Puedo contar un algo la
existencia
de Alberto, a quien tuve por
amigo;
por tanto sé muy bien lo que
me digo
y de su hacer conservo mi
experiencia.
Era un hombre normal, hasta
sencillo,
y en el saber tuvo bastante
brillo.
Y vengo a celebrar que hubo
vivido
y que lo hizo de especial
manera;
disfrutando más gozos que
cualquiera,
y tal vez sin haberlos
merecido.
Sus padres fueron siempre
generosos
y, pudiéndole dar, eran
dichosos
Mas los regalos con que le
obsequiaron
nunca fueron, ni caros, ni
tangibles,
y dentro de sus rentas y
posibles,
de su cultura sí se
preocuparon.
Por ello se sentían
interesados
y por su buen alcance obsesionados.
Alberto comprendió casi
enseguida
los deseos de sus
progenitores,
que procedían así con mil
amores,
para así conseguirle mejor
vida.
Gustoso admitió esos regalos
que en un principio parecían
malos.
Al poco, con afán y con
paciencia,
al percatarse de su gran
valía,
dedicó a ese hacer día tras
día
y se metió en el mundo de la
ciencia.
Decía: - Sé que vengo de la
nada,
pero me hallo feliz, esto me
agrada.
Era su mente una
enciclopedia,
y sin poder meterse en la
escritura,
dedicaba su tiempo a la
lectura
sacando para ello grande
media.
Siempre se proponía una alta
meta
y su tarea nunca era
concreta.
Y por ese saber bien
aprendido,
por su esfuerzo y además por
su constancia,
que no tuvo jamás ocio o
vagancia,
Alberto fue con bien
reconocido.
Cada cual va a lo que le
conviene,
mas vale más quien sabe que
quien tiene.
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Domingo, 17 de Agosto del 2025
Sábado, 16 de Agosto del 2025
Domingo, 17 de Agosto del 2025
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