Este domingo, el Teatro Marcelo Grande de Tomelloso se
convirtió en el escenario de un pregón de Semana Santa inolvidable. Miguel
Carlos Gómez Perona, músico y director, fue el encargado de anunciar la Pasión,
Muerte y Resurrección de Jesucristo con un discurso donde la fe y la música se
entrelazaron con la emoción de toda una vida dedicada a ambas. Estuvo acompañado
por las agrupaciones que dirige, Maestro Martín Díaz de Argamasilla de Alba y
Grupo Maestro Moragues de Socuéllamos. Durante el acto, Encarna Morales Olmedo
fue nombrada Hermana de Honor 2025.
Miembros de la Junta de Cofradías y Hermandades, el consiliario, José Ángel Martín, los concejales
de equipo de gobierno, Inés Losa, Elena Villahermosa, Eloísa Perales y Manuel
Marquina y los ediles del grupo socialista, Inmaculada Jiménez Raúl Zatón. Más
de cien músicos de las dos agrupaciones sobre el escenario que ha emocionado al
público que ha acudido este domingo al Teatro Marcelo Grande.
La música fue el virtuoso nexo de unión de una mañana
cargada de sentimiento. Así, el acto se inició con la marcha, “Esperanza de
Triana Coronada”, para dar paso al nombramiento de Hermana de Honor a Encarna
Morales Olmedo, que mostró su gratitud por el reconocimiento. Durante el pregón
sonaron las marchas “A la gloria”, “Bendición”, “La Pasión”, “Reina de Reyes”, “La
esperanza de María” y “La Saeta”, anunciando los distintos pasajes del discurso.
Desde el inicio de su intervención, Gómez Perona dejó claro
que este honor lo asumía con humildad y gratitud. "Mi voz, humilde y
agradecida, buscará ser el eco de una tradición que no pertenece a una sola
persona, sino al alma de nuestro pueblo", expresó. Con estas palabras, el
pregonero introdujo una historia tejida con recuerdos, en los que la Semana
Santa no era solo una fecha en el calendario, sino un legado familiar que marcó
su infancia.
Entre túnicas y partituras
Entre evocaciones a su madre, que con devoción bordaba
túnicas en su hogar, y la música que siempre lo acompañó, Gómez Perona fue
construyendo un relato en el que el arte y la fe son inseparables. "Crecí
entre túnicas y partituras", confesó, recordando aquellas madrugadas en las
que el sonido del clarinete se mezclaba con el crepitar de la leña y el roce de
las agujas sobre el terciopelo.
El pregón, más que un discurso, fue una sinfonía de
emociones. Cada palabra estuvo cargada de imágenes y sonidos, desde el esfuerzo
silencioso de los costaleros hasta el eco de una corneta en la noche. La música
se convirtió en el hilo conductor, en la esencia de una Semana Santa que no
solo se ve, sino que se escucha y se siente. "Cuando suena una marcha
podemos ver a María caminar bajo el peso del dolor", expresó con voz
firme, dejando clara su convicción de que la música es el alma de la celebración.
Sonidos de fe y hermandad
Pero más allá de la evocación poética, Gómez Perona también
quiso hacer un reconocimiento al esfuerzo de los músicos que, sin importar el
frío o el cansancio, entregan su pasión en cada procesión. "Desde el
primer repique de tambor hasta el último acorde de una marcha, la música es la
oración que no necesita palabras", afirmó.
Mostró el pregonero una profunda gratitud hacia quienes han
sido parte de su vida y su fe, su familia, sus músicos, la Hermandad Jesús
Camino del Calvario con la Cruz a Cuestas y la Junta General de Cofradías.
"Espero haber sabido transmitir lo que siento, lo que vivo y lo que amo de
nuestra Semana Santa", señaló.
Con la última marcha resonando en el Teatro Marcelo Grande,
quedó claro que este pregón no fue solo un anuncio de la Semana Santa, sino una
verdadera oda a la música y la devoción. Miguel Carlos Gómez Perona no solo
puso palabras a la fe de Tomelloso, sino que la hizo vibrar en cada nota,
dejando una huella imborrable en el corazón de los presentes.
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Martes, 1 de Abril del 2025
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