En poco menos de dos semanas verá la luz el nuevo álbum del guitarrista José Almarcha, del que nos está ofreciendo en estos días algún aperitivo. El último este mismo viernes, una soleá muy suigéneris dedicada a Manolo Sanlúcar, “Raíz y paloma”. El nuevo trabajo que el músico tomellosero estrenará el 18 de octubre se llama “Un nuevo paseo”. Fusiona el artista con naturalidad el rock y el soul con el flamenco en un disco en que se nota que ha ido madurando para bien, lo que hemos oído, transmite seriedad, soltura, experiencia y un elevado concepto artístico y musical.

José Almarcha nos atiende por teléfono mientras ultima el lanzamiento del álbum y promociona los singles que ya están disponibles en todas las plataformas. Las nuevas tecnologías, bromean músico y periodista, permiten que podamos hacer dos cosas a la vez. Tiene claro Almarcha que el flamenco, “como música viva”, necesita de la mezcla.

—¿“Un nuevo paseo”?

—La música que hago es un poco conceptual, intento contar en cada tema alguna historia. “Un nuevo paseo” es eso, un viaje nuevo, que intento que sea agradable, recorriendo varios paisajes, algunos inventado, en un disco que dura cuarenta y cinco minutos.

—¿Cuáles son esos paisajes?

—El primer single se llamaba “Plaza de Santa Ana”. Es mi homenaje a Madrid, una ciudad en la que ya llevo quince años. Madrid me ha ayudado y me ha aportado mucho a mi desarrollo, es mi forma de reconocerle todo lo que ha hecho por mí. Aparte de lo que dice la letra, en la parte musical destaca la mescla de tanta cultura como convergen en esta ciudad, hay toques, africanos, castizos…de todo. Además, rescato un trozo del pregón de la Zarzuela andaluza Geroma la Castañera, del que Don Antonio Chacón se inspiró para la creación de un palo flamenco, los caracoles.

—Y es que, el flamenco siempre se acerca a otras músicas, ¿no es así?

—Como música viva que es, el flamenco bebe de todo lo que se le acerca y de las corrientes de cada momento. Véase lo que pasa actualmente con artistas como Rosalía, por ejemplo, todo se mezcla, todo se fusiona. Y todo cambia según la época.

—En el segundo sencillo homenajea a Lorca, nada menos que con Carmen Linares y Javier Ruibal…

—Hace mucho tiempo que quería rendirle un homenaje a Federico García Lorca. En el espectáculo “La bailarina salvaje”, que no hace tanto que llevamos a Tomelloso, Lucía Ruibal, mi pareja, versiona la Baladilla de los tres ríos. Empecé a darle vueltas y, desde el principio, tuve en la cabeza que Carmen Linares y Javier Ruibal tenían que cantarlo. Sobre todo, por la trayectoria de ambos artistas que han cantado a los grandes poetas de este país y por su compromiso inequívoco con la cultura y el arte. A través de mi suegro, Javier Ruibal se abre la posibilidad de contactar con Carmen Linares, que accedió encantada a colaborar en la grabación. Ha sido la primera vez que estos dos grandes artistas han coincidido en un estudio. Para mí ha sido un regalo que no voy a poder pagar en toda mi vida.

—¿Ha acompañado a Carmen Linares alguna vez?

—No, he coincido con ella en algunos eventos, en presentaciones de libros o discos. Antes de ahora habría hablado con ella cuatro o cinco veces… La cosa ha salido muy bien y hemos podido trabajar juntos los tres, algo de lo que estoy encantadísimo.

—Y ya se puede escuchar “Raíz y paloma”…

—Ya está en todas las plataformas. Es una solea que dedico a Manolo Sanlúcar, que murió el pasado año. Es para mí, y para muchos, uno de los pilares de la guitarra flamenca actual junto a Paco de Lucía y Serranito. Me apetecía rendirle homenaje a este grande, de hecho, cuando publiqué el primer disco había fallecido Paco de Lucía y le dediqué la “Bajadilla”. Se trata de una solea ecléctica, algo rockera, el título lo he sacado de una entrevista. En ella, el maestro Sanlúcar decía que los artistas tenemos que ser “raíz, estar anclados al suelo, cerca de la tradición y beber de ella y otra mitad palomas, para poder volar libres y descubrir nuevos caminos.

