Tomelloso ha vuelto a rendir un justo homenaje a los maestros que se han jubilado. Un reconocimiento agradecido, necesario, obligatorio nos atrevemos a decir, a cinco docentes que han dejado la actividad en el último año.  Carmen Quevedo, Marciano Ruiz, Trinidad Serrano, Carmen Lara y Vicente García-Antón vieron reconocida su labor humana y enseñante en una tarde emotiva, en la que se recordó el pasado, se valoró el presente y se miró al futuro de la educación en Tomelloso.

Presidió el acto —que acertadamente presentó Jesús García Chicote—, el alcalde de Tomelloso, Javier Navarro, junto al concejal de Educación, Antonio Calvo. Miguel Ángel, Roberto, Violeta, Andrea y Cayo, de la Escuela Musical La Lira pusieron una brillante y certera nota musical. Estuvieron  los concejales Elena Villahermosa, Carmen López y Jesús Serrano en un homenaje al que acudieron familiares, alumnos, compañeros y amigos de los homenajeados; el Auditorio López Torres lucía una buena entrada.

Agradecimiento a su compromiso con la sociedad de Tomelloso

Quiso Javier Navarro mostrar “todo el apoyo y el agradecimiento” del pueblo de Tomelloso “a estas personas que lo han dado todo por educar, colaborando en la formación de muchas personas de la ciudad y de otras localidades. Personas, muchas de ellas, “que decidieron tener su proyecto de vida en Tomelloso”. En muchos casos, dijo el primer edil refiriéndose a los galardonados, “hablamos de más de treinta años de compromiso con la sociedad”. Todo ello, “con una infinidad de cambios legislativos que han tenido que sufrir, en unas circunstancias que, en algunas ocasiones, han terminado desmotivando”.

Valoró Navarro que han sido personas “que han sabido adaptarse a los cambios, buscando la motivación para seguir impartiendo conocimientos y siendo ejemplo de valores”. El acalde de Tomelloso ha querido agradecer “su trabajo con nuestra sociedad” y le deseó “lo mejor en la nueva etapa que ahora comienza”.

Habéis ayudado a hacer un Tomelloso mejor

El edil de Educación, Antonio Calvo, señaló en su intervención que “a los compañeros y amigos hay que hablarles con el corazón”. El edil se quejó del cambio en la educación, sobre todo, del aumento de la burocracia. Señaló el concejal que los expertos preconizan dar un paso al lado en la digitalización “y volver al libro y al esfuerzo”. Para el concejal, los docentes eméritos “nos han formado como entiendo yo la educación “vuestro trabajo se ve en Tomelloso con nuestros emprendedores, empresarios, artistas, escritores, músicos… Ha dado sus frutos”.  La sociedad de Tomelloso es mejor “gracias a maestros como vosotros. Vuestra labor ha marcado el presente y va a marcar el futuro de Tomelloso”, dijo Antonio Calvo.

Chano ha dejado una huella imborrable

Antonio Buendía presentó a Marciano Ruiz, Chano, con “un enamorado de Tomelloso y La Mancha”. El profesor de la EOI, señaló su padrino, ha enseñado inglés a generaciones de tomelloseros “yo fui vecino, amigo y después alumno de Chano”, dijo el docente. Destacó la habilidad del profesor jubilado para impartir idiomas a las personas mayores, usando “su gran cultura cinematográfica y su amor por la literatura y la música”. Destaco que la carrera de Chano “ha dejado una huella indeleble en el corazón de tus alumnos. Tomelloso te lo agradece desde el fondo de su corazón”.

Agradeció el reconocimiento Marciano Ruiz, “me siento muy honrado”, con la esperanza de “haber dejado huella en esta ciudad y en mis alumnos después de treinta y un años en la Escuela Oficial de Idiomas”. Confeso que “me siento muy manchego y muy tomellosero”.

Trinidad ha enseñado a leer la vida desde la belleza de los versos

Ángela Lozano, madrina de Trinidad Serrano, del colegio Embajadores, destacó “generosidad, entrega y dedicación” como adjetivos propios de la educación. Una tarea, dijo la maestra, “mas de semillas que de frutas, en la creación de un proyecto de vida que se puede tocar”. Trinidad Serrano “tutorizó mi fase de prácticas y supo sembrar en mí tantas cosas”. Destacó Lozano que en la “escuela quienes más aprendemos somos los maestros”, por ello valoró “el gran equipaje que te debes llevar de todos estos años.  Trinidad, dijo su madrina en otro pasaje, “ha enseñado a leer la vida desde la belleza de los versos, a sumar emociones, a pasear respetando el medio”. Acabó proclamando “gracias, seño, has dejado una huella muy bonita”. Podría ser la misma persona que cuando acabó la EGB, “si no fuera por una vida dedicada a la docencia”.

Emocionantes fueron las palabras de agradecimiento de Trinidad Serrano, recordó sus orígenes en una familia humilde “mi padre era albañil por cuenta ajena y completaba su sueldo con tareas agrícolas los fines de semana”. Quería librar a los suyos, cerca del fin de la EGB, “de la responsabilidad del estudio, quería trabajar en un taller de costura”. Pero don José, “me dio una solicitud de beca para estudiar BUP”. Con lágrimas en los ojos, la maestra recordó como volvió años después a sentarse en el claustro de su colegio con don José “desde entonces vivió agradecida a todas las personas que ha pasado por mi vida”. Trinidad guarda “la esperanza de mis padres par que sus hijos tuvieran una vida mejor”.

