Opinión

La esperanza de vida

La Voz | Sábado, 11 de Enero del 2025
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Los científicos continúan estudiando la manera de prolongar la vida de los seres humanos, cuestión además de encomiable, digna de agradecer, sobre todo si lo vamos, mejor, lo van a hacer en condiciones aceptables. La cuestión, perdonen mi ignorancia en este asunto, estaría en la modificación de unos cuantos genes, dicho así a lo pardillo. El objetivo a medio plazo estaría en poder llegar sin problemas, de salud irreparables, claro está, al siglo y medio de existencia, eso en un primer logro, que alguno ya habla de poder alcanzar un siglo más, es decir llegar al cuarto de milenio.

Impresionante y sugestiva repito, la noticia en principio y no porque tengamos que prepararnos para tan larga estancia, que nosotros evidentemente no vamos a saber si esta hipótesis de trabajo va a lograr convertirse en realidad. Hemos llegado tarde una vez más al pasado y demasiado pronto al futuro. Supongo, ignorante una vez más, que este logro de la modificación genética sería posible en los primeros momentos de la fecundación; no parece que de mayores quedarían más soluciones que esa estúpida “crema anti edad”, maquillaje de una realidad que empieza a molestarnos.

 Pero después de recibir con optimismo altruista la noticia de poder tener una vida temporal más larga, viene la duda gratuita, ¿En qué estado llegarán los vetustos seres a esas edades tan altas y venerables? Vivos desde luego, que es lo importante, porque para morirse hace falta sólo un momento. Coleando ya no creo. Vivir más de dos siglos al ritmo que va esto debe ser algo grandioso, además de costoso “de narices” para el Ministerio del ramo. Bien es verdad que tampoco sería mucho problema porque habría muchos más cotizantes

Eso sí, una de las modificaciones más urgentes y necesarias tendría que ser posponer la edad de jubilación a los doscientos años por lo menos, con la condición de haber estado dado de alta en torno a unos ciento cincuenta. Lo que si resultaría muy atractivo es el tiempo para ser jóvenes. Eso de estar “chupando de los padres” hasta los sesenta años, es un invento que lo firma cualquiera.

Otra ventaja de vivir tanto es que aprenderíamos muchas más cosas o pasaríamos muchos más años delante del ordenador, Tablet, móvil o invento posterior, chateando con los amigos que estén viviendo en otros planetas. Es lo bueno de vivir tanto tiempo, supongo, que tendrías muchas más ocasiones para perderlo. Pero lo más bonito de esta hipótesis es que coexistiríamos tranquilamente nueve o diez generaciones lo cual daría a las celebraciones familiares caracteres de grandes eventos de continuas y simpáticas reuniones.

Lo que no me gustaría nada de vivir tanto tiempo es la cantidad de años que habría que estar trabajando; más de siglo y medio para al final, morir también, que las cosas hay que hacerlas a su tiempo. Hasta la muerte tiene que ser a su debido tiempo. 

De momento estamos vivos, no sé cómo, eso al menos es lo que nos dicen. Yo me toco muy a menudo por si acaso. Con lo que está cayendo en el planeta todos los días, ¿quién aguantaría aquí doscientos y pico años más?  Yo no creo. Bueno, nunca se sabe, la verdad no estoy seguro...

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