de sus tierras, sin ningún
cemento ni argamasa, para construir los bombos. Esta forma de construir es
conocida técnicamente como “piedra seca”, por aquí se la denomina “piedra
vana”. Los constructores eran los mismos agricultores, aprovechando algunas de
las fechas del año en las que había menos faena en las viñas. La construcción
se hacía sin ningún tipo de andamio, por el exterior de la obra, apoyándose en
la parte ya construida.
Las lajas –piedras calizas
planas- más grandes se utilizaban en los dos muros, interior y exterior de la
parte baja del bombo y en la primera y segunda fila de la falsa cúpula. El
resto de la piedra utilizada es pequeña y se usaba como relleno en la parte
baja y como impermeabilizante en la parte alta.
Todas y cada una de estas
construcciones son un monumento a la capacidad de trabajo, el tesón y el enorme
sentido práctico de varias generaciones de agricultores tomelloseros. Gracias a
ellos hoy podemos decir que Tomelloso es uno de los mayores viñedos del mundo.
Los bombos de Tomelloso situados
en nuestro término están protegidos por disposición municipal y por la Ley de
Patrimonio Cultural de Castilla La Mancha. Los que construyeron los
tomelloseros en términos vecinos –sobre
700- solo los protege la Ley de
Patrimonio citada.
Se debería hacer una catalogación
de todos los bombos construidos por agricultores de Tomelloso, actualizada y
sin importar el término en que se encuentre, aunque este último dato se
refleje. Una ficha de cada uno de ellos
con los datos que se puedan obtener y lo que se sepa sobre su construcción. Muy
importante sería reseñar el estado de conservación y si necesita de alguna
reparación, sobre todo en las partes altas, pues estas provocan el colapso de
la cúpula.
Podríamos decir que varias
generaciones de agricultores tomelloseros se merecen una nota de sobresaliente
por habernos legado este inmenso y peculiar patrimonio. Los descendientes de
estos valientes trabajadores, así como las autoridades competentes, de momento,
andamos entre el suspenso y el aprobado justito.
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Viernes, 22 de Noviembre del 2024
Sábado, 23 de Noviembre del 2024
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