San Antonio Abad nació
en Heracleópolis, Egipto hacia el 251 y murió en Colzim, Egipto, en 356, a los
105 años. Se quedó huérfano a los 20 años y a pesar de pertenecer a una familia
acomodada decidió desprenderse de todo
lo material para retirarse del mundo. Sus últimos años los pasó retirado en
soledad al monasterio que lleva su nombre: Der Mar Antonios.
Se le suele
representar como un anciano con el hábito de la Orden y con un cerdo a sus
pies. Algunos pintores como Dalí, Ribera y el Bosco lo han pintado sufriendo
tentaciones. Bajo su advocación se encuentra la Orden de los Hospitalarios.
Cuenta la leyenda que un cuervo lo alimentaba diariamente y que curó a unos
jabatos dándoles la vista, pues habían nacido ciegos, es por ello que siempre
le suele acompañar un jabalí a sus pies. Sus reliquias se encuentran en
Francia, en la abadía de Saint-Antoine- en Viennois.
Destacó por su vida ascética y es considerado el fundador del monacato, por su vida en retiro. Además es el patrón de los animales. Este último hecho se debe principalmente a dos razones: sus combates durante su primer retiro con demonios en forma de bestias salvajes y su descubrimiento de la sabiduría a través de su contacto con la naturaleza y de su amor hacia los animales.
Es más conocido
como San Antón Abad y su festividad se celebra el día 17 de enero. En este día es tradición bendecir a los animales
en muchos municipios de España, especialmente en las zonas rurales. Durante
siglos se ha mantenido esta tradición tan popular, especialmente por parte de
los agricultores y ganaderos ya que servía para bendecir a los animales que
trabajaban en el campo y para bendecir sus cosechas durante todo el año. Ese
mismo día también suelen bendecirse los panes del santo y se realizan hogueras en
torno a las cuales se disfruta en familia y con amigos de las comidas y bebidas
típicas de cada lugar.
Historia de su tradición
En Tomelloso, el día de
San Antón arrastra una gran tradición que perdura durante siglos y sigue
vigente hasta el día de hoy donde, acertadamente, en los últimos tres años se
ha impulsado su fiesta con mucho más arraigo por parte de la Hermandad de San
Antón. Así que, desde este artículo, envío mis mejores felicitaciones para los
componentes de dicha hermandad y deseando que siga creciendo cada año.
Las fechas de esta celebración en Tomelloso datan desde la mitad del siglo XIX, aproximadamente 1840, donde se hacían ciertas apreciaciones por parte del periódico del Obrero, hacia la fiesta de San Antón. En aquellos tiempos la gente se divertía con los elementos ideados por sus abuelos. Era costumbre encender fogatas la noche del día 16 de enero y disparar tiros en función del número de mulas que cada agricultor tuviera. Y en la calle del Santo ardían grandes montones de leña, entre los grupos de gente de todo el pueblo que miraban los farolillos de San Antón.
Las pandillas de mozos
del pueblo tenían costumbre de cantar y rascar alegremente las guitarras con fandangos
y jotas. El pueblo se alumbraba con los rojos resplandores de las hogueras,
para ver a sus mozos lanzar al viento sus voces vibrantes y amorosas. Era una
especie de danza callejera, entre el olor de tomillos quemados y el canto popular
lleno de vida y entusiasmo. Había sabor de tierra en aquellos festines del
sentimiento popular, recuerdos al pasado y ofertas de salud al porvenir tal y
como han descrito algunos periodistas de los periódicos de Tomelloso, por
aquellos años.
En los años 60, lo típico
era recorrer la calle Dª. Crisanta (carrera de San Antón) donde se situaban una
serie de puestos callejeros, para vender los frutos secos, típicos de este día
y se compraba “un puñao” para compartir con los amigos y la familia. También
era costumbre visitar a los vecinos de dicha calle. Se realizaban desfiles de
tractores por la calle del Santo y era
costumbre bendecir a los animales en la ermita del Santo.
El día 16 de enero por la
noche, víspera de San Antón, se echaban numerosas hogueras, repartidas por todo
el pueblo. Las más importantes eran las de las calles de Doña Crisanta Moreno y
el Mayor- actual calle de San Francisco García Pavón-, al estar en esas calles la imagen del santo. El
día 17, se instalaban los puestos de venta de frutos secos, siendo los más
comunes las castañas pilongas y los piñones. También era costumbre que este
mismo día se celebrara el primer baile
de máscaras de la temporada en el salón principal del Círculo Liberal- actual
Casino de Tomelloso. Esto duraba hasta el Domingo de Piñata, cuando se
celebraba una rifa.
En aquellos tiempos,
muchos de los agricultores y ganaderos se llegaron a cuestionar que en un
futuro podría desaparecer esta costumbre tan arraigada, debido en parte a la
modernidad y los avances de la vida. Aunque afortunadamente la llama, nunca
mejor dicho, sigue viva como símbolo de purificación y protección, también en gran
parte, gracias a la gente joven que continua manteniendo esta tradición. Las
fiestas, hoy en día, siguen conservando la esencia de los rituales de antaño,
las reuniones de amigos y familiares frente a las hogueras compartiendo la
alegría y la amistad.
En la calle Doña Crisanta Moreno se encuentra ubicada la ermita donde se venera a San Antón y se realiza la bendición de los animales cada año. En la parte alta de la fachada principal tenía una hornacina con una talla del santo que todavía se conserva gracias a la familia de Ángel Torres Villena y María Josefa Rodrigo Villena quienes eran muy devotos de San Antón.
Otro elemento muy interesante que merece la pena
destacar son las famosas “lágrimas de San Antón”, las cuales se asocian
a las chispas que brotan al encender las hogueras durante la noche del 17 de
enero. Los ritos paganos y cristianos se mezclan. Según la tradición popular,
estas chispas llevan consigo buenos augurios y protección para los animales,
que se consideraban fundamentales en la vida campesina. Esta práctica pertenece
a ritos paganos anteriores al cristianismo, donde el fuego simboliza la conexión
entre lo humano y lo divino.
Y para finalizar
me gustaría añadir un elenco de refranes de San Antón que pueden resultar muy
curiosos y como casi siempre, son proverbios populares que se cumplen:
DICHOS Y REFRANES
Las cinco dan ya con sol, el día de San Antón.
Por San Antón, crece el día un pasico de ratón.
Por San Antón media hora más de sol.
De Navidad a San Antón Pascuas son.
A veinte de enero, San Sebastián
primero; detente varón, que primero es San Antón.
Por San Antón, cada uno en su rincón.
Por San Antón, gallinita pon.
Dice San Antón que quien no mate tocino, no comerá morcillón.
En San Antón, calabazas al sol.
Por San Antón, no hay niebla que llegue a las dos.
Por San Antón, refajo y capa pon.
Por San Antón, busca la perdiz al perdigón.
San Antón viejo y tristón, convida a las muchachas a la oración.
San Antón mete las mozas en un rincón y San Sebastián las saca a pasear
¡Felices fiestas de
San Antón y viva su santo patrón!
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Martes, 14 de Enero del 2025