—¿Y qué más vamos a encontrar en “Un nuevo paseo”?

—Una farruca que saqué como single hace un par de años y que he retocado, se trata de “Casa del gallego”, un homenaje a Tomelloso que siempre está presente. También incluyo “Almazara”, que una serrana, un palo flamenco muy profundo, que dedico a José, a mi padre.

—¿Tiene previsto presentar el nuevo disco en Tomelloso?

—Estamos en conversaciones con el área de Cultura para organizar algo. Me gustaría que fuese en las Navidades, pero la cosa está muy complicada por que no hay huecos en la programación del Teatro Marcelo Grande. “Un nuevo paseo” es un gran proyecto, sobre el escenario estamos una banda, con piano, bajo, batería y coros. También estoy hablando con Alberto, el responsable de la Sala el Combo, para poder enseñar el nuevo disco en Tomelloso en Navidad, aunque luego tenga que volver en otra fecha al teatro municipal.

—A José Almarcha se le nota la evolución disco a disco. Cada vez más maduro, cada vez más músico, cada vez con una idea musical más amplia, cada vez más serio…¿Está contento con ese camino que ha emprendido?

—La verdad es que no me doy mucha cuenta de esa evolución. Si le soy sincero, en cada momento hago lo que siento. Por ejemplo, “Alejandra” era un disco íntimo, muy personal, expresé lo que yo sentía entonces. Ahora, con “Un nuevo paseo”, intento expresar como siento yo el flamenco. Estoy un poco cansando de verlo, al flamenco, de la misma forma, con un guitarrista sentado, acompañado por el mismo grupo, un violín, un cajón y una flauta, y haciendo siempre lo mismo. Otras músicas, como el rock o el soul, que llegan a un montón de gentes, tiene muchos elementos que podemos incorporar al flamenco. Eso sí, con cuidado y mucho cariño para que el flamenco no pierda su esencia.

Con este disco intento acercar esos elementos del rock o del jazz, que a mí me gustan. La forma en que suena la guitarra eléctrica, con esas notas tan largas, la forma de pellizcar las cuerdas o ese toque tan agresivo del rock and roll creo que encajan muy bien con algunos palos del flamenco. Hay que darle unas pocas vueltas para que todo ajuste bien y no deje de sonar a flamenco. Estoy convencido de que hay elementos de otras músicas que se pueden incorporar al flamenco y lo engrandecen ampliando su lenguaje.

—Entonces, está de suerte, le ha tocado vivir una época de evolución constante del género…

—A lo largo de la historia, el flamenco se ha buscado la vida para sobrevivir. En cuanto hay un estilo o una música nueva se fusiona, más o menos acertadamente, que ese es otro debate. El género tiene una gran capacidad de absorción y bebe de todo lo que se le acerca, lo asimila y parece que lleve toda la vida en el flamenco. Es por eso que el flamenco esta más vivo que nunca, goza de una buena salud para poder seguir mucho tiempo disfrutando con él.

—¿Le ha costado mucho encajar las piezas de “Un nuevo paseo”?

—Ha palos que son más agradecidos, las alegrías, los caracoles o la farruca. Pero para que la serrana o la soleá no pierdan su olor y su color hay que darles muchas vueltas a todos los arreglos, a todos los instrumentos. Aunque el veredicto final es el del público, creo que hemos conseguido un trabajo bastante redondo, con un sonido muy nuevo que hasta ahora no se ha hecho. “Un nuevo paseo” creo que es algo diferente, he acercado distintos estilos al flamenco, con mucho cuidado, para que no pierdan su esencia.

—Por cierto, ¿va a contar con Carmen Linares y Javier Ruibal en los conciertos?

—Me gustaría que estuvieran tantas veces como pudieran. Pero imagínese la agenda de estos dos grandes artistas. Me gustaría que estuviesen todos los que han colaborado, al menos, en la presentación oficial del disco y en el concierto de Tomelloso.