Opinión

La Banda Municipal de Música de Argamasilla de Alba (1930-1979) - Segunda parte

José Carretón Moya | Domingo, 28 de Julio del 2024
{{Imagen.Descripcion}} Años 70. La Banda Municipal de Música de Argamasilla de Alba en la procesión en honor a la Virgen de Peñarroya durante la Feria y Fiestas. Al frente D. Ramón Villajos (Fotografía de Manoli Villajos). Años 70. La Banda Municipal de Música de Argamasilla de Alba en la procesión en honor a la Virgen de Peñarroya durante la Feria y Fiestas. Al frente D. Ramón Villajos (Fotografía de Manoli Villajos).

Antes de  continuar avanzando en la historia y devenir de la Banda Municipal de Música de Argamasilla de Alba merece la pena detenernos siquiera brevemente en la figura del maestro Vicente Martín Díaz,  que como decíamos en la primera parte de este artículo dejó una profunda huella en la cultura musical de nuestra localidad durante sus algo más de 14 años como director de la banda (1939-1954). No en vano la actual agrupación musical de Argamasilla de Alba heredera de lo que fue aquella banda municipal de música lleva hoy su nombre.  Antes de ello quiero agradecer a su hija Carmen Martín, su amabilidad y su colaboración recibiéndome en su casa y facilitándome información y fotografías que me han ayudado en gran medida en este trabajo de investigación.

Nacido en Tomelloso en el año 1902, Martín Díaz procedía de una familia de músicos y reconocidos maestros alarifes. De hecho inicialmente su profesión principal será la de maestro albañil, oficio que aprenderá de su padre y de su abuelo.  Su padre, D. Vicente Martín Ramírez y sus tíos disponían incluso de su propia tejera en Tomelloso en la que hoy conocemos como calle Francisco García Pavón. Los Martín Ramírez eran afamados albañiles y realizarán numerosas e importantes obras. Sin ir más lejos en los años 30 se ocuparán de restaurar la torre de la iglesia parroquial de La Solana. Los primeros  profesores musicales de Vicente serán  su abuelo materno y su padre. Posteriormente será D. Santos Carrero, director de la banda de Tomelloso, quien guiará sus pasos. En 1917 conseguirá plaza en la banda de Tomelloso tocando el saxofón. En 1922 es llamado a filas y luchará en la guerra de África como zapador hasta 1924. 

Año 1922. Vicente Martín Díaz a la edad de 20 años ensayando con el violín. (Fotografía de Carmen Martín)

Sin embargo no será la guerra de África la que estará a punto de costare la vida en su juventud si no dos importantes accidentes laborales.

El primero de ellos, del que se hará eco incluso la prensa local, lo sufrirá con 19 años cuando trabajaba en la construcción del nuevo teatro que se edificaba en Tomelloso, tras caer de un andamio situado en la boca del escenario. Vicente había recibido el encargo de su padre de ir rematando la orla de rosetones que habían de adornar el escenario del teatro, tarea delicada y artística en la que el padre deseaba el lucimiento de su vástago, lo que da cuenta del talento que ya por entonces tenía para la albañilería. El segundo accidente, de mayor gravedad, lo sufrirá el 26 de mayo de 1926 cuando apenas llevaba un mes casado mientras trabaja en un edificio emplazado en la que hoy se conoce como calle Nueva de Tomelloso. Tras precipitarse desde una considerable altura resultará con lesiones graves, especialmente en una de sus piernas. Tendrá que permanecer tres meses  convaleciente en casa de sus padres hasta que pueda regresar a su domicilio en la calle Don Sergio, 4 de Tomelloso. Podemos decir que este grave accidente marcará un antes y un después en la vida de Martín Díaz. Tras diversos tratamientos, los médicos que le atienden en Madrid le indicarán que su estado físico y sus secuelas aconsejaban seriamente que tomara otra salida profesional distinta a la construcción. Este suceso le dejará como secuela  una ligera cojera que le acompañará el resto de su vida. Será de este modo como se centrará vivamente en sus estudios y formación en la dirección musical, estudios que realizará a distancia de la mano del maestro catalán Antoni Ribera í Maneja director de orquesta, profesor y musicógrafo traductor de buena parte de la obra de Wagner. La correspondencia mantenida por Martin Díaz con el maestro catalán así como sus numerosas notas manuscritas, denotan el gran aprecio y estima que el maestro Ribera profesaba a Martín Díaz. Durante finales de los años veinte y principios de los años treinta Martín Díaz seguirá compaginando su formación musical con su profesión de maestro albañil. Finalizados sus estudios de

