Sorprende la intensa trayectoria del abogado, Alberto Sampedro Jiménez, con tan solo 28 años. Tras obtener la licenciatura en la Universidad de Castilla-La Mancha, cursó en Valencia el máster universitario para el ejercicio de la abogacía y antes estuvo dos años estudiando unas oposiciones para la judicatura en el Ministerio Fiscal, proceso que quedó interrumpido por la llegada del Covid. Nada más concluir el máster entró a trabajar en un importante despacho de Toledo donde adquirió una vasta experiencia y finalmente se lanzó a desarrollar su propio proyecto, primero con un despacho en Toledo y ahora con otro que está a punto de abrir en su Tomelloso natal.
-Tras un intenso periodo de formación, trabajó en un despacho de Toledo del que guarda un grato recuerdo ¿no es así?
- Entré junto a otros cuatro compañeros y aprendí muchísimo. Todos éramos muy jóvenes y la gente del despacho se mostró dispuesta desde el primer minuto a enseñarnos. Era un despacho multidisciplinar que llevaba un montón de casos, prácticamente de todos los ámbitos, y eso me permitió adquirir una valiosa experiencia porque tocaba un poco de todo. Cuando sales de la Universidad tienes una titulación, pero te preguntas ¿y ahora qué? Pero para mí fue una suerte recalar en ese despacho, por su prestigio y la disponibilidad de la gente que me rodeaba para enseñarme. Poco a poco me fueron dando responsabilidades y no tardé mucho tiempo en atender solo citas con clientes. Sin duda, fue un año y medio muy provechoso.
-Pero como le ocurre a tantos tomelloseros, sintió la necesidad de desarrollar un proyecto propio…
- Así es. Me lancé a montar mi propio despacho, con sus ventajas e inconvenientes, pero que enfocas y organizas como tú quieres, sin depender de nadie. Sentí la necesidad de tomar mi propio camino, algo que yo había visto en mi casa. Un compañero, Víctor López, sería mi socio en esta aventura y así nació el despacho Sampedro y Fernández Abogados. Empezamos en Toledo y jugó a nuestro favor el hecho de que ya teníamos un nombre y enseguida muchos clientes confiaron en nosotros. Nos hemos consolidado en Toledo, pero me tira mucho Tomelloso y he decidido extender el proyecto a la ciudad donde están mis padres, mi pareja y mis amigos. El despacho lo vamos a abrir en la calle Campo 46, aunque ya hemos llevado algunos casos de gente cercana como familiares, amigos y personas conocidas de mi familia.
-¿En qué ámbitos del derecho trabajan?
-Llevamos tema laboral, civil y de asesoría fiscal. Pero contamos con una red de colaboradores que nos permite llegar a todas las especialidades del derecho. Damos un servicio integral y eso obliga a tener gente de confianza para prestarlo con todas las garantías, se toque el palo que se toque.
- Tomelloso por su dinamismo económico y social brinda siempre una buena oportunidad a los abogados ¿no cree?
-Sí, es cierto. En nuestra ciudad hay mucha industria, muchas empresas, tiene gran importancia el sector primario y esta red económica genera trabajo porque pueden surgir conflictos de intereses o la necesidad de recabar distintos servicios. Además, nunca se sabe cuándo vas a necesitar los servicios de un abogado. Y como decía antes el servicio tiene que ser integral para estar cubierto en todos los ámbitos.
-Siempre se habla de la responsabilidad de un abogado con su cliente ¿cómo se sobrelleva esta circunstancia?
-El abogado es el último eslabón o recurso al que se acude para resolver un problema. Se han agotado todas las vías y entonces vamos al abogado y eso significa que el problema del cliente pasa a ser tuyo también, mucho más cuando hay dinero de por medio. La gente te confía un asunto y se lo tienes que solucionar.
-Ahora tiene el reto de hacerse un hueco en Tomelloso ¿cuál cree que es la mejor estrategia para hacer frente a la competencia?
-Siempre digo que la competencia es buena, te hace mejorar y no acomodarte. Nosotros el camino que planteamos para diferenciarnos es tener siempre presentes que somos el último eslabón en la solución de un problema y dar esa seguridad al cliente de que puede estar tranquilo. Soy de las personas que invierto en publicidad y marketing, algo que al final es necesario, pero en poblaciones como Tomelloso, donde todos nos conocemos, la mejor publicidad es el boca a boca. Nuestra estrategia se basará en la cercanía y en la honestidad porque el cliente no está para perder el tiempo y su dinero, ni nosotros el tiempo. Cuando un cliente te confía un caso, se sabe pronto si tiene o no viabilidad. Nosotros no cogemos esos casos que consideramos que no tienen viabilidad jurídica.
-¿Es muy vocacional la profesión del abogado?
-En mi caso puedo decir que sí. Me apasiona mi trabajo, ocupa buena parte de mi vida y todos los días me levanto con felicidad por trabajar en lo que me gusta, porque las cosas van saliendo bien y tener ese punto de ambición y ganas para seguir creciendo.
-En su profesión siempre hay que estar muy pendiente de los plazos que va marcando cada procedimiento ¿provoca esto cierto estrés o presión?
-Esto va en consonancia con ese compromiso que tienes con el cliente; somos su último eslabón y tenemos que estar muy encima de su procedimiento, actuando siempre con la máxima diligencia y rapidez. Pero claro jugamos con plazos y todos sabemos la lentitud con que funciona actualmente la Justicia que nos obliga a gestionar de la mejor manera las emociones de los clientes. Hay que darles garantías de que estás haciendo el trabajo lo mejor posible. Y tengo muy claro que todos los clientes son igual de importantes, al margen de la cuantía o circunstancias de cada caso.
-¿Con qué tarjeta de presentación aterriza Sampedro y Fernández Abogados en Tomelloso?
-Les digo con franqueza que yo soy uno de los suyos y que vengo aquí para darlo todo y entregarme en cuerpo y alma a la gente que pase por la puerta del despacho o que me llamen. Recalo en Tomelloso con una corta pero intensa trayectoria que me ha dado mucha perspectiva. Voy a trabajar siempre con honestidad, cercanía y cariño. Nos pueden encontrar en la página www.sampedro yfernandezabogados. com o en el teléfono 623004982.
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Jueves, 30 de Enero del 2025
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