El Mercado de Abastos de Tomelloso ha sido esta
mañana mucho más que un lugar de intercambio de productos, se ha convertido en
un punto de encuentro para tejer historias, amistades y visillos literarios.
Más de medio centenar de mujeres —ni un solo hombre moviendo la aguja—
han participado en el “Desayuno a punto de ganchillo”, una actividad
organizada por el colectivo Tejemaneje con la colaboración de Agrogarabato,
Fundación Cadisla, el Ayuntamiento de Tomelloso y el propio mercado.
El ambiente ha sido animado y acogedor, con el grupo “De
corazón flamenco” amenizando la mañana mientras sus integrantes también
tejían, sumándose al espíritu colaborativo del evento.
Tejiendo comunidad
María Encarna Cabañas, impulsora de Tejemaneje y
profesora del IES Francisco García Pavón, ha explicado el origen y la filosofía
del grupo. “Empezamos hace un par de años como un momento de encuentro. Al
principio no éramos muchas personas y poco a poco se fue uniendo gente que no
sabía nada y fue aprendiendo”, ha contado.
La cita de hoy ha sido la más multitudinaria hasta la fecha,
en una trayectoria que ya incluye iniciativas como “El hilo de la lectura”
en Navidad —donde niños y niñas tejieron mientras escuchaban Cuento de
Navidad— o “Punto de Lectura”, una propuesta didáctica inspirada en
el cuadro Las Hilanderas de Velázquez.
Entre visillos… y mucho más
El evento de este jueves también ha servido como antesala
a la lectura colectiva del próximo 21 de agosto, en colaboración con la Fundación
Carmen Martín Gaite, en la que se leerá la novela Entre visillos. “Queríamos
empezar a tejer los visillos que nos acompañarán ese día, una forma de
hacer visible el hilo conductor entre literatura, arte y tejido”, ha explicado
Cabañas.
Tejer es terapia… y solidaridad
Pero este grupo no solo teje por placer: también lo hace por
los demás. Enlazado con la ONG La IAIA, que promueve el tejido solidario
en proyectos sociales, Tejemaneje recibe lanas gratuitas y colabora en causas
como la confección de mantas para hospitales, mujeres en Sierra Leona o
personas sin hogar. “Es una sinergia completa. Si no sabes nada, te
enseñamos algo. Si sabes algo, te enseñamos más. Y si sabes mucho, que nos
enseñes tú”, resume Cabañas con una sonrisa.
Además, ha reivindicado el valor educativo y emocional del
ganchillo: “Es el mindfulness de hoy. Relaja, coloca pensamientos, produce
y, sobre todo, une”.
Un espacio con alma
La elección del Mercado de Abastos no ha sido casual. “Es un espacio climatizado, céntrico y perfecto para la reunión. Tiramos del hilo, como decía Carmen Martín Gaite, para tejer y contar en comunidad”, ha explicado Encarna Cabañas.
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Jueves, 7 de Agosto del 2025
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