dirección musical se hará cargo de la banda de música de Tomelloso entre los años 1933 y 1935. Desde 1935 a 1936 será director de la banda de música de Lopera (Jaén). Durante la guerra civil es destinado como músico a la 49ª División del Ejército Popular de la República con sede en Valencia y a partir de 1939, finalizada ya la guerra, se hará cargo de la dirección de la Banda Municipal de Música de Argamasilla de Alba. Como anécdota cabe señalar que tras finalizar la contienda hubo de empeñar su saxofón por cincuenta pesetas para poder regresar a su casa, logrando recuperarlo después.

Durante todos sus años de estancia en Argamasilla Vicente Martín Díaz vivirá siempre de alquiler, primero en la calle Tejera durante unos meses, luego en la calle Duque de Alba, 22 y luego en 1943 cambiará su domicilio  a la calle Carlos Morales. Allí permanecerá hasta el 1 de noviembre de 1950 en que se mudará a la casa de  Luis Lanzarote, en la Plaza de España, donde vivirá hasta el 31 de mayo de 1954 momento en que ya fijará su domicilio en Tomelloso haciéndose cargo de la dirección de la  banda de música de esta localidad tras finalizar su periplo en Manzanares. Se jubilará con 70 años, con 49 años de servicio, 14 como músico y 35 como Director, según se le tenía reconocido por la Dirección General del ramo.

En cuanto a su faceta como compositor, serán varias las obras compuestas por el maestro de las que podemos citar España es Libre (su primera obra), Recuerdo al Triunfo, Crepúsculo, Mi Pasión, Oh, Eternidad!.  Su última obra será una marcha fúnebre: Eterna Mansión, obra inédita que compondría en 1974 retirado ya de la dirección musical.

Portada de la partitura del pasodoble “España es Libre” de Vicente Martín Díaz.

Músico de exquisita técnica, meticuloso y con una elegante y finísima  técnica de escritura, Martín Díaz era también hombre sencillo y pragmático. Baste comentar que no dudaba en usar como batuta en sus conciertos  el carrizo de los cohetes al considerarlo más cómodo y ligero que la tradicional batuta.

A finales de los años 40 instrumentará la famosa Salve Regina de Hilarión Eslava que tradicionalmente se interpreta en las Fiestas en Honor a la Virgen de Peñarroya. Algunos de los músicos que la interpretan esos años bajo su dirección serán Carmen Cuevas al violonchelo, Rosa Cuevas al violín, Fermín Espinosa al clarinete y Antonio Espinosa con la flauta.

Otra faceta del maestro Martín Díaz será la de profesor. Durante su carrera como director formará a numerosos alumnos, buena parte de ellos en Argamasilla de Alba. Martín Díaz fallece el 2 de junio de 1998 a la edad de 96 años, el mismo día de su cumpleaños. 

Pero volvamos a retomar la historia de nuestra banda municipal de música. Tras la marcha de Martín Díaz, a principios de marzo de 1954 se presentará ante el Ayuntamiento de Argamasilla de Alba una instancia suscrita por D. Ramón Villajos Soler perteneciente al Colegio Oficial de Directores de bandas de Música Civiles con el carácter de adjunto, quien alegando tener conocimiento de hallarse vacante la laza de Director de la banda de música, solicitará cubrirla con carácter interino hasta tanto en cuanto se convoque el oportuno concurso general por la Dirección General de Administración Local para su posesión en propiedad. La Corporación a la vista de los buenos antecedentes del solicitante acordará por unanimidad el nombramiento de D. Ramón Villajos Soler  con carácter interino como Director de la Banda de Música con el haber anual de once mil pesetas. 