Carmen Lara, una maestra en mayúsculas

Mario Pérez fue el padrino de Carmen Lara Roncero, maestra en el colegio Virgen de las Viñas. “Despedimos a Carmen una maestra en mayúsculas que inicia una nueva etapa en su vida. Nos transmitía los conocimientos de las materias que impartía y valores tan importantes como la paciencia, el esfuerzo y el respeto a los demás. Cada uno de nosotros era un logro para ella, había algo en su forma de enseñar que nos hacía sentir importantes, a creer en nosotros mismos, a no rendirnos. Deja una huella muy viva en todos nosotros porque sus enseñanzas y cariño siempre nos acompañarán”, ha manifestado.

Carmen Lara ha recibido emocionada el trofeo de manos del concejal, Antonio Calvo. “Tengo que dar las gracias a mis compañeros y compañeras porque ir a trabajar cada día era un regalo. Es en mi profesión donde he encontrado a mis mejores amigas y amigos”, ha empezado diciendo. Para ella “la educación tiene dos objetivos fundamentales: la transmisión de saberes, por un lado, y la transmisión de valores de tolerancia, solidaridad y respeto, por otro, que son la base de la vida en la sociedad”. Carmen Lara ha asegurado que “nuestras aulas son hoy día el espacio más seguro para que los niños se desarrollen de forma segura, alejados de esa basura que les rodea por todos lados. Hay que cuidar a los profesionales de la enseñanza porque hay gente que merece la pena”.

Mari Carmen Quevedo, pasión y entrega por la enseñanza

Así ha llegado el momento de homenajear a Mari Carmen Quevedo Ortiz que ha sido apadrinada por Álvaro López. “Ellas no solo nos enseñó materias, también muchos valores y sobre todo a creer en nosotros mismos, dejando una huella imborrable por su paciencia, cariño y una dedicación inquebrantable. Fuiste una segunda madre para muchos de nosotros”. Álvaro ha recordado aquellas clases en el colegio Santo Tomás-La Milagrosa y ha subrayado, dirigiéndose con cercanía a la maestra, que “tu legado seguirá muy vivo en cada uno de nosotros. Te damos las gracias por tu entrega y pasión por la enseñanza”.

Padrino y maestra se han fundido en un largo abrazo antes de que la concejala, Carmen López, le entregara el trofeo con el escudo de Tomelloso. “Después de tantos años en la enseñanza resulta complicado encontrar las palabras para expresar lo que se siente en este momento. Echando una mirada atrás, recuerdo mi primer día de maestra. La profesión no es fácil, pero me ha brindado muchas alegrías y aprendizajes. Cada persona ha sido parte de mi viaje, la educación es una vocación que ha tenido un gran impacto en mi vida. He sido testigo de muchos éxitos de mis alumnos y de acompañarlos en sus desafíos”, ha señalado sin poder ocultar un retazo de emoción y agradecido el apoyo incondicional de sus compañeros en el colegio y también a los padres “por confiar en mí para educar a sus hijos”.

“Acabé sintiéndome tomellosero por los cuatro costados”

Leopoldo Molina, compañero en el Instituto García Pavón, ha sido el padrino de Vicente García-Antón, el socuellamino que echó raíces en Tomelloso, implicándose en la educación y otros sectores de la sociedad como la política y el deporte. “Durante treinta y cuatro años hemos compartido centro. Vicente es una persona de semblante serio, pero ocurrente que sabe extraer un humor agudo de cualquier situación”. Tras repasar momentos de su trayectoria en el deporte y en la política local, Molina ha subrayado su gestión como director del García Pavón durante quince años. “Consiguió crear un buen ambiente entre los distintos niveles educativos del centro, la puerta de su despacho siempre estuvo abierta para atender a profesores, padres y alumnos y llevó a cabo una importante remodelación de las instalaciones de un Instituto que se había inaugurado en 1965, además de promover la participación en los más avanzados programas educativos que venían de Europa, como el Erasmus o la asistencia a ferias técnicas y congresos donde nunca dejamos de aprender y adquirir experiencia para ser un centro de referencia. Con gran capacidad de trabajo consiguió sacar adelante todos los objetivos que se proponía”

Fue el alcalde, Javier Navarro, quien entregó a Vicente García-Antón su galardón. El profesor de Educación Física agradeció el homenaje “en vida” y confesó tener una doble sensación “por llegar a este momento de júbilo, pero, sin embargo, no llevo tan bien lo de ser mayor. El tiempo pasa volando”. García-Antón pidió respeto para la profesión. “Pedí Tomelloso en un concurso de traslados por cercanía con Socuéllamos, y acabé sintiéndome tomellosero por los cuatro costados. Esta ciudad, como decía Valentín Arteaga recientemente, te agarra el corazón y te hace suyo. Me sentí muy bien acogido desde el principio”.

Ha recordado también su paso por la política local “intentando mejorar Tomelloso en todos sus aspectos y tengo que agradecer la confianza que Carlos Cotillas depositó en mí”.