Tomelloso vivió este domingo una de esas tardes que suceden
una vez al año y permanecen en el recuerdo. El traslado de la Virgen de las
Viñas desde su santuario de Pinilla hasta la ciudad ha sido un camino de fe,
emoción y hermandad en el que no ha faltado la alegría y que La Voz ha podido
vivir en primera persona.
Pinilla, antes de la cinco de la tarde bullía de vida, a
pesar del calor, cientos de personas seguían disfrutando de la Romería. No eran
pocos los fieles que, entre nervios y sonrisas, hacían cola para acercarse por
última vez a su patrona. El tañido de las campanas de la ermita rompió, junto a
los aplausos y los vivas de los fieles, marcó el inicio de una jornada única. Se
notaba la emoción en muchas caras.
Abrían el cortejo las servidoras de la Virgen y el
mayordomo, tras ellos, un río interminable de público acompañaba a la imagen,
más numeroso incluso que en años anteriores, desbordando el camino de fervor y
de esperanza. El presidente de la Hermandad, Alejandro Ramírez; la pregonera,
Elena Jiménez; el mayoral, Javier Perales; y el alcalde de Tomelloso caminaban
delante de la Virgen de las Viñas. Acompañaban a la Patrona concejales de todos
los grupos municipales y miembros de la Junta Directiva de la Hermandad.
El calor de la tarde no frenó la voluntad de quienes, paso
tras paso, quisieron caminar junto a la Virgen. Atento a cada relevo de los
anderos, el capataz Pablo Buitrago, acompañado de varios compañeros, veló
porque la marcha avanzara con firmeza, pero también con respeto, como requiere
el portar sobre los hombros a la Patrona de Tomelloso.
Uno de los momentos más simbólicos del recorrido llegó al
alcanzar el puente sobre la Autovía de los Viñedos. Allí, los anderos giraron a
la Virgen para que pudiera "despedirse" de su santuario.
El cortejo continuó su caminar y, al llegar a la ermita de
San Isidro, se detuvo en señal de respeto al Patrón de los agricultores,
compartiendo con él una oración silenciosa bajo el sol de la tarde. Pero fue en
el antiguo cuartel de la Guardia Civil donde la emoción se notó con más fuerza.
Allí, aguardaba la banda Santa Cecilia, que rompió el silencio con los primeros
acordes del Himno a Tomelloso. Emocionados, los asistentes entonaron la letra
bajo la dirección de Marta Baños, que luego guio también el canto del Himno a
la Virgen de las Viñas.
El último tramo del recorrido, por la Avenida Virgen de las Viñas y la calle Socuéllamos, fue una procesión de alegría y devoción. Las calles, vestidas de fiesta, parecían abrazar a la Patrona en su camino hacia el corazón de Tomelloso.
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Domingo, 27 de Abril del 2025
Domingo, 27 de Abril del 2025