Ramón  Villajos Soler mantendrá el régimen de organización interna de la banda ya existente con el beneplácito de la corporación, pero solo ostentará el puesto de Director de la banda de música con carácter interino hasta septiembre de 1954, en que la dirección de la banda será cubierta en propiedad por nuevo concurso entre los aspirantes designados por la Dirección General de Administración Local. En este nuevo concurso y conforme a la lista facilitada al Ayuntamiento de Argamasilla de Alba por la citada Dirección General de Administración Local, la corporación municipal se decantará como primera opción por el maestro D. José Borobia González quien al a postre sería Director de la Banda Provincial de Zaragoza, designando entre otros como candidatos secundarios a Joaquín Mínguez Marco, Ildefonso García Rivas y Valentín Ruiz Gómez.

Sin embargo no será la opción principal encarnada en el maestro Borobia la que cristalice, sino que será el valenciano D. Valentín Ruiz Gómez quien será designado por la superioridad para ocupar en propiedad la plaza de Director de la Banda Municipal de Música de Argamasilla de Alba. Así, el treinta y uno de enero de 1955 Valentín Ruiz Gómez toma posesión de su cargo. Ruiz Gómez había pertenecido a la Banda Municipal de Música de Jaén donde había permanecido durante algo más de seis años como músico de cuarta y tercera categoría.

Valentín Ruiz Gómez dejará también su impronta en las labores de dirección de la banda de música. A finales de 1955 propondrá a la corporación un aumento de las retribuciones de los músicos por entender que eran bajas las que entonces percibían, máxime ante la circunstancia de la mejora notable de sus actuaciones personales y ser también mejor la calidad interpretativa de las obras que se sometian a su estudio. De tal modo Ruiz Gómez propondrá que los músicos de primera pasen a cobrar 113,33 pesetas mensuales, los músicos de segunda 100,00 pesetas mensuales y los músicos de tercera 90,00 pesetas mensuales. Fijando las retribuciones del ordenanza de la banda en 40,00 pesetas mensuales. También propondrá que de cara al año 1946 la plantilla que pueda existir como modalidad de agrupación sea la siguiente:

Diez plazas de músicos de 1ª a 1360 pesetas: 13.600,00 pesetas.

Cinco plazas músicos de 2ª a 1200 pesetas: 6.000 pesetas.

Diez plazas muscos de 3ª a 1080 pesetas: 10800 pesetas.

Una de ordenanza a 480: 480 pesetas.

Importe total remuneración: 30.880,00 pesetas.

La Corporación Municipal aprobará por unanimidad la propuesta del nuevo Director

Valentín Ruiz Gómez, autor de numerosas obras entre las que destaca el famoso pasodoble “Como las propias rosas”, interpretado por bandas de toda la geografía española, se mantendrá en el cargo hasta el tres de marzo de 1956, fecha en la que tras presentar su dimisión, pasará a hacerse cargo interinamente de la Banda Municipal de Alcázar de San Juan donde desarrollará su labor profesional durante años con un notable éxito llegando a componer el himno de esa ciudad. Si bien Valentín Ruiz Gómez justificará su decisión de trasladarse a Alcázar de San Juan aduciendo motivos familiares, el testimonio cualificado de mi amigo Rafael Rodríguez Cano, (antiguo componente de la banda municipal como también lo fuera su padre “Juanito el zapatero” y al que tengo que agradecer su inestimable ayuda en este trabajo), apunta a que “el fichaje” del maestro Ruiz Gómez por el Ayuntamiento de Alcázar de San Juan se gestaría con ocasión de la inauguración el 23 de octubre de 1955 en Argamasilla de Alba del Molino “Cura Maese Pero Pérez”, inauguración a la que acudirían no solamente el Gobernador Civil de Ciudad  Real, sino también representantes de otros ayuntamientos de la provincia, entre los que se hallaban los de Alcázar de San Juan, para quienes no habría pasado desapercibida la actuación de la banda de música argamasillera y las destacadas dotes de dirección de Valentín Ruiz Gómez. De este modo la plaza de director quedará nuevamente vacante y así se comunicará a la Dirección General de Administración Local.

