Apenas comenzada la Cuaresma, tiempo de revisión interior para quienes tengan a bien hacerlo, algo que por otra parte siempre viene bien, aunque sea desde una mera perspectiva sicológica, las fuerzas vivas hablan ya de los reclamos turísticos que florecen gracias a la Semana Santa y que suponen cuantiosos ingresos económicos.
Hoy aparece la noticia por la que la Asociación para el desarrollo del Campo de Calatrava confía en que para 2026 la Ruta de la Pasión Calatrava pueda celebrarse ya como Fiesta de Interés Turístico Internacional.
Pues bien, una vez más también, insisto en una propuesta que he venido demandando desde hace años para muchos discutible, incluso escandalosa, no para quien escribe: Creo que la Iglesia debería patentar la palabra “La Pasión”.
En una sociedad donde cada cual se afana por proteger su identidad, registrando cada invento o acontecimiento para no ser copiado ni plagiado, la Iglesia en su cotidiano quehacer prosaico, debería tomar nota y hacer lo propio con todos los conceptos nacidos de ella.
La Pasión con mayúsculas, es una palabra que define unos acontecimientos que sucedieron hace dos mil años. Hasta hace unas décadas, nadie osó utilizarla para atribuirle otros significados, precisamente durante las fechas en las que se conmemora. Hoy La Pasión, es recurrida para sustanciar iniciativas que nada tienen que ver con ella, solamente aprovechando las dos semanas de su celebración, incurriendo quizá en una apropiación indebida del concepto.
Se trataría de cobrar los derechos de autor en cada uno de los anuncios, programas, rutas turísticas, productos de hostelería y otros extremos en los que la Pasión aparece como reclamo publicitario. Lo recaudado quedaría destinado a dignificar las ayudas a las personas desfavorecidas, descartadas o excluidas que son acogidas con talante de fraternidad.
Al menos así quedaría constancia para quienes han crecido en un entorno laicista o ateo, que estos días de fiesta tan agradables y merecidos tienen su origen en un hecho religioso histórico: La Pasión, Muerte y Resurrección de Jesucristo.
Creo que la Iglesia no debe desentenderse de la apropiación o uso de una palabra que expresa un hecho que constituye la esencia de su existencia. No me extrañaría, que, de no hacerlo la Iglesia, lo llevara a cabo algún estamento, público o privado, que en oliendo a dinero y propaganda, aquí el que no corre vuela. Que a la vista está.
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Lunes, 10 de Marzo del 2025
Miércoles, 12 de Marzo del 2025