Gracias, mujer,
por traerme con tu dolor
a un pecho de maternal amor.
Por darme a la vida,
por ofrecerme a tu Dios.
Gracias, mujer,
por enseñarme la lectura de la historia
y ponerme a la escritura de los sentimientos.
Por enseñarme a contar con los dedos
mirando a las estrellas.
Gracias, mujer,
porque mi corazón tembló
en medio de aquel parque
donde por vez primera, te habló.
Gracias, mujer,
por planchar mis camisas
y perfumar mi armario.
Por llenar mis noches de suavidad
y ahuyentar las pesadillas.
Gracias por acariciar mis labios
cuando en la distancia, me miras.
Gracias por no inquietarme
a la llegada del trabajo
con preguntas inútiles.
Gracias, mujer,
por leerme el pensamiento tantas veces
y perdonarme cuando yo, no leo el tuyo.
Gracias, por poner palabras
a mis secretos sueños.
Gracias, mujer,
por no pedirme permiso para amarme.
Aun te marchaste sin él…
Sin mi consentimiento me diste
tu ultimo adiós
y la alegría de mis años, se secó.
¡Y yo que parecía tu dueño!
Gracias, mujer,
por venir al final de mi lucha
a tomar mi ya desgastado cuerpo
y llevarme de la mano al Hogar eterno.
Solo te pido que, en el último momento,
no seas demasiado cruel
con este hombre mortal, pero, sincero.
Gracias, MUJER,
porque de ti, tanto me quedo.
Porque a ti, tanto te debo...
“Pablo Coronado”
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Lunes, 24 de Marzo del 2025
Lunes, 24 de Marzo del 2025