Prevenida y advertida de la inminente marcha de Valentín Ruiz, la corporación municipal ya había venido realizando las oportunas gestiones tendentes a proveer con carácter interino la plaza de Director. Así, serán dos los candidatos que presentaran sus credenciales a ocupar dicho cargo, contando ambos con excelentes referencias: D. Superancio Martínez García, quien por entonces ostentaba la dirección de la Banda Unión Musical de Benejuzar (Alicante) y D. Manuel Patricio Barrajón Casado, vecino de Lillo (Toledo) y director de la banda municipal de esa localidad. La corporación optará por nombrar con carácter interino al que contara con mayor edad, al considerar que ese dato podía implicar una mayor experiencia profesional y que en este caso tal circunstancia concurría sobre el solicitante D. Superancio Martínez García sin que por ellos se dudara lo más mínimo respecto a la supuesta competencia del Sr. Barrajón Casado.

Sin embargo tras serle comunicada la decisión del ayuntamiento, Martínez García trasladará por escrito al ayuntamiento su renuncia a la plaza,  motivo por el cual será  D. Manuel Patricio Barrajón Casado quien, tras aceptar el nombramiento, ocupe con carácter interino a partir del mes de abril de 1956  el cargo de Director de la Banda Municipal de Música de Argamasilla de Alba.  Una de sus primera actuaciones será el 6 de junio de 1956 en la III Feria Internacional del Campo celebrada en Madrid del 23 de mayo al 23 de junio de ese año.

El maestro Barrajón en octubre de 1956 realizará un estudio-propuesta que dirigirá a la corporación municipal relativo a la organización, régimen de ensayos y actuaciones y régimen disciplinario por el que habría de regirse la banda municipal. Por dicho estudio se determinaban los conceptos de actuaciones públicas municipales; régimen de asistencia a ensayos, régimen de multas, actos particulares y régimen económico respecto a los mismos. Su propuesta será aprobada por unanimidad. Sin embargo pronto los problemas de salud del maestro Barrajón supondrán un importante obstáculo para la normal actividad de la banda municipal. Así el tres de junio de 1957 el alcalde, tras exponer las dificultades por las que atravesaba la banda y su desorganización, motivadas por la enfermedad de su director y ante la inminente llegada de la temporada intensiva de conciertos, tomará la determinación de proponer a la corporación municipal el cese como director interino de Don Manuel. Argumentará el primer edil que a pesar de la ímproba labor realizada tanto en el orden material, de suministro de medicamentos, de análisis y demás procedimientos exploratorios medicamente considerados sufragados por el ayuntamiento procurando siempre el restablecimiento del Sr. Barrajón, no fue posible su mejoría. A ello añadirá que los últimos informes médicos no lo consideraban una persona apta para su trabajo habitual requiriendo su estado una vida tranquila de reposo.  Todo ello llevará a que  con efectos de 15 de junio Manuel Barrajón deje de ostentar la dirección interina de la banda de música, resolviendo la corporación municipal para evitarle posibles perjuicios, concederle en concepto de gratificación excepcional la cantidad de dos mil doscientas cincuenta pesetas para que pudiera cubrir momentáneamente su necesidades más urgentes.

