Opinión

El parlamentarismo visto desde los ojos de una mujer que desde joven tuvo claro su interés por la política

Ana Isabel Abengózar | Domingo, 30 de Junio del 2024
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El poder legislativo y por ende el parlamentarismo es la esencia de la democracia y como portavoz del grupo parlamentario socialista en las Cortes de Castilla-La Mancha tengo el privilegio de participar en el proceso legislativo desde una posición única y en un momento histórico único para la Región, como es el momento actual que vivimos de revisión del Estatuto de Autonomía que ha regido esta tierra desde hace más de cuarenta años.

El poder legislativo, representado por el Parlamento, es crucial en cualquier democracia. Su función principal, que no la única, es la aprobación de leyes que mejoren la calidad de vida de la ciudadanía, que regulen la vida en sociedad y que garanticen que se respeten los derechos y libertades de la ciudadanía.

Ser consciente de esto y poder participar en la redacción y aprobación de leyes y defenderlas en tu Parlamento Autonómico es una de las tareas más gratificantes en política.

Cada ley que aprobamos es el resultado de un proceso riguroso de debate, enmiendas y consenso. Un proceso que no solo fortalece nuestras instituciones democráticas, sino que también nos permite abordar los desafíos de nuestra Región de una manera integral y sostenible.

Lo que hace que me reafirme en la convicción de que el parlamentarismo no solo es el pilar de nuestra democracia, sino que además en un parlamento como el de Castilla-La Mancha (uno de los que más actividad parlamentaria tiene de toda España) también es una fuente inagotable de satisfacción y orgullo personal.

Máxime cuando en Castilla-La Mancha somos el espejo en el que otras Comunidades Autónomas se miran a la hora de poner en marcha leyes progresistas, sociales, de igualdad o de protección de derechos de las personas. Leyes con las que hemos sido pioneros y que son una muestra clara de la hoja de ruta de avances sociales del Ejecutivo regional. Como la Ley para una sociedad libre de violencia de género, la Ley de diversidad sexual y derechos LGTBI, la ley del Estatuto de las mujeres rurales o la futura ley para la eliminación de la brecha salarial entre hombres y mujeres de Castilla-La Mancha.

Sin duda, como digo, el parlamentarismo es la esencia de nuestra democracia y el motor que impulsa su avance. Un sistema que garantiza la representación de todas las voces y también la rendición de cuentas del poder ejecutivo ante el legislativo.

No quiero dejar pasar la ocasión para hacer mención al contexto histórico en el que vivimos de creciente polarización política, el parlamentarismo ofrece un espacio para el diálogo constructivo y la búsqueda de acuerdos, factores esenciales para el progreso y la estabilidad de nuestra sociedad. Factores importantísimos a los que considero que no estamos dando la importancia que merecen, pero que se dan y que cada vez se hace más necesario que se pongan de manifiesto para restar crispación. La sociedad merece también tener sobreinformación sobre los acuerdos alcanzados por quienes somos sus representantes, por qué no, estoy convencida de que esto restaría tensión y crispación a la ciudadanía y mermaría la estrategia de quienes ven en la exaltación y el populismo sus aliados.

Es cierto que no siempre conseguimos que el diálogo entre las tres fuerzas políticas representadas en las Cortes de Castilla-La Mancha sea constructivo, pero lo cierto es que las Cortes de Castilla-La Mancha son un espacio para el diálogo y el consenso.

Diálogo y consenso que quiero resaltar ha primado, se ha mimado y respetado cuando la revisión del Estatuto de Autonomía de Castilla-La Mancha se ha puesto sobre la mesa y ha sido trabajado por quienes verdaderamente creemos en las Comunidades Autónomas y somos conscientes de la necesidad de seguir avanzando, también nuestra norma marco, que necesita adaptarse a la sociedad del siglo XXI en la que vivimos.

Desde mi experiencia, tanto a nivel local como concejala de mi Ayuntamiento, como regional, he aprendido que el verdadero poder de la política reside en la capacidad de trabajar juntos, más allá de las diferencias partidarias, para y por el bien común.

Y es quizá, de estas dos etapas, la etapa como concejala una escuela inestimable de política práctica, ese contacto directo con la ciudadanía y sus necesidades creo que me ha enseñado la importancia del diálogo, la transparencia y la responsabilidad en la gestión pública.

Por tanto, bien puedo decir que es en el ámbito local donde se forjan las habilidades de negociación y donde se cultiva el respeto por la diversidad de opiniones, habilidades esenciales para cualquier político.

Esta capacidad de escucha y de llegar a acuerdos se vuelve aún más crucial cuando se trata de una Comunidad Autónoma entera. Aquí, el impacto de nuestras decisiones es más amplio y complejo.

Cada ley que aprobamos y cada debate en el que participamos es una oportunidad para fortalecer nuestra comunidad y mejorar la vida de nuestra ciudadanía. Y en el desempeño de esta hermosa tarea, desde el grupo parlamentario socialista seguiremos trabajando de la mano del Gobierno regional, para que Castilla-La Mancha siga avanzando como hasta ahora, creciendo económica y socialmente y blindando unos servicios públicos fuertes y de calidad a los que tengan acceso todos los ciudadanos y todas las ciudadanas independientemente del lugar de la Región en el que residan.

Ana Isabel Abengózar

Portavoz del Grupo Socialista en las Cortes de Castilla-La Mancha

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