El Brujo puso este domingo el broche a la 32 Muestra Local
de Teatro Aficionado “José María Arcos” de Tomelloso. Tras su estelar actuación,en la que conquistó al público del Marcelo Grande con su magistral versión deEl Lazarillo de Tormes, Rafael Álvarez participó en una sencilla ceremonia que fue
una celebración colectiva del talento local, del compromiso con la cultura y de
la fuerza transformadora del arte.
En un emotivo acto de clausura, en el que participaron la
concejala de Cultura, Inés Losa; la de Juventud, Carmen López y el genial actor,
se hizo entrega de una placa conmemorativa a cada uno de los cinco grupos
participantes en esta edición. Bakú Teatro por Retrato de una cabra, Pan pa’
hoy por Cinco horas con Mario, Tomillo’s Teatro por Luz de gas, Platea Teatro
por Carlota y Moral Teatro por Ya tenemos chica.
Una fiesta de la Cultura
La concejala de Cultura, Inés Losa, recordó el origen y la
evolución de esta muestra, nacida en 1993 “para juntar a quienes soñaban con
hacer teatro”. Treinta y dos años después, esa “fiesta de la cultura con
mayúsculas” sigue siendo, según Losa, “una siembra constante” y “un faro para
el teatro aficionado en Castilla-La Mancha y más allá”. Agradeció la edil a los
grupos su entrega, repasando con afecto las propuestas de cada uno y dedicando
un reconocimiento especial al público, “sin el público, el teatro sería solo un
ensayo en la sombra”.
La concejala cerró su intervención pidiendo una ovación para
Rafael Álvarez, destacando su vínculo con Tomelloso desde que en 2003
inaugurara el Teatro Marcelo Grande con Una noche con El Brujo. “No queremos
que venga cada ocho años. Lo queremos cada año. Como se quiere a quien nos hace
mejores”, dijo Inés Losa.
La cultura es una herramienta neutralizadora de la violencia
El Brujo, por su parte, devolvió ese cariño con reflexiones
profundamente humanas, hiladas con su inconfundible mezcla de humor, sabiduría
y lirismo. Compartió anécdotas sobre su reciente visita al teatro que Antonio
Banderas ha impulsado en Málaga. Alabó la excelencia técnica del coliseo y el
esfuerzo personal del actor malagueño, que lo saca adelante “sin recibir ni un
céntimo de ninguna administración. Lo ha creado él, con su apoyo, con su
esfuerzo”.
Habló del teatro como lo que fue en su origen, una catarsis,
una forma de sanación colectiva. “El teatro, como lo concebían los griegos, era
una forma de regenerar la civilización. Solo la belleza puede transformar el
corazón de los seres humanos”, dijo citando a San Francisco de Asís. Para El
Brujo, el arte es “una vía para canalizar nuestras pulsiones destructivas” y
una herramienta “neutralizadora de la violencia”. Y es que, para el maestro de
actores “la cultura no es para diferenciarse del que no la tiene, sino para
saber que el otro que no la tiene eres tú mismo”.
Finalmente, dedicó unas emocionadas palabras a Tomelloso, ciudad
que describió como “la patria de un artista que es un gran filósofo, que hace
filosofía pintando”, en clara alusión a Antonio López. “Él transforma su vida y
el mundo pintando, busca esa contemplación estética que convierte la realidad
en algo verdaderamente maravilloso”, apuntó.
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Martes, 15 de Abril del 2025
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