Finales de los años 50. Fotografía de los componentes de la Banda Municipal de Argamasilla de Alba con la imagen de la Virgen de Peñarroya al fondo. En la segunda fila a la izquierda, de pie y de perfil el director D. Ramón Villajos Soler

Huérfana de dirección la banda de música, de forma urgente volverá a recaer este cargo con carácter interino en D. Ramón Villajos Soler quien a tenor de los últimos acontecimientos habría sido el único solicitante para ocupar el puesto, formalizándose su nombramiento el 18 de junio de 1957. Ramón Villajos ejercerá el cargo interinamente hasta finales de 1957 cuando  tras el oportuno concurso pasará a ocupar la plaza de director en propiedad. Natural de Almodóvar del Campo procedía de una familia con gran tradición musical. Su padre, José Villajos Santos era por entonces director de la banda de música de Moral de Calatrava, mientras que su hermano Tomás Villajos Soler llevará la batuta de bandas municipales como las de Vilches, Guadix, Pozoblanco y Linares. Ramón Villajos Soler   se mantendrá como director de la Banda Municipal de Música

de Argamasilla de Alba  hasta su muerte en abril de 1976, siendo el maestro que durante más tiempo ejercerá el cargo.  En este punto he de agradecer también a su hija Manoli Villajos su amable colaboración aportando algunos datos de interés y alguna de las fotografías que ilustran este articulo.

Años 60. La Banda Municipal de Música tras una actuación en la Plaza de Alonso Quijano. A la izquierda de la imagen, de pie, D. Ramón Villajos Soler. (Fotografía de Manoli Villajos)

En marzo de 1958 se vuelve a dotar de uniformes a los veintisiete integrantes de la misma, adquiriéndose los géneros de paño  a la casa Almacenes Castilla de la localidad de  Béjar encargándose su confección al sastre Alfredo Muñoz de Ciudad Real.

Durante los años 60 y 70 de pasado siglo la banda municipal de música de Argamasilla de Alba seguiría amenizando las fiestas y aquellos actos y efemérides especiales que se desarrollan en la localidad.  Participará en homenajes a destacados personajes ilustres de la época relacionados de forma especial con la localidad como el dedicado D. Angel Dotor y Municio.

Sin embargo a partir de los años 60 las bandas municipales de música comenzarán un progresivo declive con carácter general,  sobre todo a raíz de la aprobación de la Ley 108/1963 de 20 de julio de emolumentos de los funcionarios públicos de la administración Local, que agudizará una crisis cada vez más incipiente motivando que los ayuntamientos comiencen a ver abierta la posibilidad de prescindir de directores y músicos de sus plantillas de personal municipal sustituyéndolos por contrataciones esporádicas. En buena medida las bandas municipales y sus plantillas serán vistos como un problema presupuestario a lo que se unirán las constantes presiones de la administración para que las corporaciones locales prescindan de todo a aquel personal que no sea verdaderamente esencial. 

A la par comenzará a extenderse un creciente sentir general sobre el hecho de que las bandas de música habían dejado de tener interés para el público que centraba ahora su atención en nuevos e incipientes géneros musicales. A ello había que sumar el hecho de que la existencia de la banda de música  tenía un carácter voluntario y potestativo para los ayuntamientos los cuales podían suprimir las plazas de director previa autorización de la Administración.

15 de mayo de 1971. Actuación de la banda municipal en el patio de la Casa de Medrano durante los actos de homenaje a D. Ángel Dotor y Municio. Fotografía Arenas.

En julio de 1973 se dotará por última vez de uniformes a los miembros de la banda de música. El encargado de su confección será el sastre D. Teófilo Lozano Galletero, que se encargará de confeccionar los necesarios para los educandos de la banda que carecían de él.

Este oscuro panorama que se cernía sobre las bandas municipales de música no pasará de largo en nuestro pueblo. Así el 4 de marzo de 1974 la corporación municipal presidida por D. Gerardo Serrano Parra se planteará por primera vez la cuestión sobre la conveniencia o no de seguir manteniendo la banda municipal de música, dado el gasto presupuestario que ello suponía. El alcalde hizo su defensa de lo que la misma significaba para la formación cultural de la juventud y en general para todo el pueblo al manifestar su trabajo públicamente a través de los conciertos que venía ofreciendo. Después de un largo cambio de impresiones se llegaría a la conclusión de que antes de tomar decisión alguna se emitiese un informe por la Comisión correspondiente sobre lo que es y lo que puede ser  dicha banda en sus diferentes aspectos. El 28 de enero de 1975 se vuelve a plantear la cuestión trayendo a colación el costo que supone el mantenimiento de la banda y su repercusión en el presupuesto y tras oportuno debate se vuelve a posponer la toma de una decisión. Sin embargo la Banda Municipal de Música de Argamasilla de alba ya estaba tocada de muerte.

