-¿Qué supone para usted este prestigioso reconocimiento de tener una Estrella Michelín?

-Es un premio que reconoce el esfuerzo y el trabajo de un equipo de cocina, de mucha gente  que hay alrededor de todo esto. Gente que ha trabajado con mucho talento y constancia. Esta es una estrella muy compartida.

-Es un premio que reconoce ante todo una trayectoria…

-Se premia una trayectoria, sí, y yo casi ya llevo una autovía entera (risas), también una idea de cocina en la que he combinado modernidad y tradición, sin perder nunca de vista las raíces de nuestra cocina manchega que es muy rica. Y, sobre todo,  ese afán por hacer siempre las cosas de la mejor manera posible.

-¿Cuáles son las señas de identidad que definen a Rubén Sánchez Camacho como cocinero?

-Yo soy de Daimiel y me he venido a un pueblo que es Tomelloso donde ha gente como yo, cabezona y constante. No dejan de trabajar hasta conseguir todo lo que se proponen. Siempre he dicho que las claves de un éxito son la constancia y el trabajo de pico y pala. Conozco la cocina de muchas regiones y no me canso nunca de innovar.

-Tener una Estrella Michelín ¿obligará a usted y el restaurante que regenta a seguir superándose todavía más?

-Está claro que nos obliga a dar lo mejor de lo mejor. Yo ya voy cumpliendo años y quiero dar el salto a esa segunda estrella en un tiempo. No hay que dejar nunca de marcarse nuevos retos y objetivo, de lo contrario te aburres. Seguir trabajando con insistencia para conseguir nuevos logros. Como decimos en la Mancha, aunque sea por cansino, hay que seguir intentando nuevos logros.

-¿Se acordó de alguien especialmente cuando supo que había conseguido la Estrella?

-Me acordé de mucha gente, gente que está y que no está. Se me pasaron por la cabeza muchas cosas: trabajo, esfuerzo, situaciones complicadas que me ha tocado pasar…pero sobre todo me acordé de la gente que me ha ayudado a estar aquí.