El 26 de abril de 1976 tiene lugar el prematuro fallecimiento del director D. Ramón Villajos Soler en la localidad de Moral de Calatrava a la edad de 47 años, tras haber permanecido enfermo durante un año y medio, circunstancia ésta que será clave en el devenir de los acontecimientos. El 30 de abril, cuatro días después del luctuoso suceso el ayuntamiento en pleno retoma el asunto  y discute sobre la conveniencia de suprimir tanto la plaza de director ahora vacante como la propia banda municipal de música. Si bien el alcalde D. Tomás Montalbán sugiere dejar transcurrir más tiempo para adoptar una decisión tan relevante, parte de los conejales asistentes sugieren la oportunidad del momento para votar y tomar una decisión. Realizada la votación entre los seis concejales presentes de la corporación (de un total de ocho), tan solo las dos concejalas (Pilar Amat y Encarnación Serrano) votarán a favor de mantener la banda de música, votando los cuatro restantes en contra abogando por la supresión tanto de la banda como de la plaza de director.

El alcalde Tomás Montalbán a la vista de la decisión mayoritaria adoptada por los concejales, señalará que al suprimirse la banda municipal y la plaza de director se suprimía también una rama de la promoción del arte en Argamasilla de Alba en lo que atañía al arte musical. Sin embargo la banda continuará con su lenta agonía hasta  1979. Durante este tiempo dirigirá la banda de forma esporádica y con ocasión de efemérides que requerían de su actuación,  D. Aurelio Fernández-Cabrera Pérez-Cejuela, quien fuera en ese tiempo director de la Banda Municipal de Música de Tomelloso. No en vano había ya varios músicos locales que simultaneaban su participación en ambas bandas municipales y tampoco era raro que en ocasiones músicos de la banda de Tomelloso acudieran a “reforzar” de alguna manera a los componentes de la banda argamasillera. En otras ocasiones será incluso algún músico como el veterano Carlos Mulas el que ejerza la función de director en ensayos y actuaciones. Por entonces el local de ensayo se situaba en los sótanos de la recién inaugurada casa consistorial.

 En esta precaria situación  y tras haberse pospuesto varias veces el asunto, el día 9 de octubre de 1978 se celebrará un pleno extraordinario en el que se someterá a nueva votación la decisión de mantener o no la banda municipal. En buena medida la celebración de este pleno extraordinario vendrá motivada por el hecho de que a pesar de que el Ayuntamiento había comunicado a la Dirección General de Administración Local la certificación del acuerdo adoptado el 30 de abril de 1976 por el que se suprimía la plaza de director y la propia banda de música, para dicha Dirección General la plaza de director de banda de Argamasilla de Alba seguía figurando como vacante y así lo había comunicado al ayuntamiento. Tal es sí que en el concurso nacional convocado por dicho organismo por resolución de 29 de mayo de 1978 publicada en el BOE de 22 de junio, la plaza de director de la banda de Argamasilla saldrá a concurso, comunicándose al ayuntamiento el 31 de agosto de 1978 el correspondiente listado de aspirantes aprobados para que llevara a cabo la designación, por orden de prelación, de los candidatos que consideraba más adecuados y capacitados para ocupar la plaza de director.. En ese  pleno extraordinario se traerá de nuevo a colación la resolución adoptada en su sesión de  30 de abril de 1976 y se volverá a votar la cuestión repitiéndose nuevamente el resultado que entonces se dio. Por mayoría absoluta se acordará la supresión definitiva de la banda municipal y de la plaza de Director. Entre los argumentos esgrimidos por los concejales que defendían su supresión, figuraban la inexistencia de un número mínimo de educandos suficientes, la necesidad de adquirir nuevos uniformes e instrumental con el costo que ello suponía, así como la falta de afición a este género musical. Otros justificarán su voto en lo ruinoso de su mantenimiento para las arcas municipales, haciendo falta otras inversiones como aceras, pavimentación de vías públicas, construcción de un nuevo mercado de abastos y otras necesidades municipales más importantes que atender. Tan solo las concejalas Pilar Amat Gómez-Salazar y Encarnación Serrano Galdón, volverán a votar a favor de su continuidad, defendiendo su viabilidad económica, argumentando que había sido la falta de director lo que había provocado la disminución de educandos y componentes de la banda de música, defendiendo el legado cultural y artístico que había supuesto la banda municipal de música para la localidad. El alcalde D. Tomás Montalbán pedirá que quedara patente su oposición a la supresión de la banda y de la plaza de su director por considerarlo como un paso hacia atrás en el aspecto cultural, sumándose esta pérdida a otras que ya había sufrido el pueblo como la desaparición del Colegio del Santo Ángel, del instituto de enseñanza media, del ferrocarril, etc, manifestando que quizás el error estuvo en no fomentarse en su momento en mayor medida la afición musical entre los jóvenes, incluso en los colegios, defendiendo que desde el punto de vista económico su mantenimiento era posible y en todo caso algo necesario para la villa. A pesar de que se enviará a la Dirección General de Administración Local certificación de dicho acuerdo municipal, por parte de este organismo en enero de 1979 se designará como nuevo director de la Banda Municipal de Música de Argamasilla de Alba a D. Martín Molina López, lo que provocará que por mayoría de los conejales se resuelva formular recurso de alzada ante el Ministro del interior instando la anulación de dicho nombramiento.

A pesar de todo esto los ensayos de los músicos que aún componían la banda de música seguirán ensayando en el sótano del ayuntamiento. Tras muchos meses de impagos de salarios (lo que motivaría que algunos  músicos se nieguen a devolver sus instrumentos cuando les fueron requeridos por el ayuntamiento), en el otoño de 1979 saxofones, clarinetes, flautas, tubas y trompetas quedarán silenciados definitivamente.

El epitafio final se materializará el 29 de diciembre de 1979, conformada ya la primera corporación de la democracia bajo la alcaldía de D. Manuel Jiménez Zarco. En la sesión del ayuntamiento en pleno celebrada en esa fecha, al tratar el primer punto del orden del día relativo a la modificación de plantilla de funcionarios municipales se acordará por unanimidad declarar a extinguir la plaza de Director de la Banda de Música que aún figuraba en la plantilla de personal, haciéndose constar así en acta:  “por ser este un cargo cuyo mantenimiento excede con mucho las posibilidades económicas del municipio, aparte de ser un contrasentido ya que en este municipio no existe tal banda de música”. Tras casi medio siglo de historia,  Argamasilla de Alba se quedaba sin banda municipal de música. No será hasta 1993 cuando un grupo de antiguos músicos componentes de la extinta banda municipal,  con el apoyo decidido y entusiasta de otros personajes locales, quienes consigan que las notas musicales de pasodobles y marchas  vuelvan a escucharse por nuestras calles con la fundación de la Agrupación Musical Maestro Martín Díaz,  pero esa ya es otra historia ….

Bibliografía:

Anales del Instituto de Estudios Madrileños. Tomo LIV.  C.S.I.C. 2014. Madrid.

Santa Cecilia, cien años de música en Tomelloso. María del Carmen Martín Delgado (2015).

Fuentes:

Archivo Municipal de Argamasilla de Alba.

Mi especial agradecimiento a Carmen Martín, a Manoli Villajos y  a mi compañero, amigo  y músico Rafael Rodríguez Cano.  Gracias también por sus aportes a Pilar Amat y a los músicos Julián Rubio y Juan Antonio Fresneda.

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